Una de las cosas que hemos tenido que hacer este fin de semana es probar a fondo la demo de Final Fantasy XV. Y vaya si lo hemos hecho, ya que el nuevo juego de Square Enix y la siguiente entrega de la saga Final Fantasy tiene pinta de ser uno de esos juegos que recordaremos durante mucho tiempo.
En esta entrada os presentaremos nuestras impresiones sobre la demo de Final Fantasy XV, además de un gameplay comentado de los primeros minutos del título, esta vez sin haber tenido la oportunidad de jugarlo anteriormente.
Qué contar de Final Fantasy XV, o más bien, por donde empezar. Final Fantasy XV, la pequeña porción que hemos podido jugar ahora, es el resultado de 9 años desde que se presentó, pudiendo llevar perfectamente unos 10 años, en total, en desarrollo. Aunque en todos estos años hemos podido disfrutar de algún que otro trailer, la información sobre el juego, cuando se llamaba Final Fantasy vs XIII y era exclusivo de PS3, era más bien escasa, algo que cambió en el E3 del 2013 cuando Square Enix confirmó el cambio de nombre, a Final Fantasy XV, y el cambio de sistemas, a Xbox One y PS4.
A partir de ahí hemos podido disfrutar de mucho, mucho material, sobre todo relacionado con este Episodio Duscae, algo que, aparecentemente, es lo más terminado que tienen y lo que nos da a pensar que aun queda mucho desarrollo por delante. Y es que, el desarrollo de Final Fantasy XV no parece ser fácil. Hajime Tabata comentó en septiembre del 2014 que el juego se encontraba al 55% de su desarrollo y unos meses después, en febrero de este año, afirmó que se encontraban al 60%, lo que es un avance del 5% en unos 6 meses, algo que se nos antoja muy escaso.
Pero bueno, lo que nos importa es lo que tenemos hoy entre manos: la demo de Final Fantasy XV gracias a la compra de Final Fantasy Type-0, un gran juego pero cuyo mejor reclamo publicitario es la inclusión de dicha demo. Y es que, una vez empiezas a jugar, te das cuenta que todo lo que rodea Final Fantasy XV, los retrasos, la incertidumbre, el ‘vapor-ware‘ que se consideró en su día, está justificado, en parte, por la calidad de lo que hemos podido jugar algo que, también os digo, no será del gusto de todos debido a un cambio radical en la saga: el combate. Aunque, claro, eso es algo de lo que hablaremos tras la pequeña introducción contextual.
¿De qué va Final Fantasy XV?
Aunque la numeración sea diferente, la historia de Final Fantasy XV no ha cambiado en exceso desde su época de ‘vs XIII’. EL juego sigue estando muy relacionado con el universo de Final Fantasy XIII, el universo, ojo, no el mundo, que es completamente diferente en cuanto a desarrollo tecnológico. Lo que importa es el universo y dicho universo es el de los Cristales de Poder.
Lucis es el reino donde se encuentra el último Cristal de Poder, algo que daría un poder incomparable a quien lo poseyese, según la leyenda al menos. Tan preciado elemento es motivo de disputa del reino Lucis con los vecinos Niflheim, quienes ansían el codiciado cristal. En una estratagema para hacerse con el poder, el gobierno de Niflheim propuso un tratado de paz con Lucis que no era mas que una excusa para irrumpir en el reino e invadirlo desde dentro, algo que hemos visto infinidad de veces en el cine y las series pero pocas en el mundo de los videojuegos.
En medio está Noctis, el heredero al tronos de Lucis, quien es enviado por su casa a los reinos vecinos con la esperanza de firmar acuerdos de alianza que ayuden al reino de Lucis a hacer frente a Niflheim. Y es ahí, precisamente, donde parece empezar el Episodio Duscae, con Noctis, ‘Noc’, y sus amigos, que a la vez son consejeros, compañeros de la infancia y protector, en un viaje por carretera en el comentado descapotable.
