Es fácil describir Destiny, desde Bungie y los medios que han ido haciendo avances se han dado descripciones sobre la jugabilidad y el juego en sí pero es cuando lo juegas cuando realmente adviertes lo que tienes en tu pantalla. Describir Destiny a alguien que no lo haya jugado es fácil, olvidándome de toda la palabrería podría deciros que parece Halo, se juega como Borderlands, tiene toques de Mass Effect y elementos de Diablo. Ojito a los nombres, porque realmente no es algo baladí como cuando comparas Watch Dogs con, digamos, GTA V, juegos que no tienen ni punto de comparación si hablamos de calidad, ejem. Destiny aglutina lo mejor de los juegos antes citados y, claro, no son nombres cualquiera los de uno de los mejores juegos de rol de la historia, una trilogía épica, un juego tremendamente divertido y el pionero de los shooters bien construidos para consola, casi nada.
Este fin de semana, gracias a PS4 y la versión Alpha de Destiny he podido explorar una pequeña parte del espacio que los chicos de Bungie están diseñando y he terminado encantado con la calidad que atesora este pequeño ejemplo del gran universo que se pretende construir. La versión Alpha, la Beta dará comienzo este verano, está muy restringida. Apenas ocho niveles, dos niveles cooperativos, uno de historia y uno de eventos aleatorios y un escenario del Crisol, la Luna, donde jugar partidas competitivas de 6 contra 6. Es lo único que nos han dado a probar pero, ya os digo yo, que le ha vendido el juego a más de uno, seguro, porque el resultado es alucinante.
No os voy a aburrir con temas de historia y demás, sólo os pondré en contexto. La humanidad se ha ido a pique, lo que antes eran orgullosas ciudades ahora son oxidados montones de metal entre los que se esconden los bandidos espaciales. La humanidad está al borde de la extinción y una extraña luna conocida como ‘El Viajero’ se ha ‘’posado’’ encima de la Tierra. Poco se sabe pero salvaguarda a la raza humana. Entre dicha luna y la Tierra encontramos el centro neurálgico de los guardianes, nosotros. La Torre se alza como centro comercial y de investigación, punto donde fraguar relaciones con otros guardianes, elaborar y comprar equipamiento y lugar desde el que orquestar avanzadillas en la Tierra, o cualquiera de los otros planetas cercanos, pero ahora sólo estaba disponible la Tierra. Una vez decidamos el destino iremos en nuestra nave hacia el punto elegido. Nosotros somos uno de esos guardianes y, claro, como en todo juego con tintes de rol lo primero, literalmente, que haremos será elegir nuestra raza, editarla según una serie de parámetros y colorear algunos de los detalles del ropaje y armadura a nuestro gusto. Tendremos tres razas que podremos elegir, a saber: humanos, los awoken (que parecen elfos espaciales) y los exo, que molan bastante. Tras esto debemos elegir nuestra clase, a saber Titan, Cazador y Hechicero. ¿Hechicero en el espacio? Si, hechicero, otra prueba más del ambiente mágico que rodea esta producción. En cuanto personalizamos algunos parámetros de nuestro guardián, el mío es un exo cazador, nos lanzamos a la aventura y, tras un breve prólogo en el que nos ponen en situación, entramos en combate.
En esta versión Alpha aterricé en Rusia, o lo que queda de ella, y tenía una misión clara, la de dirigirme al observatorio, donde se han estado recogiendo señales y sucesos extraños. Empecé el periplo en la Tierra más perdido que Falete en Natur House, abrí mi brújula, la cual mola mucho porque habla, y me dirigí al punto señalado en la misma. No tardé mucho en encontrarme con un grupo de enemigos para descubrir que esto es tan fácil de jugar como cualquier Halo, acabé con este grupo de Grunts…perdón, a los caídos o ‘Fallen’. Realmente se nota la mano de Bungie en este pequeño primer combate, ya que los enemigos se comportan como esperamos, en modo colmena siguiendo al líder y dispersándose si nos lo cargamos primero. En definitiva, continué mi camino y encontré un personaje como yo con una etiqueta azul encima y un número que marcaba el nivel. ‘’¿Otro tío? Si yo no le he dado a jugar online’’. En efecto, es nuestra partida, sin nada de lag y ahí vemos a otro fulano que va a su bola, nos saluda, nos dispara…en definitiva, un humano en nuestra partida, o nosotros en la suya. Le sigo en moto ya que salí la noche anterior y el ligar es un acto reflejo hasta que me di cuenta que andaba cerca de mi objetivo. Con lágrimas en los ojos nos despedimos y continué hacia el observatorio donde mi brújula me advierte: ‘’cuidado, machote, dentro hay una maga’’. ¿Una maga? Si, como los hechiceros, aquí todo vale. Una oleada de enemigos de melee me asaltaron y cuando me libré de ellos encontré a la maga a la que estaba buscando. Fue un combate desigual, ya que está pensado para gente con más nivel y yo acababa de empezar, pero soy un jugador de COD y, joder, nada podía salir mal. Una vez terminé con ella me saltaron estadísticas sobre esta misión de historia. No lo hice mal, la verdad, pero quería más, así que me fui a otra zona de la Tierra, una zona donde el objetivo es el de cumplir diferentes misiones aleatorias en modo cooperativo o solitario.
