Crytek está pasando un mal trago económico, con sus últimos fiascos free-to-play y el no entendimiento con Microsoft está cavando su propia tumba. La consecuencia es que muchos trabajadores están dimitiendo ante la falta de seriedad de la directiva y los salarios a medio pagar.
Así las cosas, la compañía alemana ha decidido vender la licencia Homefront -la cual adquirió recientemente de la difunta THQ por 544.000$- a Deep Silver, que se estaban encargando ya de la secuela, Homefront: The Revolution. De esta forma, el estudio dirigido por Klemens Kundratitz se ha hecho con el control de todo el desarrollo. El montante de esta operación no ha salido a la luz de momento.
El propio Kundratitz, CEO de Deep Silver, ha declarado que están muy contentos con la adquisición, ya que creen en el potencial de la franquicia.