Dicho descapotable se estropea, lo que nos lleva a la gasolinera y taller de la exuberante Cidney, la cual necesita unas piezas especiales para reparar el vehículo y, claro, como nada es gratis, nuestro pequeño grupo deberá buscar el dinero, los giles, para hacer frente al pago. Tras esta contextualización que no comento en el gameplay de más arriba, por fin empieza el Episodio Duscae. Por fin empieza la magia.
Y aquí estamos, con un coche que no funciona y la necesidad imperante de encontrar dinero. ¿Cuál es la mejor forma de encontrar dinero? Haciendo misiones, en este caso se nos encomendará la misión de encontrar a un Bégimo gigante, darle caza y cobrar nuestra recompensa aunque, como es lógico, tendremos que hacernos antes al sistema de combate.
SquareEnix arriesga con su saga franquicia
Lo que la compañía nipona va a hacer con Final Fantasy XV es un gesto tan atrevido como polémico aunque, cuando las cosas funcionan, parece que las aguas se calman y toda la polémica no es más que ‘miedo’, en cierto modo, al cambio. En Final Fantasy XII, Square ya innovó ofreciendo un combate más dinámico y estratégico, algo así como el de Final Fantasy XIII que, aunque era un coñazo, tenía el sistema de formaciones que hacía el título bastante estratégico.
En Final Fantasy XV, como digo, han querido arriesgar y han implementado un sistema de combate simple en algunos aspectos y complicado, por lo difuso que resulta, en otros. Lo mejor de todo lo que voy a decir ahora es que se puede observar claramente en el vídeo que acompaña estas líneas, tanto las bondades, como el sistema de ataque, las características especiales de cada arma o el esquivar de forma automática. Por el otro lado encontramos el sistema de bloqueo y contraataque y la cámara, cámara que nos dejará vendidos en más de una ocasión. Pero, vamos despacio.
En los puntos a favor en el sistema de combate, Final Fantasy XV goza de nuestro consentimiento en el ataque automático que, según como lo pulsemos (si damos pulsaciones cortas o mantenemos el botón ‘X’) cambiará, utilizando unas armas u otras. También tenemos la posibilidad de lanzar la espada fantasma de Noctis contra un enemigo y, automáticamente, abalanzarnos sobre él para asestarle los sablazos de rigor. Es algo que os puede parecer simple y carente de estrategia. Bien, la estrategia, más que en los golpes, reside en cómo utilizar los puntos de magia, los cuales se gastarán rápidamente y nos dejarán prácticamente indefensos durante un rato, ya que se irán rellenando, algo lentos, de forma automática, así como los puntos de vitalidad.
Los puntos de magia los usaremos a la hora de desplazarnos rápidamente, ya sea contra un enemigo como hacia algún punto estratégico para poder ‘recargarnos’ la vitalidad. Tampoco podremos utilizar las habilidades especiales que causan daños de área o mayor daño de lo normal, algo que, de noche, es bastante necesario. Y, lo peor es que, esquivar también gastará puntos de magia. Básicamente, todo aquello que desprenda un halo de luz azul gastará puntos de magia que nos dejarán exhaustos y vendidos si llegamos a cero en el marcador, al menos durante un tiempo.
Además de esquivar, también podremos bloquear y contraatacar, algo que se realizará pulsando el botón de esquivar + X en el momento adecuado, por lo que hay que controlar el timing del combate. Hasta aquí nada nuevo, es algo visto en decenas de juegos. Lo que pasa es que, algo que podría dar mucho juego si se hubiese implementado bien, se convierte en algo desesperante en Final Fantasy XV debido a la poca claridad de la señal sobre cuándo debemos realizar la combinación. Como veis en el vídeo, al principio, en la lucha contra Gladiolus, nos es casi imposible bloquear. Más tarde, contra los ‘lobos’, será algo más fácil y que saldrá casi solo. Para continuar con los puntos negativos hay que hablar de la cámara, tanto de la que controlamos nosotros como la que se coloca de forma automática cuando fijas a los enemigos.