Tenemos al principio una zona bastante delimitada, hasta que conoces dicha zona, dejas de flipar con el apartado artístico y te vas en busca de aventuras. Se trata de territorios interconectados por estructuras abandonadas de un modo magistral, con sus clases de enemigos y todo, incluso pueden estar dos bandos luchando por la supremacía de un territorio, aparecer tu e unirte a la fiesta o dejar que se mermen entre ellos para ‘rapiñar’ después. Las misiones aquí son del estilo: ‘’escanea esto. Cárgate a no sé quién. Recoge muestras de éter (ya ves, ni que fuese Final Fantasy)’’ y ese estilo de cosas que deberían ser aburridas pero que no lo son debido al aliciente de subir de nivel y descubrir nuevas zonas, lo que es un gustazo. Recuerdo que el último día oficial de la Beta descubrí el lugar donde empezaba la demo de la presentación de Sony del año pasado y tuve una sensación de ‘’joder, qué grande, esto es lo que yo vi en la tele y ahora estoy aquí’’, como cuando ves a Messi en una tele de tubo, te pillas un plasma y lo ves en grande, todo lo grande que se puede ver a Messi. Algo parecido. Destiny es tan divertido que sabes que estás haciendo misiones repetitivas, ¡pero te da igual! Estás disfrutando como un enano del mundo que Bungie ha imaginado y es que, en eso, son muy, muy buenos.
Cuando me cansé me fui al Crisol, es decir, donde elegimos modo multijugador competitivo. Sólo han abierto un modo, en la Luna, 6 contra 6, en el que te das cuenta que Destiny es muy jodido de dominar. Las primeras partidas caeréis como chinches, y en las segundas, terceras y cuartas, porque no es hasta que dominas la magia y el arma que realmente te mola cuando de verdad puedes hacer algo que no sea morder el polvo en Destiny. Es un modo más complicado que Halo, lo dice un tío que le ha dado mucho al competitivo de la saga del Jefe y aquí estaba más perdido que un estudiante de medicina en una fiesta universitaria. El modo que había disponible era el de Control donde, como su nombre indica, debemos controlar una serie de zonas. Lo más clásico del mundo, vaya.
Para terminar debo hablar del majestuoso apartado audiovisual del que hace gala Destiny. Gráficamente el juego es terriblemente, como suena, bonito. No hay otro adjetivo que califique mejor lo nuevo de Bungie es, aunque suene muy amanerado, muy bello, con unos cielos preciosos y dinámicos, una iluminación dinámica marca de la casa, reflejos en el agua (tanto precalculados como de enemigos vivos), el viento que sopla a nuestro alrededor y unas texturas un pelín mejorables, pero claro, estamos en una versión Alpha, o eso dicen ellos. Resulta tremendo ver el paso de las horas y el ciclo día-noche, dota al juego de una naturalidad pocas veces vista comparable, por ejemplo, a Red Dead Redemption. Si hablamos de temas más técnicos, el Anti-Aliasing es muy bueno y efectivo, realmente no me he fijado en los jaggies presentes, no los he buscado pero son elementos que suelen saltar a la vista y el frame-rate es difícil de calificar. Es cierto que parece que va a 30 frames por segundo sin caídas graves, sin embargo a la hora de jugar se me antojaba algo ‘perrete’ ese apartado, hasta que te acostumbras, también es verdad.
Si hablamos del sonido, los efectos son los que tienen que ser y suenan como deben sonar, la voz de nuestra brújula es todo un gustazo, parece que te está contando un cuento, y la música…. ay la música. Me dan igual los motivos por los que O’Donell haya abandonado Bungie, lo que me importa es que nos ha dejado una banda sonora tan épica como cabría esperar.
Épico, ese es el mejor calificativo para Destiny. Mirad que tenía mis dudas y no pensaba que fuese a superar a Halo en este apartado, pero realmente así es. Lo nuevo de Bungie es sencillamente alucinante y los 500 millones están muy, muy bien invertidos, y eso que solo nos han mostrado la puntita. La Alpha de Destiny tiene pinta de juego terminado, la verdad. Si no fuese por la limitación de zonas, modos y nivel podría estar hablándoos de un juego completo, joder, si tiene menos fallos que Battlefield 4 a 8 meses de su lanzamiento. En definitiva, Destiny, si no sale en PC, va a ser un vendeconsolas, es el producto más fresco que he probado en muchísimo tiempo y realmente pienso que Bungie lo ha vuelto a hacer, Activision debe estar frotándose las manos, y no sin razón, ya que este juego puede marcar época. Es el futuro, los nuevos shooters en los que no me aparezca alguien en mitad de mi partida y no pueda cambiar de modos de forma tan natural como en Destiny, sin pesados menús ni tiempos de carga me parecerán anquilosados en el pasado. Destiny es fluido, divertido, espectacular.