Llevamos ya muchos años sin un nuevo Dragon Age, aunque la nueva entrega de la franquicia esté en desarrollo actualmente (y según las últimas noticias, su desarrollo está yendo bastante bien). Desde «Inquisition», hemos estado esperando a nuevas aventuras por el fantástico mundo de las obras de Bioware, pero ahora salen a la luz algunas declaraciones que nos confirman que Dragon Age: Inquisition podría haber sido mucho más ambicioso.
En una entrevista con el medio USA Today, el antiguo jefe de Bioware Aaryn Flynn ha hablado sobre los problemas que el equipo tuvo que afrontar en el desarrollo de esta entrega, los problemas que dio el desarrollarlo para la generación de PS3 y Xbox 360, junto a las consolas de «nueva generación» (PS4 y Xbox One) y los recortes que tuvieron que hacer para que las antiguas consolas pudieran mover el juego, algo que hizo que las ambiciones más grandes del estudio tuvieran que ser recortadas.
Dragon Age: Inquisition podría haber sido mucho más ambicioso
Así de espectacular luce Dragon Age Inquisition con Unreal Engine 5
Esto nos muestra que muchas veces, los estudios de desarrollo tienen que luchar contra viento y marea para sacar adelante sus proyectos, incluso los estudios más grandes. Si en la actualidad las empresas siguen dando soporte a las consolas de anterior generación con nuevos títulos, la situación podría repetirse, y tirar por la borda la ambición de cientos de personas por decisiones económicas que se podrían evitar, es algo que no debería de volver a pasar. Aún así, Dragon Age: Inquisition fue, y sigue siendo, uno de los grandes títulos de BioWare, y un imprescindible para los amantes del RPG.