Es difícil, mucho, imaginarse un futuro próximo (pongamos las siguientes Navidades), en el que Activision no triunfe en ventas de forma muy contundente. Es lo que pasa cuando se tienen las cosas tan claras y cuando tienes trabajando para ti a gente con un talento tan enorme como son Sledgehammer Games y Bungie. Porque que Call of Duty WWII y Destiny 2 se van a vender como si nada lo sabíamos todos desde antes de que se anunciasen. Y aunque al primero todavía no le hemos podido poner la mano encima, a Destiny 2 gracias a la beta de esta semana, sí. Así que aprovechamos la ocasión para contaros nuestras primeras impresiones de Destiny 2, y lo que Bungie nos tiene preparado para el próximo 6 de septimebre, cuando el juego se ponga a la venta.
Destiny 2: historia, misiones y multijugador de la beta abierta
El contenido que hay para probar en la beta consiste en las dos primeras misiones de historia, un asalto llamado Espira Invertida, y un par de modos de juego del Crisol, uno de ellos nuevo. No es mucho pero suficiente, más o menos, para hacernos una idea de hasta qué punto Destiny 2 ha evolucionado respecto al original. Las dos misiones de historia que se nos presentan en la beta sirven a modo de prólogo de lo que será Destiny 2.
Por necesidades de guión, en el juego original terminábamos con un poderoso guardián, repleto de luz y un temible arsenal. Y este nuevo comienzo servirá para llevar a cabo ese reinicio del que Bungie ya nos había hablado. En Destiny 2 tendremos que comenzar desde cero a mejorar a nuestro personaje. Algo en cierto modo comprensible para no agotar el sistema de juego que tan bien ha funcionado en la primera parte, pero que no llega a estar totalmente justificado, teniendo en cuenta que, por lo que hemos podido ver hasta ahora en la beta, la fórmula jugable es prácticamente idéntica. Y este reinicio (apoyado únicamente en la premisa argumental) al final parece ser más bien una excusa para comenzar de nuevo con la misma idea, pero mejor.
La sensación principalmente es esa. Destiny fue un juego estupendo en muchos sentidos, pero que no se encontraba carente de fallos, sobre todo en su lanzamiento. Y aunque no de forma explícita, porque tampoco es necesario, Bungie parece decirnos que con esta segunda entrega se nos va a ofrece lo bueno del primero, pero mejorado y sin sus errores. Y el caso es que visto así empezar de cero sí cobra sentido, y creo que Destiny 2 contará con virtudes más que suficientes para hacernos olvidar rápidamente ese reinicio y comenzar a disfrutar de lo que ofrecerá: más de todo.
Destiny 2 nos ofrecerá lo mejor de Bungie, según sus guionistas
Más armas, más explosiones, más enemigos, más ritmo, más chistes y muchas más luces y efectos. Todo es familiar desde el principio. Tanto el combate como el diseño eran geniales en la primera entrega, y no había necesidad de tocar eso, pero sí que encontramos algunas novedades. En el aspecto jugable tanto gunplay como clases para los guardianes son iguales, aunque ahora las armas de dividen de diferente forma en el menú: las armas cinéticas (sin poderes extra), las energéticas y las más destructivas entre las que se encuentran también las escopetas. También se han añadido las subclases para los personajes que aumentarán las personalización del guardián y harán el progreso más profundo e interesante, aunque esto no podemos probarlo bien hasta el juego final.
Si el diseño artístico ya era bueno de por sí, ahora se ha enriquecido todavía más. Aunque no contamos con un salto gráfico sustancial, los efectos a nivel visual son excelentes y contribuyen a que todo sea más espectacular si cabe. Mientras que aunque los enemigos que por el momento hemos visto son más o menos conocidos, se aprecia también un rediseño para dar un ligero cambio de aires. Pero quizás donde más se aprecia el salto es en la parte narrativa. Y es que a pesar de solo haber probado los primeros compases del juego, se aprecia un mayor trabajo en este apartado, con una narrativa más clara y más épica, que llega más al jugador. Igual que hemos visto como el asalto que se encuentra disponible mantiene el buen nivel de variedad y ritmo de las últimas expansiones.
En cuanto al Crisol, también tenemos las dos caras de la moneda. La continuista, con un modo Control similar al que estamos acostumbrados; y la novedad: el modo Cuenta Atrás. Llama la atención en la beta que ambos se encuentren divididos entre partida rápida (Control) y competitivo (Cuenta Atrás), pues no parece que Destiny 2 sea el lugar para establecer un sistema competitivo común, ni probablemente sea Cuenta Atrás el modo más apropiado para ello. Puede que sencillamente haya sido un modo de establecer una división en la beta entre ambos modos, lo veremos en el juego final.
En Cuenta Atrás se enfrentan dos equipos de cuatro jugadores. Uno de ellos tendrá que dirigirse a una de las dos bombas para desactivarla, y el otro defender. Una fórmula bastante sencilla y habitual, pero tengo que decir que Cuenta Atrás no me ha parecido tan interesante. No es difícil encontrar desequilibrio en las partidas, y la poca cantidad de jugadores tampoco invita mucho a lo contrario. Quizás un 5 vs 5 habría sido más apropiado, sobre todo pensando en el momento de idear estrategias de juego que al final no terminen resumiéndose en combate frontal o flanquear. De todos modos no será hasta el juego final cuando podamos comprobar de forma exacta hasta donde puede dar de sí este nuevo modo.
¿Hay justificación para haber sacado ya una segunda parte, que a pesar de suponer un reinicio parece algo tan continuista? No lo sabremos con certeza hasta que se lance el juego final. Pero seguramente era el momento de llevar a cabo un cambio de aires. Uno que tampoco podía ser demasiado grande, para no romper algo que tan bien había empezado a funcionar. Esta segunda entrega cobra sentido como lo que parece ser; sería absurdo decir que lo de antes no ha valido, pero Destiny 2 se presenta como un intento de decir: ahora sí que conocemos bien la fórmula y todo va a marchar bien desde el principio. También va a ser una perfecta puerta de entrada a la saga para quienes todavía no lo hubiesen hecho.
Y lo más importante sigue ahí. Es increíble el feeling que Bungie consigue con el gunplay en cada uno de sus juegos. Son posiblemente los mejores en este aspecto, y eso se deja notar en cada disparo que sale de nuestro arma. Por eso y otras cosas, pero sobre todo por eso, vamos a caer y lo sabemos. Habrá quienes ya vengan más que dispuestos de casa a dejarse llevar, pero si alguno pensaba intentar resistirse a la gran guerra espacial que se avecina, que sepa que lo va a tener muy difícil. Si probáis la beta porque os vais a dar cuenta, una vez más, de lo divertido que es acabar con oleadas de enemigos mientras aprovechamos las habilidades de nuestro guardián y su gran variedad de armamento. Y si no lo hacéis, porque las proporciones épicas no van a estar solo dentro del juego, también en la repercusión que va a tener en las listas de ventas y demás parafernalia.
Se prevé que Destiny 2 venda más de 4 millones en tres meses