Sí, uno de los juegos más interesantes para este final de año lo firma Ubisoft y nosotros ya hemos podido jugar a Assassin’s Creed Origins en Xbox One X, el nuevo juego de la saga de los Asesinos que, tras un año en el que ha estado reponiendo fuerzas, volverá renovado para la nueva consola de Microsoft. Tras pasar dos horas al control de Bayek, os traemos nuestras impresiones y gameplay de Assassin’s Creed Origins en Xbox One X. Y vamos con lo más llamativo de todo, el combate.
Sincronizando nuevos movimientos
La comparación está muy manida, pero el combate de Assassin’s Creed Origins se basa en el de Dark Souls. Eso es así. Ubisoft se ha tomado la licencia de copiar el combate de la saga de From Software como una especie de ‘’venganza’’ por lo que han hecho ellos por otro videojuegos. Que se lo digan a Sombras de Mordor. Olvidad los corrillos de enemigos que jaleaban al valiente de turno al que le tocaba pelear contra nosotros, ahora los diferentes enemigos se lanzarán a por nosotros sin piedad, con la espada en alto y con ganas de pegarnos un tajo.
Ahora, RT funcionará como golpe fuerte y RB como golpe normal. Con B daremos golpes con el escudo (si los sincronizamos con los ataques enemigos, hacemos el parry) y con X esquivaremos. Es un sistema que cuesta pillar al principio, sobre todo si sois jugadores habituales de la saga, ya que los dedos se os irán directamente a los botones frontales del mando. Sin embargo, al final y cuando le pillas el truco, se trata de algo bastante reconfortante. Por fin un Assassin’s Creed es complicado. Y eso se agradece.
Las pirámides de Assassin’s Creed Origins
Algo muy llamativo de este juego es que las pirámides funcionan como si fueran atalayas, las famosas atalayas. Ahora, el puzle para revelar parte del mapa no consiste en subir a lo alto de un edificio (si a eso se le puede llamar puzle), sino que consiste en entrar en una pirámide y desentrañar los secretos que ella guarda.
A modo de puzle, muy sencillo, tendremos que interactuar con diferentes elementos (fuego y contrapesos, en mi caso) para avanzar hasta la cámara del tesoro y descubrir lo que se guarda en la pirámide. Hay veces que será por gusto y otras, parece ser, como parte de la misión principal.
Assassin’s Creed Origins y el poder de Xbox One X
Sin embargo, si hay algo que salta a la vista al echarle un ojo a Assassin’s Creed Origins, es el apartado visual. Es espectacular y sí, encuentras fallitos de esos que se ven en juegos tan grandes como estos, como algunas texturas que fallan o el nivel de detalle de los personajes que pasean por la ciudad, pero hay otros elementos que son para quitarse el sombrero.
El nivel de detalle de Bayek, por ejemplo, y del resto de personajes principales es espectacular. La cantidad de capas de ropa que tienen, la ausencia de clipping (al menos, yo no he visto este error que, por otra parte, me repatea) y la calidad de las animaciones, algo muy destacable desde el primer juego de la saga, son elementos que llaman la atención.
También es muy vistoso el mundo, con unas zonas con agua que tienen una gran iluminación y una distancia de dibujado impresionante. Es realmente llamativo estar en lo alto de una pirámide, mirar hacia la ciuduad y ver que, aunque el nivel de detalle desciende para que el juego ‘’quepa’’ en una consola descienda, todos los elementos como edificios o vegetación están ahí. Y lo mismo pasa si miramos hacia el desierto, donde podemos ver las diferentes construcciones a lo lejos con bastante claridad.
La definición, por otra parte, que otorga la mayor resolución de la consola (no voy a entrar en si es 4K real o no en Xbox One X en el caso de este juego, porque me da igual), es alucinante. La calidad de imagen es bestial y una muestra de lo que las compañías pueden lograr si le ponen mimo a una versión. Quién sabe si tendremos, con el tiempo, juegos exclusivos de estas nuevas consolas. Ojalá, porque se pueden llegar a crear cosas alucinantes.
Primeras impresiones de Assassin’s Creed Origins
Como habéis visto en el gameplay de Assassin’s Creed Origins en Xbox One X, y en las impresiones que hemos compartido, el año de barbecho de la saga ha servido para que Ubisoft innove en algunas cosas. Cuando juegas a Assassin’s Creed Origins sabes que estás ante un Assassin’s Creed. El parkour (que funciona a las mil maravillas) es muy parecido a lo que había antes (sobre todo a partir de Uniy), la forma de escalar, la forma de moverte… si eres un jugador de la saga, todo será familiar.
Sin embargo, el combate es el principal cambio. Hay varias armas que podremos seleccionar en ‘’directo’’ y con las que no combatiremos igual. Llevar una lanza no es lo mismo que una espada o una maña. El peso del arma cambia y también la forma de atacar. El arco también es una de las novedades que suple la pistola o la ballesta de otras entregas, pero lo hace de una forma menos guiada y seremos nosotros los que tendremos que apuntar.
Además, y hablando del arco, es muy dinámico el sistema por el que podremos elegirlo en cualquier momento para asestarle un disparo en la cabeza, si podemos, a un enemigo que se aproxime corriendo hacia nosotros, para más tarde seguir con un arma corta, claro.
Las primeras impresiones que nos ha dejado Assassin’s Creed Origins han sido muy buenas. Ahora sólo queda esperar hasta el 27 de octubre, cuando se pondrá a la venta el juego, y hasta el 7 de noviembre, cuando recibiremos el parche para Xbox One X. Gráficamente será un auténtico pelotazo, pero falta ver si han retocado algo más y si, pese a lo que hayan podido tocar, sigue siendo un Assassin’s. Además, nos falta ver la trama del presente, ya que aún no han mostrado nada y seguro que es una de las sorpresas del juego final.