Cuando desde Xaviant presentaron un título RPG en primera persona, muchos pudieron pensar en los juegos de mazmorras de antaño, pero cuando fue mostrado por primera vez, muchos nos acordamos de The Elder Scrolls V: Skyrim. En cierto modo, plantear un juego donde únicamente nos guiaremos por la magia, combinándola de formas varias para hacer frente a un sinfín de enemigos, nos pueden venir a la mente las escaramuzas que tuvieron lugar en Skyrim a manos de un mago. Y en cierto modo, puede que para aquellos que tengan buenos recuerdos de aquellas vivencias en Tamriel, tengan en Lichdom: Battlemage algo con algo más de acción.
Lichdom: Battlemage nos expone a un mundo en el que el bien podremos tomar las riendas de un hombre o una mujer, que indistintamente se convertirá en el decimotercer Dragon. Y es que a lo largo de la historia los Dragones han defendido el mundo de las amenazas que se ciernen sobre el, guiados por Roth, quien despertado por la injusticia que nuestro personaje sufre, lo usa para su propio beneficio aprovechando las circunstancias de su vendetta personal. De ahí, que una vez captados, seamos esclavos de los poderes que gracias a dos muñequeras imbuidas en magia, con el fin de convertirnos en ese decimotercer Dragon.
Pero lo que resulta relevante, antes de que llegue el juego, es que propuesta nos hacen llegar desde Xaviant en Lichdom: Battlemage. Y es que lejos de parecer un juego usual, nos expone un producto que cada usuario puede llevar a cabo como quiera, donde hay un aspecto realmente impresionante, el crafting de magias. En cierto modo, deberemos ir desbloqueando los elementos mágicos, basados en elementos más o menos naturales, como son el fuego, el hielo, la electricidad, fuerzas cinéticas y otros que iremos obteniendo con el avance en las diferentes pantallas que se nos ofrecen. Claro que esto solo es el principio en el que se basa cada magia, habiendo diferentes maneras de emplearlas. Pondremos como ejemplo, el fuego, que bien puede ser lanzado como un proyectil, como una bola que explota, como una llamarada o una lluvia de meteoritos, como una mina en el suelo que explota al ser pisada, etcétera. Posteriormente, le añadiremos un orbe más, que es requerido para poder crear la magia que queramos equipar, donde se añadirán efectos varios al poder.
Es de este modo como Lichdom: Battlemage nos expone a un sinfín de posibilidades, donde rebuscar en cada esquina nos puede premiar con objetos, que aparecerán de forma aleatoria. El objetivo principal del juego se establece, en cierto modo, en la historia que rodea a el mundo representado, donde las batallas entre magos, han intentado equilibrar la balanza para evitar que la oscuridad se cierna sobre la humanidad. Batallas que requieren de guerreros, pero que equipados con la magia, buscan solventar cualquier adversidad. Es así como se fundamenta la experiencia de Lichdom: Battlemage, donde cada mago, debe buscar su camino para convertirse en un Mago Guerrero, un Battlemage.
Para ello, hemos definido brevemente como hay que disponer hasta tres orbes para crear una magia nueva. Posteriormente, la equipamos, y con el uso, iremos obteniendo más poder. Este poder no solo afecta al elemento que empleamos, también al poder concreto, pudiendo mejorarlo y obteniendo un mejor resultado en combate. En cierto modo, esta circunstancia puede recordar mucho al citado Skyrim, donde el uso de una determinada técnica o aptitud, confiere una mejora constante en la misma. Claro que llegará un momento en el que no sepamos si suplir una técnica o progresar con la que tenemos, dado que perderíamos ese efecto positivo de nuestra especialización. Convertirse en un maestro de las magias puede ser una tarea ardua, pues no es para nada algo que pueda hacerse con unos pocos combates.
En ciertas ocasiones la amenaza de la oscuridad es mayor, por no poder contener el poder creciente de la corrupción y la oscuridad, se ha de requerir un mago realmente poderoso que encarnaremos, como el decimotercer Dragon. De hecho, a lo largo del mapa, iremos observando los pasos dados por el anterior, a modo de conocimiento, pero también, de advertencia de lo que ocurre en cada ciclo. A lo largo del juego se nos irán exponiendo las diferentes técnicas que pueden ser empleadas, con un tutorial bastante vistoso, pero confuso, dada la presunta complejidad de este apartado. Pero esa complejidad no es más que un intento de entenderlo antes de tiempo, pues hay que avanzar por el mapa, el cual paso a paso irá habilitando nuevas zonas, con más enemigos y zonas en las que recolectaremos gran cantidad de esos orbes que nos permitirán descubrir nuevas técnicas y magias. De este modo, iremos construyendo nuestro personaje, mejorando sus habilidades con el uso, afectando principalmente a los elementos que usamos.
Comenzaremos con fuego, abordando una pequeña prueba hasta encontrar el primer artefacto de Roth. A partir de ahí, debemos ir encontrando los diferentes artefactos a través de un juego bastante limitado en exploración. Descubriremos nuevas posibilidades, abordando tres poderes por elemento, equipando tres elementos a la vez. Hay que tener en cuenta, que los poderes tendrán un mayor efecto combinándolos entre sí, de forma que al principio, con hielo y fuego, congelar a los enemigos y someterlos al abrasador fuego puede generarles más daño que si simplemente les lanzamos fuego. El sistema de control es bastante básico, siendo en primera persona, la movilidad del personaje es bastante reducida, salvo por la presencia de un pequeño teletransporte que iremos mejorando con cada combate, hasta el punto, de poder teletransportarnos para explotar en una bola del elemento que llevemos equipado. Hay que tener mucho cuidado con donde nos teletransportamos, pues poco a poco, los enemigos irán creciendo en número y poder.
