Que The Division es uno de los juegos más esperados de este 2016 no es ningún secreto. Desde que fuese anunciado por primera vez en el E3 de 2014, el juego de Ubisoft ha ido generando grandes expectativas a la mayoría de jugadores, por su apartado técnico y su interesante fórmula en la que se mezclan de manera inteligente elementos de rol con la acción en tercera persona. Después de la alpha que tuvo lugar el pasado diciembre, con la que muchos jugadores ya quedaron prendados de él, ahora también hemos podido probar la beta, que ha tenido lugar durante este fin de semana en Xbox One, PS4 y PC. Os contamos nuestras propias impresiones de The Division, uno de los primeros lanzamientos fuertes de este 2016.
Gran parte de las expectativas, y también de las dudas, creadas en torno al juego han venido por este lado. Con su primer anuncio, sin saber aún apenas nada sobre la nueva propuesta de Ubisoft, todos quedamos alucinados con el apabullante apartado técnico ofrecido en lo que pudimos ver. Por supuesto, una vez puestos los pies en la tierra, los mensajes de escepticismo no tardaron en aparecer, más aún después del lanzamiento de Watch Dogs, también por parte de Ubisoft, que ha sido el paradigma de “downgrade” durante lo que llevamos de generación. ¿Ocurrirá lo mismo con The Division? Pues bien, una vez habiendo visto lo que puede ofrecer el juego, hay que señalar lo que es evidente, el nivel técnico no se acerca a lo que pudimos ver la primera vez. Lógicamente aún estamos hablando de su fase beta y su calidad visual aún puede dar algo más de sí, pero no vamos a ver ningún cambio importante a estas alturas.
¿Quiere decir esto que The Division será técnicamente flojo? Ni mucho menos. El nivel está aún bien alto, con algunos efectos como la niebla o la nieve sublimes, ciertas texturas con gran nivel de detalle y con instantes de enorme belleza en entornos urbanos recorriendo las abandonadas calles de Nueva York. Todo ello conseguido gracias a una iluminación muy bien trabajada que se aprecia en cada momento: la transición al pasar de una zona cerrada al exterior, el ciclo día/noche, las sombras, en los reflejos del suelo o las explosiones y el humo; y un nivel de detalle en cada escenario, tanto interiores como exteriores, que hemos visto en muy poquitos juegos con un mundo abierto. Un perfecto ejemplo es cuando recorremos una de las calles de la beta por la noche, en la que todo está iluminado tanto por las farolas como por las luces de Navidad que están alrededor de todos los árboles de la calle. No es lo mejor que hemos visto gráficamente, y a tenor de lo visto, cabía esperar más, pero será un juego muy atractivo visualmente, rico en detalles y bello. Más aún, si tenemos en cuenta que se tratará de escenarios con una considerable amplitud.
Dejando de lado su aspecto gráfico, lo que nos ofrece The Division a nivel jugable les resultará muy familiar a todos aquellos que hayan estado jugando a Destiny durante el último año y medio. Esto no quiere decir que el juego de Ubisoft vaya a tener las carencias que tuvo aquel en el momento de su lanzamiento. Son, sencillamente, dos juegos diferentes que comparten bastantes similitudes en su concepto. En The Division el mundo ha sido devastado por un virus artificial, lo que sirve como telón de fondo para ponernos a los mandos de nuestro agente, que crearemos a partir de un editor, aún no disponible en la beta. Una vez hecho esto, se tratará, como en cualquier juego de rol, de ir progresando en las misiones y la historia mientras mejoramos a nuestro personaje con nuevas habilidades y equipo; y como en cualquier shooter, de dar buena cuenta de cada enemigo que nos encontremos con todo nuestro arsenal.
