Uno de los jugadores japoneses de fútbol más conocidos mundialmente (a parte de Oliver y Benji) es Keisuke Honda, que ha pasado por varios equipos en todo el mundo y lleva desde 2014 en el AC Milan, además de ser una de las figuras de la selección nacional japonesa en los enfrentamientos internacionales. Por lo que podemos intuir Honda no es un gran fan de los videojuegos ya que en una charla ante 120 escolares en Chiba City soltó una perla sobre lo que deben hacer los niños si el día de mañana quieren representar a su país y ser conocidos en todo el mundo.
«Los que habéis levantado la mano [como reacción a su pregunta de quién querría representar a Japón en el futuro] no vayáis a casa y juguéis a videojuegos. Decidí que quería competir en el Mundial de Fútbol cuando todavía era un niño como vosotros. No era muy bueno en el fútbol entonces, pero poco a poco fui mejorando. Puedes cambiar si no te rindes en tu sueño en cada uno de los 365 días del año», dijo Honda.
Entendemos a medias las palabras de Keisuke. Pero obviamente un niño debería jugar a lo que le apetezca, tanto juegos en la calle como videojuegos, además de estudiar. Una vez más vemos como se utilizan los videojuegos como algo malo y que te aparta de la vida que quieras tener en un futuro. Estas declaraciones chocan con muchos de sus compañeros de profesión que se declaran jugones y disfrutan de los videojuegos en sus ratos libres desde pequeños.