Si los battle royale están de moda es por algo. Quizás no cuenta con los elementos de progresión que si tienen otros juegos, pero la encontramos en cierto modo en lo que vamos mejorando poco a poco conforme jugamos y la gran satisfacción que produce ir sacando mejores partidas adelante y dominando esos momentos de tensión que tanto disfrutamos en los videojuegos. Y aunque Fortnite y PUBG son ahora mismo los claros reyes del género, contando ambos con un rotundo éxito, eso no quiere decir que no haya otro tipo de propuestas que intentan encontrar hueco con su propio público. En ese contexto nos llega The Darwin Project, uno de los juegos que pudimos ver en la conferencia de Microsoft del E3 del año pasado, y que acaba de estrenarse como un título en acceco anticipado en PC y Xbox One (Game Preview).
Impresiones de The Darwin Project en Xbox One
Como battle royale, The Darwin Project cuenta con muchos de los elementos típicos del género. Por supuesto, partimos en igualdad de condiciones respecto al resto de jugadores, y deberemos darnos prisa en lootear todo lo que podamos para equiparnos antes que nuestros rivales y contar con ventaja a la hora de afrontar cada enfrentamiento. Aquí encontramos una de las principales diferencias de The Darwin Project frente a otros. Las armas con las que empezamos la partida son un hacha y un arco, pero lo que looteamos no son otras armas, sino piezas de cuero, madera o electrónicas (que son especiales), con las que obtener ciertas mejoras para nuestro personaje, que ahora comentaremos un poco mejor.
Más allá de esto, aunque al principio de la partida el mapa será más amplio, dejándonos cierto margen para lootear con pocas probabilidad de toparnos con otros enemigos, poco a poco se irán cerrando zonas que irán obligándonos a la pelea. En lugar de contar con un sistema similar al de Fortnite o PUBG, por citar los más conocidos, en el que un gas tóxico nos va atrapando, The Darwin Project juega con el frío. En todo momento tenemos un medidor de temperatura que deberemos vigilar para no morir congelados, y si permanecemos en las zonas «cerradas» el riesgo será mucho mayor.
Si en otros juegos la estrategia a seguir durante la partida tiene más que ver con el armamento que consigamos o las posibilidades que nos ofrezca el terreno, en The Darwin Project dependerá de nuestras preferencias a la hora de craftear. En este sentido las posibilidades de cada partida son más o menos las mismas, ya que el loot siempre es el mismo, cuero y madera, con la salvedad de que podamos obtener alguna pieza electrónica o uno de los objetos especiales -que pueden curarnos, darnos velocidad o calentarnos sin necesidad de hoguera-.
A partir de ahí disponemos de una serie de ventajas y herramientas que ir crafteando. Podemos construir algunos tipos de trampas y dedicarnos a campear zonas, boostearnos con velocidad para ir más a saco, crearnos escudos o incluso fechas especiales. Según optemos por unas ventajas u otras, será mejor idea afrontar los combates de una u otra manera. Mientras que las piezas electrónicas, que aparecen puntualmente en una zona del mapa, son un loot único (algo similar a los suministros de PUBG), que nos permite obtener alguna ventaja rápidamente, como unos segundos de invisibilidad, un escudo o un radar.
Este tipo de ventajas cobran todavía más importancia si tenemos en cuenta que las partidas son individuales. Igual que la posibilidad de rastrear a los enemigos. Aunque próximamente se activarán las partidas de duo con cinco equipos, por el momento la única opción disponible como jugadores, son las partidas individuales con 10 participantes.
Dirigiendo la partida
Digo la única opción como jugadores porque hay una más, que nos pone en la piel del director de la partida, y que es una de las cosas que más hacen especial a The Darwin Project. Además de los 10 jugadores, el director es un espectador que puede ir interaccionando durante el transcurso de la partida. Cuenta con opciones como cerrar zonas, ofrecer ventajas a algún paritcipante en concreto o desventajas a otros.
Esto que aparentemente está lejos de resultar lo justo que debería para los jugadores tratándose de un battle royale, es una opción que todavía no hemos explorado con toda la profundidad que merece, pero que por lo que hemos visto puede resultar muy interesante de cara a retransmisiones, partidas privadas y competiciones. O incluso en las mismas partidas comunes, ya que al terminar la partida podemos votar al director con una puntuación según nuestra opinión sobre él. Una votación completamente personal, y que no necesariamente se basa en que nos haya parecido más o menos justo.
Que haya un jugador decidiendo sobre lo que ocurre en la partida ofrece, por un lado, un mayor espectáculo. Y por otro puede incluso afectar a la forma de jugar de los jugadores, que quieran intentar ganarse el beneplácito del director. Supongamos, por ejemplo, un jugador cuya forma de jugar sea excesivamente pausada y se base en campear zonas con trampas y arriesgar lo mínimo. Puede que el director decida castigar a ese jugador por jugar de forma demasiado reservada. O también puede que simpatice más con su estilo de juego y le ofrezca a él mejores beneficios. O puede, sencillamente, que el director intente actuar procurando crear el mayor equilibrio posible en la partida.
Así que en The Darwin Project entran en juego varios factores, y aunque en última instancia nuestra habilidad y estrategia son las que nos harán ganar o no una partida, comprender el modo de actuar del director (a menos que sea deliberadamente caprichoso) puede también ayudarnos a conseguir mejores oportunidades. Por eso digo que todavía es pronto para comprobar hasta qué punto se puede llegar a sacar partido a este «jugador número once». Hacen falta muchas más horas de juego para ir comprobándolo con mayor profundidad. Pero la idea a priori no solo es genial, sino diferente de cualquier otro battle royale que hayamos probado hasta ahora
The Darwin Project es sobre todo eso, un conjunto de muy buenas ideas y un gran soplo de aire fresco a un género que a pesar de su gran juventud ya tenemos muy masticado. Y a esas ideas hay que unirles una jugabilidad bastante satisfactoria y rendimiento positivo pese a tratarse todavía de un Game Preview (debería de lanzarse fuera del acceso anticipado alrededor de este verano). Por echar algo en falta en el juego de Scavengers Studio, parece que todas esas ideas se han quedado en el aspecto jugable, y a nivel audiovisual nos encontramos con un juego bastante plano, al que le falta un par de puntos más de carisma. Pero hay que seguirle la pista de cerca, o si os llama la atención probarlo desde ya, porque está a muy buen precio en Xbox Live.