Este viernes 13 de noviembre se lanzará la última grane exclusiva del año para plataformas Xbox. Nuestro análisis de Rise of the Tomb Raider no deja lugar a dudas, es una de las mejores aventuras que hemos podido jugar estos últimos años y supera en todos y cada uno de sus apartados al ‘original’ del 2013.
Sin embargo, aunque en conjunto es una experiencia de lo más atractiva, está claro que un juego entra por los ojos y eso también lo cumple a la perfección la nueva aventura de Lara. En el análisis ya os hablamos de los gráficos del título de Crystal Dynamics y, ahora os mostramos la opinión de los ‘profesionales’. Los chicos de Digital Foundry cuando deben señalar que hay bugs en una u otra plataforma no cumplen pero cuando tienen que analizar un juego, sin compararlo entre versiones, si que suelen rendir bien.
En esta ocasión, Digital Foudry ha hecho un completo análisis sobre lo que funciona y lo que no en Rise of the Tomb Raider y nosotros queremos transmitiros a grandes rasgos cuáles son esos elementos.
Lo que funciona
Una de las cosas que más llama la atención es algo que en Xbox One y PS4 ya pudimos ver con la Definitive Edition de Tomb Raider. El TressFX, que hasta entonces sólo había estado en la versión de PC, lelga mejor que nunca, con menos, o casi inexistente clipping, físicas avanzadas en fucnión del viento y la posición y manchas, como la nieve que se deposita en el pelo.
Otra cosa que destaca es el rederizado de los personajes, desde el pelo hasta la piel, algo que se puede apreciar en las cut-scenes en tiempo real, siempre realizadas con el motor del juego, donde vemos una piel impecable con sus imperfecciones y arrugas.
Otro efecto que llama la atención es la impecable iluminación, con sombras dinámicas, pero, sobre todo, la iluminación volumétrica, algo que resalta en escenas de interiores como la que mostramos a continuación u otras donde se acumule humo o polvo.
Por otro lado, aunque os parezca raro, se destaca el uso de la banda sonora dinámica. Eso significa que, dependiendo del momento que estemos viviendo en el juego, aparecerán un tipo de temas u otros, así como un volumen acorde a lo que esté ocurriendo. Si, ya lo hemos visto en otros videojuegos pero en Rise of the Tomb Raider lo utilizan muy bien.
Digital Foundry, y cualquiera que haya jugado, también destaca la nieve deformable, una de las cosas que más llaman la atención al principio de la aventura, así como las físicas de los materiales, los efectos pre-renderizados y su tan cuidada presentación en el juego, el motion blur, que da un aspecto más peliculero y la calidad de las animaciones.
Lo que no funciona
Uno de los grandes problemas de Rise of the Tomb Raider es su frame-rate, sobre todo en un par de zonas. Es bastante inconsistente durante el juego pero, experiencia personal, no es nada alarmante ni nada que impida disfrutarlo.
Calidad de Imagen, algo asociado a la resolución y a los filtros que se utilizan. Es cierto que Rise of the Tomb Raider es un juego 1080p, aunque en las cinemáticas esa resolución baje a 1440×1080 para poder poner más efectos en pantalla pero, en el gameplay, encontramos una imagen poco definida y ‘sucia’ algo que, por otra parte, le va bastante bien al juego.
Las sombras, aunque dinámicas, están a una resolución muy, muy baja. La oclusión ambiental no funciona como debería y el motion blur que se alaba en el apartado anterior se desactiva en ciertas escenas para que el frame-rate sea más consistente.
Hasta aquí, a grandes rasgos, el análisis de Rise of the Tomb Raider. Lo cierto y fijo es que la nueva aventura de Lara Croft es una de las mejores que hemos tenido el placer de jugar y, visualmente estamos ante uno de los portentos de este 2015, como podemos ver en las imágenes que hemos tomado nosotros mismos.