La cámara se puede mover en cualquier dirección en el momento que queramos sin embargo, ésta será algo caprichosa en algunos puntos y nos enfocará de frente, haciendo que parezcamos algo, bastante, torpes en pantalla como, por suerte, también se puede apreciar en nuestras primeras impresiones en vídeo. Se acabará recurriendo a fijar a los enemigos y olvidarnos de la cámara. Sin embargo, cuando fijamos un enemigo y éste se aleja más de un par de metros de Noctis, no realizamos un saltito ni ‘esprintamos’, sino que le daremos golpes al aire de manera algo cómica.
Otra cosa que no me ha gustado mucho es la ya comentada posibilidad de ‘teletransportarse’ a cierto punto gracias a la espada fantasma para recuperar energía y ver el terreno desde una posición estratégica. Es algo que sí, funciona, pero funciona cuando el juego quiere que funcione, estando limitada a ciertos puntos específicos, como por ejemplo el combate contra el Bégimo. Habría sido un puntazo que este sistema pudiese utilizarse para subirse a los árboles y plantear de otra forma los combates, sobre todo los nocturnos, cuando te asolan decenas de enemigos.
En definitiva, el combate y el control de la cámara y el sistema de ‘fijado’ es herencia no ya de Type-0, sino del que considero ‘padre’ de esta entrega: Kingdom Hearts. No en vano, aunque ahora su director sea el de Final Fantasy Type-0, Final Fantasy XV empezó su producción con Nomura a la cabeza, por lo que algo se le ha pegado al juego.
Y, en el centro, ni bueno ni malo, encontramos el sistema de… reanimado. En el título tendremos nuestras pociones y los tónicos para revivir aliados caídos sin embargo, no llego a entender aun por qué en un juego de este estilo Square Enix pensó que sería buena idea que la forma de reanimarnos en algunas ocasiones fuese mediante una palmadita en la espalda. Un ‘ale, ale’ y a tirar. No lo critico, ojo, pero me llama la atención. Es algo que funciona y si no hay nadie que nos dé la palmadita siempre podemos recurrir a las pociones.
4 tios con ropa rara en un descapotable
Vale, no nos vamos a engañar, este apartado ha sido muy criticado. ¿Dónde van cuatro tíos en descapotable? Pues bien, van a hacer amigos. Se hace raro que no haya ninguna mujer entre ellos, viendo las últimas entregas de la saga, pero algo que entra dentro del guión del juego y la ‘corte’ alrededor de Noctis.
Algo que tiene que ver con la jugabilidad y que será llamativo para muchos, incentivando o no la compra del juego, es que sólo manejaremos a Noctis y los demás tendrán su propia IA, que no nos ha parecido mala, la verdad.
El juego en este aspecto tiene algunos detalles que me han gustado sobremanera. Cuando terminamos cada combate, cada personaje tiene una animación distinta, incluso alguna mueca en la cara. Si vamos paseando alegremente por el campo, nuestros amigos irán despreocupados, alguno se adelantará, otros se quedarán en retaguardia, otro observará el paisaje… todo de forma despreocupada. Cuando, sin embargo, es de noche y vemos peligro cerca, aunque no hayamos entrado en combate, nuestros aliados adoptarán una formación defensiva, preparados para cualquier ataque. La verdad es que, cansado un poco de los turnos, a mi este combate manejando sólo a Noctis y despreocupándote, en cierta medida, de los compañeros, me ha encantado. Hay que pulirlo, como digo arriba, pero la idea es muy buena.
Entre los enemigos tampoco está mal la cosa, viendo como dos facciones o especies diferentes pelean entre si a la vez que te hacen frente a ti. Todo un detalle que veremos también, por ejemplo, en The Witcher 3.
Maravilla audiovisual
Vamos a ser claros, si Final Fantasy XV era tan esperado era por declaraciones como »no vamos a tener que hacer cinemáticas CGI más con estas consolas», por la inversión realizada en el juego y por el cambio generacional. Ciertamente, y es un poco tontería valorar esto por ser una demo de un juego al que le queda mucho, muchísimo tiempo para ‘cocerse’ bien, el título nos da una de cal y otra de arena.
