Uno de los creativos mejor valorados hoy día, Hideki Kamiya, tiene en Scalebound un proyecto que, avalado por Microsoft, permitirá que sus sueños se hagan realidad. Esta afirmación parece atrevida, pues este creativo es capaz de ofrecer grandes experiencias con sus títulos, y hoy día se encuentra inmerso en un juego que será distribuido en exclusiva en Xbox One. El curriculum de Kamiya está lleno de éxitos, como podemos observar, juegos como Resident Evil, Bayonetta, DmC, Viewtiful Joe, surgieron a partir de la mente creativa y la dirección de este creativo, que ha dejado sus impresiones de este nuevo título en Gamespot.
Uno de los aspectos más llamativos de esta entrevista es que para Kamiya, realizar Scalebound es como realizar su sueño, siendo considerado hoy día como «su juego soñado». Según explica Kamiya, «recuerdo esos juegos de Famicon, esos juegos que son simples y fáciles, para enchufar y jugar», pero tras una experiencia con los primeros RPG de PC, observó que había una compleja maquinaria de customización detrás de algunos de ellos, tanto en las mecánicas como en la historia que narraban, lo que gustó a Kamiya y lo motivó para hacer «el juego de fantasía que deseaba hacer», asegurando que Scalebound está motivado por este tipo de juegos, siendo «el juego que siempre he querido hacer».
«No hay muchas oportunidades de hacerlo», matiza Kamiya, «quería hacer un juego de fantasía donde tener dragones, porque es parte de lo que ofrecían aquellos maravillosos juegos clásicos de fantasía, esos donde hay grandes monstruos y dragones, cada cual más alucinante», describe, donde asegura que Scalebound es el juego donde han confluido todas esas ideas que tuvo cuando era más joven.
Sus orígenes tienen productos muy ligados al anime, tanto juegos como The Wonderful 101 como Bayonetta, son juegos que evidencian su vínculo con las series de animación. Pero Kamiya ha buscado cambiar estas referencias con Scalebound para aportar una visión más realista, lo que ha supuesto un reto para el creativo, si bien, parece que el mayor reto ha sido convencer al público de hacer un título junto a Microsoft. «Estamos trabajando para un editor extranjero por primera vez», explica Kamiya, «al principio piensas en trabajar para Capcom, luego igual SEGA y finalmente Nintendo», explica Kamiya refiriéndose a los objetivos que los creativos japoneses tienen cuando son jóvenes. «Ellos tienen la misma cultura de videojuegos, todos tenemos una visión cercana a como desarrollar juegos», argumenta, «no son una estructura super rígida en ningún ámbito», donde «con Microsoft, desde una perspectiva totalmente diferente en cuanto a diseño e ingeniería que esos editores japoneses, ofrece una estructura de desarrollo con muchas puertas y objetivos para la calidad y el calendario». Según explica «todo está controlado y hecho para la estructura que tienen construida», a lo que «ha sido un desafío hacer frente a toda esta organización, cuando solo has hecho juegos en entornos desestructurados».
Una de las cuestiones que más sorprendió de Scalebound, dado que es un juego de Platinum Games, es que vaya a ser distribuido en exclusiva para Xbox One. Según explica Kamiya, «vinimos con la propuesta de Scalebound y la presentamos», pero Kamiya explica que los de Redmon se acercaron varias veces antes para preguntarles por una colaboración en un proyecto. «Presentamos Scalebound porque pensamos que sería una propuesta que encajaría con sus conceptos», algo que, como bien sabemos, fue aceptado y presentado como un proyecto vinculado a Microsoft, una exclusiva desde Japón para Xbox One.
En cierto modo, Scalebound se ha presentado como un proyecto diferente para Microsoft, sin embargo, estas diferencias es lo que va a permitir ofrecer una mayor diversidad en el catálogo exclusivo de Xbox One. Las pautas de Microsoft parecen haberse cambiado, tomando gran valor cualquier juego que pueda ver la luz de forma exclusiva, independientemente del género y la cultura de origen del mismo. Kamiya no es demasiado partidario de los halagos, pues «a todo el mundo le gusta y es difícil responder a este seguimiento». Kamiya explica que el feedback es importante, pero difícil de llevar si halagan un producto sin pensarlo dos veces. Para Okami, Kamiya no obtuvo ningún feedback, siendo un producto que se desarrollo en total aislamiento.
Pero Scalebound tiene muchas bazas para ser un gran título, en parte, por las opciones que pretende implementar en este RPG, más que por el hecho de hacer uso de un gigantesco dragón para hacer frente a monstruos varios. Para el equipo de Kamiya este juego representa todo un reto, independientemente de si es mejor o peor producto. Es ahí donde el feedback frustra al creativo, asegurando que es partidario de tomar decisiones difíciles, con largos tiempos de meditación, mientras que con un feedback constante el desarrollo parece ir guiado por el tumulto de sugerencias. Pero la capacidad de Kamiya de hacernos viajar a diferentes mundos es consecuencia de poder «confiar en una idea y desarrollarla, con la gente que cree en ese proyecto, pues si la gente confía en el producto, se llevará a cabo se hará realidad».
En este momento, Kamiya se centra en explicar algunos detalles de Scalebound, título en el que «compartimos experiencia con un dragon que lleva la IA», un dragón que supone un reto para el estudio, pues «¿Cómo deberíamos plantear el dragón en la batalla?¿Como debería crecer el dragón junto a tí?¿Donde hay que centrar el esfuerzo? Todo esto es el proyecto original para nosotros». Scalebound es un reto pues «todo tiene que encajar», «la cantidad de decisiones que hay que realizar y la cantidad de decisiones que no conocemos, así como las decisiones que no tomamos, son un elenco amplio dentro del juego». Kamiya tiene en Scalebound un reto continuo, por diversos frentes en el desarrollo, pero el está convencido de que el producto final hará que todos esos conceptos puedan confluir y hacer que todo funcione. Es un reto para Kamiya y puede ofrecer un producto revolucionario para el catálogo de Xbox One.
Kamiya está convencido de que podrá hacer frente a cualquier desafío que se presente en Scalebound, uno de esos proyectos que sorprendió en la pasada Gamescom, una baza inesperada para Xbox One, que pretende ver la luz en 2016, y que podría aportar algo diferente a las licencias típicas de Microsoft.