¿Cuándo consideramos que hemos completado un juego? Quizás esta pregunta os resulta muy obvia a cada uno de vosotros, pero vuestras respuestas seguramente disten. A día de hoy un videojuego no termina en el momento en que los créditos aparecen, los videojuegos tienen más vida gracias a su contenido (mundo, misiones, rejugabilidad…) sino por la continuidad que las compañías les dan con actualizaciones cada cierto tiempo o la importancia que su vertiente online pueda tomar. Luego entran en juego -nunca mejor dicho- los logros, un añadido que tiene un papel muy importante en el concepto de “completar” donde muchos son los usuarios que sienten que hasta que no obtienen el último logro de un juego no consideran que lo han acabado.
Logros, porcentajes, trama, online… Muchos son los factores que hacen que cada uno de nosotros considere de manera distinta lo que para él es acabar un juego. De eso quiero hablar en éste artículo: tratar los factores que influyen y generar un poco de debate tanto en la web como en nuestras redes sociales, donde los jugadores respondan y opinen al respecto.
Podemos partir de la base que cada categoría de juego tiene sus condiciones especiales. Por ejemplo: considero que un juego deportivo nunca se puede “terminar”, aunque consigamos todos los logros, es algo que da igual. No es un juego enfocado a un principio y un final. Algo parecido puede pasar con los juegos centrados en el concepto online como Overwatch, GTA Online, PUBG o Rainbow Six Siege. Estos juegos nos dan infinitas horas de diversión y en eso radica su existencia, no es una historia con un principio y un final, solamente terminan en el momento en el que nos cansamos de ellos o sale una nueva versión. Es por eso que mientras van llegando y saliendo nuevos juegos en nuestras vidas siempre hay alguno que continua con nosotros durante un largo periodo, ya sea el juego deportivo/shooter del momento o algún juego completamente online de larga duración como los mencionados. Esos juegos no nos dan la satisfacción de completar algo, pero sin duda son los que más horas y diversión nos aportan.
El gran debate llega con los juegos de aventura, sobre todo si son de mundo abierto y/o RPG’s. Juegos en los que predominan las misiones secundarias, los mundos con gran cantidad de alicientes y de inmenso tamaño… Es más, Assassin’s Creed Origins tiene la culpa de que escriba estas líneas. Tras terminar su historia principal decidí obtener todos sus logros, para ello debía completar gran parte del contenido del juego, pero no todo. Es un juego que me ha encantado y su gameplay es todo un vicio, así que dedicar más horas hasta obtener el último logro era algo que me parecía atractivo. ¿Sería entonces cuando considere que he terminado el juego? Conseguir los 1000 puntos de Gamerscore no dejaba el marcador de progreso del juego al 100% por lo que no estaba “acabado” como tal, pero el aliciente desaparece, más allá de conseguir un número como el 100%.
Volviendo a los juegos de aventura, el mismo dilema de AC Origins está presente en casi todo. ¿Pero qué es lo que nos empuja a completar un juego? Obviamente su calidad. Si a mí un juego no me atrae, lo más seguro es que luche por llegar a los créditos finales y dejarlo aparcado. Pero si me gusta, seguramente le eche más horas, ya sea para jugar más misiones secundarias o explorar hasta el último rincón del mapa y si me encanta pues ya iré hasta el final. No soy una persona obsesiva con los logros (conozco a gente que de verdad tiene un problema con este tema) así que si veo que conseguirlos es algo que se hace de manera natural me lanzo a ello. Para mí, el máximo exponente de “completar un videojuego” es sacar hasta el último logro.
Pero lo que yo opino no es lo que los demás piensan y sin precipitarme creo que muchos de vosotros no coincidiréis conmigo en tal afirmación, algo obvio ya que como digo al principio cada uno tiene una opinión formada al respecto.
Si salimos de los juegos más convencionales nos topamos con aquellos que cuentan con varios caminos o decisiones. Juegos de rol como NieR, Mass Effect o Fallout y aventuras gráficas que nos aportan diferentes decisiones a escoger, algo que dejando de lado los logros que puedan estar relacionados con ello nos animan a jugar varias veces el juego principal para descubrir nuevos caminos, tramas e incluso finales. Es entonces cuando el concepto de “terminar” toma un nuevo sentido, ya que puedes conseguir tus logros, llegar a los créditos finales por primera vez, e incluso explorar el mundo del juego, pero te quedarían historias y caminos por conocer.
Es por eso que lo de terminar un juego es algo obtuso que depende de cada persona y cada juego. La calidad de un juego influye con un gran peso en nuestro interés por continuar con él, pero es nuestro concepto de completitud lo que nos impulsa a creer cuándo lo damos por terminado.