Hemos dicho que el juego es una aventura, con toques de rol, pero grandes dosis de acción, que transcurre estableciendo claros límites a la exploración. Resulta bastante limitado, teniendo que recorrer, básicamente, un camino preconcebido, que nos llevará por la senda marcada por la historia. Aunque no parezca demasiado alentador, resulta que existen algunas bifurcaciones que nos pueden deparar retos concretos en los que encontrar valiosos botines para seguir descubriendo nuevas magias y equipando nuevos poderes. Todo esto es lo que hace que Lichdom: Battlemage pueda enganchar, por avanzar y por el afán de encontrar esa combinación perfecta que nos haga letales, o invulnerables, pues también debemos considerar la defensa en todos estos avatares que depara el juego.
Construido con CryEngine 3, el juego luce de forma espectacular, donde los juegos de luces son lo que más llama la atención. El lineas generales, el juego recorre cavernas oscuras, que atraviesan ruinas de un mundo destruido por las batallas anteriores. Seremos testigos de un mundo aciago, oscuro y en el que solo nosotros podemos recobrar la luz. Avanzando por estas mazmorras, los enemigos serán testigos de un despliegue de efectos, derivados del colorido de cada uno de los elementos que podremos usar, ofreciendo un espectáculo bastante llamativo y efectista, aunque no goce de un acabado acorde a lo que podríamos esperar de un título triple A. No obstante, los limitado del mapa, permite que esté bien construido y ambientado, con un diseño bastante interesante, que confiere a Lichdom: Battlemage cierto carácter.
Pero la realidad es que, pese a contar con un equipo potente, el juego no acaba de ir todo lo fluido que pudiera esperarse. Puede que la saturación de efectos de luces, puede que la complejidad del escenario tras las texturas, obligue a un exagerado trabajo que no parece ser optimizado debidamente. Los indicios apuntan, además, a que la versión de consolas debería bajar la resolución o la calidad de los efectos, si quiere ir medianamente bien. Es una sensación, pues haber probado la versión de PC, con un equipo que debería rendir a una tasa de frames superior a la obtenida, arroja una ligera sospecha de lo que la versión de consolas puede ofrecer o sufrir.
Buscando un motivo por el que este rendimiento no se ajusta, podemos encontrar una pequeña explicación en la aparición de un buen número de efectos. Es lo que presuntamente podríamos esperar de Lichdom Battlemage, magias y colorines. En cierto modo, parece limitar que otros aspectos estén mejor desarrollados, pues el dinamismo de los combates puede ser caótico. Los combates pueden resultar frenéticos, porque la IA de los enemigos sabe aprovechar las unidades de avanzada con aquellas que tienen un poder devastador desde la distancia. Debemos tener cuidado con la cantidad de daño que recibimos, aunque realmente no parece demasiado complicado progresar. Claro que para algo están los diferentes niveles de dificultad, a más difícil, mejores recompensas, pero un sufrimiento constante en cada batalla. Combinar bien los poderes y tener algo de puntería, sobre todo con algunos ataques, hacen que el combate sea muy dinámico, ya que no podemos parar quietos en ningún momento y debemos ajustar la defensa para ser, además de eficaces, destructivos gracias a la nova que estalla si procedemos de forma correcta.
De este modo, los combates resultan realmente apasionantes, no solo por ver el resultado de nuestros descubrimientos, también por las mecánicas, combinaciones y efectos de luz que surgen por doquier. Esto genera un impresionante contraste colorido de luces y sombras, en un entorno cerrado, que tiene que reflejar estos efectos de luz en sus rincones. Puede dar la sensación de que el rendimiento puede ajustarse algo mejor, que el resultado puede optimizarse, y eso es algo que de aquí al lanzamiento puede hacerse. No obstante, a la hora de jugar no parece que haya excesivos problemas, pues Lichdom: Battlemage es una propuesta que, pese a su complejidad, puede deparar mucha diversión.
Una especie de mezcla entre The Elder Scrolls V: Skyrim y Doom, donde la magia, el rol y la frenética acción se combinan en una propuesta que tiene una baza en el descubrimiento y creación de magias y poderes. Una propuesta espectacular, por la recreación de un campo de batalla oscuro, repleto de enemigos que sucumbirán ante las efectistas magias que lanzaremos por doquier. Una propuesta que puede resultar muy interesante, que llevará a cada jugador a elegir su propio camino, confeccionar las magias según su criterio con un abanico realmente impresionante de opciones, que se ramifica según avanzamos y vamos descubriendo nuevos elementos con los que combatir. Se habilitarán diferentes estrategias de combate, permitiendo adaptarnos a cada situación, con una mecánica simple pero con gran profundidad.
No queda mucho para que Lichdom: Battlemage vea la luz en Xbox One, pues su lanzamiento está previsto para el 19 de abril.