PUBG ha salido a la venta hace apenas unos días y ha sido todo un éxito. Casi 500.000 vendidas los 3 primeros días convierten a PUBG no solo en una de las grandes propuestas del año, sino en el protagonista absoluto de las Navidades. Una vez probado, pocos podemos dejarlo.
Sin embargo, el éxito de PUBG ha estado acompañado de críticas. Constructivas en ocasiones, con clara intención de que el juego mejore. Y destructivas en otras, más orientadas a desprestigiar al título y a sus usuarios que a lograr que avance. Algo que este año no solo se ha dado con PUBG, porque Xbox One X vivió una situación parecida.
Es entonces cuando muchos nos planteamos el porqué de ese odio y si realmente habrá algo más detrás. Como, por ejemplo, envidia.

¿La envidia ha salpicado a PUBG?
PUBG: el trono de la viralidad reclama a su rey
Bluehole Studios ha conseguido traernos una propuesta increíblemente innovadora este año, por su simpleza y efectividad. Tomando el modelo de Battle Royale, en PUBG nos tendremos que tirar desde una avioneta a una isla desierta, junto a otros 99 jugadores. ¿El objetivo? Que solo quede uno. Para ello tendremos que hacernos con las mejores armas que podamos, idear una estrategia y rezar por no encontrarnos con mejores rivales durante la partida.
Cómo mejorar el framerate de PUBG
Y lo mágico de PUBG es lo que ha conseguido con una idea tan básica y elemental: que el juego te atrape. Sin una historia intensa ni unos gráficos de alabar, PUBG llega a donde muchos solo sueñan y consigue atraparnos. Recurriendo a una de las reglas más antiguas y básicas de los videojuegos (equiparse y matar), PUBG consigue ofrecernos tensión y enganche. Que, mezclados, han convertido al juego en el fenómeno que es ahora.
PUBG está rozando los 3 millones de jugadores ahora mismo en Steam. A los que hay que sumar los 500.000 con los que casi cuenta Xbox One y que, en pocos días, probablemente los supere. Bluehole Studios ha superado a gigantes de PC como Counter-Strike o Dota 2. Así que, aunque PUBG no cumpla desde el punto de vista técnico (por el momento), nos capta de otras formas. Y eso es precisamente en lo que brilla.

PUBG sigue destrozando récords en Steam.
¿Es un juego en desarrollo una estafa?
PUBG es un juego en desarrollo. Lo sabemos desde principios de año, la caja así lo indica y antes de empezar la partida un mensaje nos lo vuelve a recordar. PUBG no está acabado ni mucho menos. El juego forma parte del sistema Xbox Game Preview, un medio que alberga juegos en desarrollo en los que pueden participar los usuarios que así lo deseen.
Quejarse de que PUBG no cumple con lo prometido indica dos cosas: un total desconocimiento hacia Xbox Game Preview y una ignorancia absoluta hacia el estado de PUBG en su versión de consolas. El juego ha salido a la venta por 29,99€ precisamente por encontrarse en pleno desarrollo, con un enorme trabajo por delante. ¿Significa eso que PUBG es una estafa? Está claro que no.
Estafar significa, según la RAE, “pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios o engaños y con ánimo de no pagar” o “cometer alguno de los delitos que se caracterizan por el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio”. A juzgar por los permanentes anuncios de que PUBG se encuentra en fase de desarrollo, en este caso no encontramos ni artificios, ni engaños, ni abusos de confianza. Se trata de un juego en fase de desarrollo y eso es exactamente por lo que hemos pagado. Por mucho que algunos lo obvien.

Xbox One nos indica desde el principio que el juego está en fase de desarrollo. Por tanto, no hay estafa.
Hablar de estafas es usar palabras mayores. Tal vez sea un concepto más apropiado para definir esos juegos que ofrecen cualidaes que a la hora de la verdad no existen. Que pretendan engañar al consumidor haciéndole creer que el juego cuenta con ciertos elementos que, tanto desarrolladora como distribuidora, saben que no poseen. Y que inevitablemente provoca que el juego acabe denunciado. En tales casos sí podemos hablar de engaños, artificios o abusos de confianza.
El Síndrome de Procusto o por qué se odia al que hace las cosas bien
Uno de los aspectos más interesantes de estos movimientos “de odio”, que surgen contra ciertas compañías, es descubrir qué se esconde detrás. Qué razones puede haber para atacar algo con tanta rabia, ganas y visceralidad. En este caso vuelve a aparecer el conocido como Síndrome de la disonancia cognitiva, que básicamente consiste en envidiar lo que uno no tiene o no puede tener. Pero no es el único, porque el Síndrome de Procusto acecha en cada crítica destructiva y sin fundamento.
Procusto fue un personaje de la mitología griega que regentaba una posada en una colina. Sin embargo, este posadero era bastante peculiar, porque serraba los pies a los viajeros que no cupieran en su cama. Finalmente el héroe Teseo acabó con él, dándole a probar de su propia medicina.

El éxito de PUBG hace que la envidia corra por Internet.
Partiendo de esta idea, la psicología ha utilizado a Procusto como sinónimo de intolerancia a la diferencia. Para los “procustos”, todo aquello que sea superior, diferente o brille más que ellos (y por tanto que no quepa “en su cama”) debe desaparecer.
Los procustos se caracterizan por unos caracteres básicos: intentan vapulear por cualquier medio a quienes sobresalen, necesitan tener razón en todo, fingen hablar desde el respeto y tolerancia cuando en realidad solo quieren resaltar su ego, buscan la complicidad de otros para acabar con el blanco de su envidia y temen, por encima de todo, reconocer que a alguien le va bien. ¿Os resulta familiar todo esto ahora mismo?
La polémica siempre mueve las aguas de Xbox One
Hablar de que la polémica siempre salpica un buen lanzamiento de Xbox One es repetir una vez más lo que ya todos sabemos. Pero parece que no nos quede más remedio. Este año hemos vivido exactamente la misma situación con el lanzamiento de Xbox One X. Mientras la consola superaba todas las expectativas de la casa, hubo una especie de aura negra que intentó empañar los resultados.

El desprestigio también ha salpicado a Xbox One X.
Algo muy similar estamos viviendo con el lanzamiento de PUBG, lo que inevitablemente resta credibilidad a las críticas. Una crítica constructiva siempre ayuda y es necesaria. El problema aparece cuando un gran anuncio de Xbox llega acompañado de una polémica, más o menos evitable según los casos. Entonces es cuando surgen las dudas del usuario y con razón.
Es normal que algo criticable se critique; lo raro es que algo que dé frutos a Xbox normalmente esté acompañado de una campaña de desprestigio. Porque entonces es cuando nos damos cuenta de que, tal vez, el verdadero desprestigio esté en esas críticas.
Si tan bueno es PUBG, ¿dónde están sus defensores?
Entonces, si toda esta campaña de desprestigio es mentira, ¿dónde están las voces que defiendan PUBG? Muy sencillo: están jugando. Es probable que muchos de ellos ni siquiera se hayan enterado de los artículos, mensajes o comentarios que intentan desprestigiar PUBG simplemente porque, desde hace 3 días, no se despegan de la pantalla.

Lejos de contestar al hate, los jugadores de PUBG están disfrutando del juego.
Pero como siempre ocurre, la última decisión la tenemos nosotros. ¿Merece o no merece la pena? ¿En quién confío: en la campaña de desprestigio o en los que ya se han vuelto adictos a PUBG? Yo lo tengo muy claro. ¿Y vosotros?