Gracias a la Gamescom, podemos traeros el avance de Assassin’s Creed Unity, la entrega de la saga más ambiciosa desde hace mucho tiempo, tanto en pretensiones jugables como en cuanto a dinero invertido, estudios encargados del desarrollo del título y, sobre todo, por la época, la esperadísima, desde el primero, Revolución Francesa, el periodo que asentó las características de la civilización contemporánea. Libertad, igualdad y fraternidad, lema de la contienda, contienda que no es ajena a Templarios y Asesinos.
Es curioso, y no sé si será casualidad o no, que el lema de ‘libertad, igualdad y fraternidad’ le siente como un guante a un juego de Asesinos. Siempre hemos tenido libertad en la saga, libertad para movernos por donde queramos. En esta ocasión, el contexto será el París de finales del siglo XVIII, una ciudad recreada con mimo donde , en esta ocasión, tendremos la oportunidad de escalar los monumentos más representativos de la ciudad en una escala 1:1, algo que se deja ver en la demo de la Gamescom que nos mostraron en directo, demo en la que paseábamos tanto por fuera como por dentro de Notre Dame, una Notre Dame cargada de detalle, desde las vidrieras hasta los arbotantes con sus famosas gárgolas de piedra. Encaramados en lo alto de la catedral, podíamos observar una ciudad sumida en el caos y la violencia, gente por las calles paseando y haciendo sus labores de una forma muy natural, algo que nunca habíamos visto en la saga, donde daba la sensación de haber tres grupos de ciudadanos: el bloque que va a la derecha, el que va a la izquierda y los que hablan sin moverse. La ciudad presenta un estado más fluido, y poblado, que nunca, algo que, en un juego como este, es de agradecer para introducirnos de lleno en el universo que propone.
En la misión que enseñaron, debíamos asesinar a un Templario, como no, que estaba paseando, entraba en la catedral y volvía a salir. La catedral es zona Templaria y, por tanto, vedada para nosotros, por lo que el nivel de atención de los guardias será máximo. Cuando nos vean, tendremos indicadores que ya hemos visto antes, en Watch Dogs, y un ‘fantasma’ aparecerá en el último punto en el que los guardias nos vieron, algo heredado de Sniper Elite 3. Para entrar en la catedral, robamos una llave, nos dirigimos hacia un ventanal y nos adentramos. Allí comenzamos a matar sigilosamente a los guardias que patrullan la zona superior y somos testigos de algunas de las nuevas animaciones de Arno, nuestro protagonista. A la hora de descender debemos realizar el clásico ‘salto de fe’ para aterrizar en un carromato con paja, oportunamente colocado, y, a partir de ahí, decidir si pasamos a la acción para matar a nuestro objetivo o si utilizamos el sigilo. Estas mecánicas, tradición en la saga, se han mejorado, ya que no nos darán la misión como fallida si no la resolvemos de la forma que indican, sino que la situación, y nosotros, se adaptará a los nuevos acontecimientos, otorgando fluidez al desarrollo y, por qué no decirlo, más realismo al videojuego, ya que antes te penalizaban demasiado por hacer las cosas como ‘tu querías’.
Igualdad y fraternidad completan el ideal de la Revolución Francesa y son parte fundamental de la experiencia de Assassin’s Creed Unity. Ya habíamos experimentado antes el concepto de fraternidad, concretamente a partir de Assassin’s Creed: La Hermandad, pero nunca antes nos habíamos sentido iguales a otros asesinos, siempre éramos superiores y no estábamos inmiscuidos en ‘La Hermandad’. En Assassin’s Creed Unity eso cambia, ahora habrá una serie de misiones que podremos superar de forma cooperativa junto otro jugador real, algo que pudimos experimentar jugando con uno de los desarrolladores del videojuego.
La experiencia cooperativa de Assassin’s Creed Unity está perfectamente integrada en el conjunto. Sentiremos que estamos completando una misión de las que suelen proponerse en la experiencia para un jugador pero de forma cooperativa, podremos combatir juntos, ayudarnos con tácticas de combate complementarias, etc. Habrá varios tipos de partida cooperativa. Aunque ya se sabe que el máximo será de 4 ‘Arnos’, la misión que jugamos estaba diseñada para dos, una misión de saqueo en la que nos dimos cuenta que la reacción de los enemigos es mucho más natural que en entregas anteriores, siendo más difícil prever los ataques enemigos, lo que es de agradecer, aunque tampoco se pasan en cuanto a dificultad de los combates, algo que arrastra la saga desde sus inicios. Un medidor de nivel estaría muy, pero que muy bien. Sobre las misiones cooperativas, podremos jugar con un amigo o con un desconocido, en cuyo caso se igualarán los niveles para que no tengamos equipamientos muy distintos y eliminar las ventajas que te dan al progresar en la campaña individual. Es un sistema que funciona mejor de lo que yo pensaba y que resulta divertido.
Al poder controlar a Arno, te das cuenta de las novedades, no en términos de control, sino de animaciones, lo que provocan, por ende, un control más fluido. La saga Assassin’s Creed siempre había gozado de un nivel de animaciones muy superior al de sus contemporáneos, algo que siempre era de alabar, sin embargo en Unity Arno se mueve de la forma más natural que he visto en un videojuego, con un compendio de animaciones nuevas, sobre todo a la hora de bajar por los edificios, que son una gozada visual.
Estas animaciones se irán desbloqueando con el tiempo conforme vayamos gastando los puntos de experiencia. No sólo esos elementos serán personalizables, sino que tendremos multitud de armas, armaduras y ropaje que podremos modificar a nuestro gusto para adaptarnos a la misión en concreto. ¿Se trata de una misión en solitario donde prima la agilidad? Iremos lo más ligeros posible. ¿Se trata de una misión cooperativa en la que nuestro aliado es ligero para dar espadazos rápidamente? Pues nos pondremos una armadura pesada y un arma larga o un rifle. Todos los parámetros quedarán bajo nuestro control para darle un toque más personal a nuestro héroe.
Para terminar, el juego corría… sí, en un PC, y el código llevado a la feria no creo que fuese muy nuevo, ya que encontramos un montón de bugs, como cuando Arno empieza a revolotear o se traba con un muro invisible. También noté un bailoteo de frames curioso, yendo muy fluido, por encima de los 30, en interiores pero pegando algún que otro bajón en los exteriores. El nivel de detalle, la inteligencia artificial y la cantidad de NPCs, por ejemplo, dan la sensación de ser un juego para la nueva generación de esos que te hacen pensar que sería imposible verlo en Xbox 360, un salto visual y tecnológico que se agradece sobremanera.
Assassin’s Creed Unity saldrá a la venta el próximo 28 de octubre para Xbox One, PC y PS4 y creo que es el mejor Assassin’s en mucho tiempo, debido a las nuevas mecánicas, el acierto de la época en la que se ambienta y, sobre todo, por las similitudes entre Arno y Altaïr, dos personajes misteriosos, carismáticos y los mejores Asesinos natos, con permiso de Ezio.