Así, encontraremos dos zonas bien diferenciadas. Por un lado, una PvE, en la que contaremos con una historia en la que deberemos ir avanzando a través de misiones principales, que a su vez nos permitirán desbloquear nuevas zonas; y una buena retahíla de misiones secundarias. Iremos haciendo todo esto, en compañía o en solitario, mientras recorremos un mapa abierto, en el que también encontraremos algunos eventos aleatorios. Iremos mejorando poco a poco a nuestro personaje a través de la experiencia que logremos en los combates, y el equipo que vayamos consiguiendo, bien derrotando enemigos o bien encontrándolo en determinadas zonas. Nuestro agente contará además con un árbol de habilidades que ir desbloqueando, y según por la rama que tiremos, iremos desarrollando un personaje más predispuesto a unas situaciones tácticas u otras. Además de las habilidades también habrá otros elementos, como las ventajas, que aún no se encontraban disponible en la beta. A su vez, nuestras armas y atuendos podrán ir siendo personalizados a través de los accesorios que vayamos consiguiendo.
Pero donde estará el salseo de verdad, al menos así era en esta beta, ya que solo contábamos con una de las misiones principales del juego, será en el PvP, o Zona Oscura, como se llamará. Aquí será, además, donde The Division innovará ofreciéndonos algo diferente a lo que hemos visto habitualmente en otros juegos de corte similar, como el propio Destiny. La premisa es que la Zona Oscura es una zona que aún se encuentra infestada con el virus, por lo tanto es una zona más peligrosa. Nuestro principal objetivo aquí será el de conseguir piezas de equipo para nuestro agente, ya que es el lugar donde mejores piezas y armas podremos encontrar de todo el juego.
El problema es que todo lo que consigamos aquí estará infestado, y para poder extraerlo tendremos que avisar a un helicóptero que deberemos esperar durante un par de minutos aproximadamente y se llevará aquellos que hayamos conseguido. ¿Qué ocurre? Que aquí nos encontremos con otros jugadores que podrán colaborar con nosotros para eliminar a los enemigos (bots) o quizás atacarnos a nosotros si ven que ya hemos conseguido algo de equipo y aún no lo hemos podido extraer. Si nos matan, nuestros enemigos podrán quedarse con todo lo que hayamos conseguido. Pero todo aquel jugador que mate o ataque repetidamente a otro agente humano quedará inmediatamente en estado de renegado. Esto quiere decir que aparecerá marcado en el mapa para todos los demás jugadores, que podrán atacarlos sin riesgo de quedar ellos mismos también en estado renegado. Si un jugador renegado es capaz de resistir sin morir hasta perder su estado y volver a la normalidad, ganará un extra de experiencia y dinero, y lo mismo ocurre con los jugadores que consigan vencer a los renegados.
De primeras todo esto puede sonar un poco lioso, pero en la práctica se traduce en momentos de tensión brutales en la Zona Oscura, en los que si “nos hemos portado mal” y somos renegados no pararán de venir otros jugadores para acabar con nosotros, o si queremos extraer los objetos valiosos que hayamos conseguido tendremos que tener sumo cuidado para que no lleguen otros agentes humanos a robarnos nuestro preciado equipo, puesto que además cuando avisemos al helicóptero para evacuar, dicha zona también quedará reflejada en el mapa de todos los demás jugadores, que podrán aprovechar para acercarse y también evacuar ellos o para robarnos. Por supuesto, bajo este concepto, será básico adentrarnos en la Zona Oscura con un grupo de amigos, o de los contrario seremos un blanco excesivamente fácil para los demás jugadores, que no dudarán en acabar con nosotros para robarnos si ven que tenemos algo de valor.
Por último, cabe mencionar que tanto el control del agente como el gunplay, aunque es algo peculiar, resulta bastante satisfactorio y se encuentra bien pulido, con un sistema de coberturas que recuerda mucho a Gears of War, lo que es muy bueno. Y la personalización del personaje parece a priori bastante profunda, a pesar de todo lo que aún no hemos podido ver en la beta. Las cartas están sobre la mesa, y no podían pintar mejor. Ahora toca esperar a ver si Ubisoft lanza el juego con una buena cantidad de contenido tanto en PvE como en PvP, que, de ser así, nos mantendrá pegados a The Division durante muchas horas. El hype sigue alto.