El parche 1.0.2.d de Diablo IV llega de manera vertiginosa, mostrando como desde Blizzard se toman estos 4 días de acceso anticipado como un perfecto terreno de pruebas para balancear su juego, con la finalidad de no tener elementos que limiten la experiencia a una build potente por clase, o peor aún, que una clase sea tan absurdamente poderosa que sea poco atractivo jugar con otra en escenarios PvE y, sobre todo, PvP.
Ya lo mencionaron antes, y lo hacen de manera algo más explícita en esta actualización del post orientado a parches, subido en el blog oficial de Blizzard. La intención de Diablo IV es que sea un juego donde, paulatinamente, te sientas poderoso, derrotando a una gran cantidad de demonios en tu sendero de superación. El objetivo nunca debe pasar por encima de las mecánicas, donde el personaje se pone frente al enemigo en cuestión (ya sea un jefe o no) sin la mínima intención de esquivarle, sin el mínimo miedo de morir.
El parche 1.0.2.d de Diablo IV acaba con la tiranía de los bárbaros, además de nerfear algunas builds de otras clases problemáticas
Otros problemas significativos pasan por las builds menos usadas y poderosas. Aquellas han recibido bufos para que, por lo menos, sean una opción a tomar en cuenta. Así mismo, pocos días han bastado para notar que los glifos en la progresión del Paragon dan demasiada potencia a los personajes, tanta que algunas combinaciones tienen beneficios mayores en comparación con llevar el set de armadura perfecto requerido para tu build.
Es sin duda el Bárbaro la clase que ha demostrado ser la más problemática, con un potencial de aguante exagerado, usado por los jugadores más hábiles. Los cambios más significativos son los de un menor porcentaje de reducción de daño, un menor potencial de reducción de enfriamientos y de probabilidad de crítico.
En cuanto al Druida, su especialización de daño eléctrico a visto su daño aumentado. El Nigromante, talvez la clase más débil del juego, ha recibido mejoras en su vertiente de Sangre y en sus invocaciones, Lo que más sorprende es el daño del Gólem de Hierro, que pasa de hacer un 25% de daño a un 175%, lo cual suscita un resurgimiento de un Nigromante enfocado en invocaciones, a espera de un futuro nerfeo si acaso este aumento de daño se sale de control.
En cuanto al Paragon, la velocidad de ataque que ganabas aquí se redujo un 50%, así que tocará analizar si sigue mereciendo la pena tener esos puntos invertidos ahí o si acaso es mejor cambiar de estrategia. Las bonificaciones de los glifos al daño crítico, vulnerabilidad, nodos de frío, fuego, eléctrico, físicos, no físicos, raros y mágicos han bajado drásticamente, hasta un 66% en algunos casos.