Baldur’s Gate 3 se llevó casi todos los reconocimientos en 2023, y con razón, pero Alan Wake 2 siempre guardará un lugar especial en mi corazón. Remedy tenía la difícil tarea de traer de vuelta a un querido personaje que había estado en barbecho más de una década y no solo lo hizo con una obra maestra, sino también con una idea a la que Sam Lake quería dar forma desde hace tiempo: el Remedyverso.
El Remedyverso no es más que la interconexión existente entre todos los videojuegos de la compañía finlandesa, entre los que se incluyen Alan Wake y Control (y en cierto modo Max Payne y Quantum Break, aunque esta última licencia no sea propiedad de Remedy), pero también una de las ideas más frescas de la industria en años. No lo es porque el multiverso sea un tema poco tratado, sino por el abanico de recursos narrativos y jugables de los que hace gala uno de los estudios más ingeniosos y atrevidos del panorama triple A. En este artículo queremos contarte qué nos ha parecido Night Springs, la primera expansión de Alan Wake 2, que se adentra más que nunca en este Universo Conectado de Remedy.
Remedy y Sam Lake, fuentes inagotables de ideas brillantes
Night Springs, traducido en España como La noche se levanta (nombre de un programa de televisión ficticio dentro del universo Alan Wake y que se arrastra desde la primera entrega), es la primera de las dos expansiones que tendrá el videojuego de Remedy. En este caso se trata de tres historias con protagonistas distintos y muy variados: el primero lo encabeza Rose, la camarera del Oh Deer Diner; el segundo, Jesse Faden, protagonista de Control; y el tercero, el sheriff Breaker, el nuevo jefe de policía de Bright Falls e interpretado por Shawn Ashmore, también líder del reparto de Quantum Break. Ya ves por dónde van los tiros, ¿verdad?
El argumento de los capítulos va in crescendo en cuanto a rareza, y eso que ya empieza todo muy raro. El de Rose nos muestra a la fan número uno de Alan Wake con la necesidad de rescatar a su novelista preferido. Escopeta en mano, se enfrentará a todo lo que le salga por delante. En el de Jesse Faden nos adentramos en Coffee World en busca de su hermano, pero a la protagonista de Control la guía una suerte de acompañante alienígena. Finalmente, el de Breaker es el que hace gala de más recursos metanarrativos y nos pone en la piel del mismísimo Shawn Ashmore, que está trabajando en un proyecto con Sam Lake, pero descubre que sus otros yo en otras dimensiones están siendo amenazados por Warlin Door, que también actúa como presentador del programa Night Springs.
No entraremos en más detalles para que te lleves las sorpresas por ti mismo, pero te aseguramos que merece la pena experimentarlas a ciegas. Como hemos dicho, Sam Lake es un pozo sin fondo de imaginación e ingenio. Aparte de la rareza, los episodios también van in crescendo en calidad, siendo el último claramente superior. Todos ellos tienen una duración de entre 35 y 45 minutos y nos dan una pista de por dónde van a ir los tiros en el futuro de Remedy. Y es francamente emocionante.