En estas impresiones de NecroCity abordaremos esta nueva apuesta por los RTS, una que busca llamar la atención de los jugadores no tan puestos en este género que, a la distancia, puede parecer complejo e intimidante. Gameparic parece haber pensado en las distintas formas en las que el juego se muestra al público: desde sus gráficos animados y desenfadados (infantiles, aunque los calificativos anteriores suenen mejor), sus diálogos divertidos y su tutorial, el cual abarca todas las mecánicas posibles.
Esto no deja de lado a los jugadores más veteranos, ya que el juego no es una simple propuesta encajada en un género. A falta de ver como se desenvolverá en el futuro, por ahora sus niveles son de recolectar recursos y refinarlos (aunque no refinarlos también es una opción) para llegar a un momento cumbre, cuando tu base se ve atacada. La decisión de atacarte en un momento determinado y que siempre tengas presente el límite de tiempo es un claro ejemplo de lo amigable que intenta ser el juego.
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El uso de cinemáticas y nuestro papel
El prólogo ahora presente nos deja jugar cinco niveles, con la promesa de aumentar esos números en un futuro. Esta es la recta final para lanzar el juego completo, así que cualquier tipo de feedback es relevante para la desarrolladora. Por lo pronto, el juego recompensa cada nivel avanzado con una cinemática, la cual te pone en contexto de lo que está sucediendo. Encarnas al príncipe Benjamin del reino de los no-muertos, siendo un dolor de cabeza para tu padre y una molestia para tu hermano.
Cuando piensan en darte más responsabilidades en un viaje 100% seguro, te desvías de manera accidental recorriendo un trayecto peligroso lleno de «vivos». Es aquí donde el príncipe, sin tener mucha idea de lo que ocurre, debe dirigir a sus súbditos y formar un buen ejército para repeler al enemigo.
Construcciones relevantes y unidades desechables
Ya sea por estar frente a los primeros niveles, o porque el planteamiento general será este, el juego te da tramos de tiempo seguros hasta llegar a un punto en el cual te atacan. En ese lapso, tienes que construir edificaciones que sustraigan recursos, fabricar unidades y demás fortificaciones. Un jugador novicio verá un gran alivio cuando no tenga que preocuparse por ataques sorpresa en las primeras fases de la partida.
Este pensamiento puede jugarte en contra, ya que el juego no perdona el malgasto de ese tiempo. El peligro son los soldados vivos, y estos, aunque no sean multitud, pegan muy fuerte y aguantan mucho. Tendrás que fabricar muchas unidades para lidiar con dos o tres de ellos. En caso no hayas entendido esto la primera vez, es probable que en la primera oleada te derroten.
Aún así, el juego es muy amigable con todo el público. Solo basta el primer error para percatarte de lo que necesitas hacer, y así como una bola de nieve negativa se forma al perder una oleada, esta bola de nieve se pone a tu favor mientras superas oleada tras oleada. En este género las pequeñas decisiones importan, y una de las primeras a tomar aquí es ver cuando te conviene refinar tus recursos básicos y cuando guardarlos.
Lo parezca o no, esto es todo lo que necesitas para ganar las partidas. Luego de que construir, gestionar y defender sea algo natural, puedes extender tu visión a otras mecánicas y virtudes del juego. Primero, poner trampas y torretas cerca del punto de interés para tu enemigo (tu núcleo) te harán la vida más simple.
En cuanto a la magia, se trata de un añadido que bien puedes pasar por alto. Es un recurso, al igual que los huesos, y se recolectan de la misma manera. Puedes crear soldados mágicos, pero casi siempre esto será un despropósito. Los desarrolladores le añadieron más usos, tales como torretas mágicas de gran daño y poca resistencia, trampas en el suelo y soldados especiales, que solo necesitan magia para ser invocados.
El mapa guarda peligros y recompensas
Al más puro estilo de Warcraft 3, los no-muertos necesitan extender su podredumbre mediante obeliscos, estos te ayudan a ver mejor el mapa y ampliar tu terreno de construcción. Esta es una manera excelente de no agobiar al recién llegado, solo mostrándote el terreno necesario para completar el nivel. Si acaso quieres ver todo lo que el juego puede ofrecer, puedes explorar el mapa entero colocando obeliscos.
Esto no solo extiende tu visión y tu terreno, también puedes encontrar cofres con recursos útiles. A medida que los niveles avanzan, estos cofres se encuentran más escondidos y resguardados. Para hacerte con ellos, deberás vencer a una patrulla de vivos, así que depende de ti si arriesgarte a dejar tu base desprotegida para pillar el jugoso botín que acabas de encontrar. Esta es otra pequeña decisión que bien puede girar las tornas de tu partida.
Las buenas impresiones de NecroCity demuestran que se puede abordar este género sin ambiciones desmedidas
Los trabajadores aparecen de manera casi instantánea al edificio que tu desees, de hecho estos edificios se construyen también al instante. Esto le quita gravedad a la pérdida de edificios destruidos por el enemigo. El hecho de que no exista una base enemiga y tengas que solo pensar en la tuya le da toques de Tower Defense que le sienten de maravilla.
La inteligencia artificial es algo a mejorar, ya que las unidades atacan de manera algo atropellada, tropezándose con el decorado del mapa o con ellas mismas. Esto se vuelve grave cuando una de las claves de impedir el avance del enemigo es crear cantidades ingentes de unidades. El sonido acompaña, dándole fuerza al tono desenfadado y cómico del juego. Juega un papel importante cuando te avisa de la llegada del enemigo, por si estabas despistado y no atendías a la barra de tiempo.
En líneas generales, NecroCity se trata de un RTS con mucho potencial, que guarda en sus edificaciones con niveles aún no implementados, o en su árbol de habilidades precario una promesa de, en el futuro, entregar una versión mejorada de una propuesta que ya cumple el factor de ser divertida.