Si hay una cosa que siempre sienta bien a un mercado, es que haya competencia. Y aunque en el ámbito de las CPU no ha habido un monopolio tan marcado como en las gráficas, también ha habido una era en la que Intel dominaba el mercado. La llegada de los nuevos procesadores Zen de AMD ha dado un vuelco a la situación. Intel ha intentado convencer a los usuarios ampliando su gama, pero ahora, conscientes de que no es suficiente, se confirma que Intel bajará el precio de sus CPU en la segunda mitad de 2020.
La multinacional habría confirmado este hecho a varios medios, sin llegar a concretar qué modelos verán reducido su precio. Ahora bien, según indican desde Intel, se realizarán rebajas importantes en muchos de los modelos de sobremesa, pudiendo llegar también a los procesadores diseñados a portátiles. Evidentemente, el primer caso afecta más directamente al mercado, pues la rebaja relativa a portátiles dependerá mucho del fabricante que se beneficie de ese descuento para sus nuevos modelos de portátiles.
Esto supone un claro cambio en su política, que se había mantenido estoica durante demasiado tiempo. Es una decisión diferente a lo que ha venido haciendo en momentos puntuales. Y es que con la entrada de los AMD Zen que han ofrecido una extensa gama de procesadores Ryzen, Intel ha ido perdiendo cuota de mercado de forma notable. Descuentos de hasta el 50% en los procesadores Cascade Lake-X y Skylake-X en otoño, no han servido para recuperar la confianza de los usuarios. Habiendo visto que AMD sigue su línea de trabajo y los 7nm no llegan a Intel, los Ryzen 4000 son una amenaza inminente, los AMD Zen 3, a medio-largo plazo.
Y con esto, la decisión parece más que lógica, necesaria. Se confirma que Intel bajará el precio de sus CPU en la segunda mitad de 2020, con el objetivo de contrarrestar el progreso de AMD, que ha dado muchos pasos adelante, aunque no todos son significativos más allá del marketing. Pero estas cosas cuentan, el avance de los procesadores, el vínculo con un abaratamiento de costes, el desarrollo de herramientas como el RDNA o la adopción del PCI Express 4.0, son elementos que han dejado en desventaja a Intel.
Cierto que Intel mantiene su estructura de empresa, a diferencia de AMD, que se convirtió en una empresa fabless, dejando de fabricar sus propios chips. Además, Intel se ha embarcado en un desafío enorme con su incursión en el ámbito de las GPU dedicadas, que recientemente ha descubierto su primer modelo, la Intel Xe DG1. Veremos si Intel puede sobreponerse a esta situación, en la que AMD está sacando tajada dejando claro que sus procesadores sacan ventaja a los rivales de Intel. Primer golpe de efecto, la necesidad de ser competitivas en el mercado, lo que ha requerido que Intel baje los precios de sus procesadores.