Hay cosas que rozan un nivel sublime y otras que son herencia del desarrollo en la anterior generación, como algunas texturas, sobre todo en escenarios. Hay que dejar claro en todo momento que hemos jugado, lógicamente, a la versión de Xbox One, con esa resolución ‘rara’ (1408×792) que esperamos se ancle en los 1080p en el juego final, resolución que podría mitigar los abundantes dientes de sierra con los que cuenta esta demo. Además, el AF no parece demasiado alto y la tasa de imágenes por segundo, lo que más me preocupa, ha encontrado en Final Fantasy XV una auténtica pista de baile. Repito, falta mucho pero espero que, al menos, pulan la tasa de frames por segundo de cara al lanzamiento del juego.
El diseño, por su parte, es incontestable, así como los efectos de iluminación que nos meterán de lleno en el mundo de Final Fantasy XV, sobre todo con su ciclo día y noche. Además, los reflejos en tiempo real sobre las superficies y las sombras dinámicas son algo digno de observar en un mundo tan inmenso como este.
Lo que si roza un nivel cinemático son las animaciones de nuestros personajes, con un Noctis muy fluido y con unos movimientos que parecen sacados de una cinemática. No lo sé explicar con palabras, por eso tenéis la ayuda de los medios visuales. Eso es, a nivel técnico y gráfico, lo que, con diferencia, más me ha gustado, así como todos los detalles de los que están cargados los personajes: marcas de piel, las texturas de la ropa, las ‘chorreras’ de la misma… y el pelo, ese capricho de los japoneses que si tuviese un mejor anti-aliasing sería casi perfecto.
En cuanto al apartado sonoro, Final Fantasy XV es incontestable, con unos efectos de sonido cuidados, unas voces escogidas a la perfección (os recomiendo jugar con las voces en japonés, son las originales y más acertadas, en mi opinión) y una banda sonora que es una auténtica delicia y que recuerda sobremanera a otra saga citada anteriormente: Kingdom Hearts.
¿Digno?
Totalmente, en mi opinión es el juegazo que los fans de la saga llevamos años esperando. No traiciona nada, sólo han cambiado la nomenclatura y lo han convertido de juego ‘consorte’ en juego principal.
Hay una cosa que no he comentado y que os estaréis preguntando donde está: la subida de nivel. Bien, aquí es tontería hablar de ‘referencias’ e influencias, ya que es un juego que, al menos, lleva 10 años a sus espaldas y no sabemos qué fue antes, si la gallina o el huevo. Lo que si sabemos es que, ciertamente, el sistema de experiencia y subida de niveles se parece a los de la saga Souls. Para subir de nivel debemos encontrar una hoguera y… acampar. En dicho momento, Prompto nos preparará algo de comer que funcionará a modo de ‘eter’ y, además, veremos como el contador de niveles asciende metóricamente. Tengo muchas ganas de ver este sistema en profundidad para ver las estrategias que se pueden lelgar a ‘montar’, algo que me encantó (la forma de evolución de personajes y su preparación para el combate) en Final Fantasy XIII.
En definitiva, estamos ante un Final Fantasy que se ve de escándalo, aunque tiene algunos fallos técnicos. Con una banda sonora que parece estar a la altura, un contexto que me llama mucho la atención.
Lo peor es una cámara algo ‘loca’, un sistema de apuntado que no funciona como debería, un sistema de contraataques que deben pulir, y mucho, y que aun queda una eternidad para poder jugar a la versión completa.
Mi único miedo es que, si pulen lo comentado, estamos ante una auténtica bestia gráfica. El tema es que es hoy una bestia, si sale a finales del año que viene o incluso en el 2017 (tiene pinta), el juego puede quedar muy, muy desfasado. Veremos que pasa y, sobre todo, a ver si vemos algo de Kingdom Hearts III, y pronto.