Assassin’s Creed Origins, el nuevo juego d Ubisoft, ya está entre nosotros. Tras un año de barbecho tras un Syndicate que no cumplió las expectativas, la compañía gala se ha marcado un auténtico juegazo que no sólo cambia a nivel jugable, sino que evoluciona a nivel narrativo y, sobre todo, es capaz de trasladarnos a un Antiguo Egipto con un apartado visual y artístico para quitarse el sombrero. Nosotros ya hemos podido probar en profundidad el videojuego (os dejamos nuestro análisis de Assassin’s Creed Origins) y damos fe de lo grande que es este título.
Esta es la historia del Antiguo Egipto de Assassin’s Creed Origins
Sin embargo, en un juego de estas características, es imposible tenerlo todo atado, lo que provoca que aparezcan los famosos bugs. En ocasiones son graciosos y en otras te fastidian una partida, pero ahí están. En Assassin’s Creed, como vemos gracias al Twitter de Tom Phillips, son del primer tipo. Y es que, como veréis a continuación, parece que hay un bug que provoca que los animales adopten posturas antropomórficas.
Este tipo de posiciones parecen las clásicas de cuando un animador está realizando su trabajo o de cuando se colocan las texturas de los personajes, de ahí que los animales estén en posiciones que se salen de su rutina. Este tipo de bugs puede sacarnos de la ambientación que, por otra parte, tan lograda es en Assassin’s Creed Origins, pero ojalá no lo arreglen, al menos algunos de ellos, para poder encontrarnos con un señor cocodrilo de vez en cuando.
Ya en serio, Assassin’s Creed Origins es un auténtico juegazo que ya está disponible y que muy pronto podremos disfrutar en consolas como es debido, a 4K y mejores gráficos gracias a la potencia de Xbox One X.