Una de las mentes creativas mejor valoradas, gracias a la aportación que realizó con una saga como Bioshock, Ken Levine, ha hablado para GameInformer, aportando algunos detalles interesantes del proyecto en el que se encuentra inmerso después de dejar la disciplina de Irrational Games. No cabe duda de que se espera algo especial por parte de Levine, es pronto para presentarlo oficialmente, no obstante, hay intenciones interesantes para el nuevo proyecto.
«En el nuevo juego se ofrecen relaciones muy fluidas con los personajes» matiza Levine, añadiendo que «Tendrán un espectro de sentimientos basándose en lo que se haya hecho o si les has ayudado». En cierto modo, este comportamiento viene siendo común en los juegos de rol, si bien, parece que Levine quiere dar una vuelta de tuerca más. «Los cambios se proceden de forma dinámica y, por ejemplo, al final del todo puedes acabar al lado de alguien que al principio te odiaba».
No podemos negar que a la hora de recordar Bioshock Infinite, la profundidad de ciertos personajes ganó enteros, si bien, el carisma de los personajes de Bioshock era bastante notable en la mayoría de ocasiones. Pero ahora, la interacción con los personajes procederá a cambios que estrechará o romperá los lazos con estos. El aspecto de las relaciones es algo que Levine quiere mejorar, tomando como referencia los títulos propios, incluso, refiriéndose a los juegos de la saga Civilization, donde existe una interacción que supone cambios de actitud de los personajes para con nosotros.
«El camino para alcanzar esto no es de seis o siete paradas como los juegos tradicionales, sino que habrá miles de pasos con cientos de miles de estados potenciales que pueden darse entre los personajes y sus deseos» concluye Levine. Es evidente que a la hora de llevar a cabo esta opción, Levine iba a querer aportar algo nuevo y, dadas las circunstancias, parece que el juego va a tener un componente de interacción muy potente. Lo que Levine pretende es crear un simulador de interacción entre usuario e IA, donde las reacciones puedan ir en diferentes direcciones y que no existan unas pocas opciones que se conviertan en algo irreversible.
Ahora bien, esto no hace sino incrementar las ansias de conocer la naturaleza del proyecto de Ken Levine, algo que, no parece que vaya a anunciarse próximamente, ya que tal siquiera se ha bautizado el estudio en el que trabaja. Larga espera, pero puede que merezca la pena.