La polémica de la CMA sigue su curso y con novedades. Después de que el organismo de la competencia emitiera un primer informe, que reflejaba las dudas que tenía acerca de la compra de Activision Blizzard por Microsoft y la situación monopolista a la que podría dar lugar, Microsoft contrarrestó con sus propios documentos, que apuntaban a la poca transparencia con la que opera la CMA. Poco después las sospechas de Microsoft se vieron parcialmente confirmadas, con la llegada de Silent Hill 2 Remake como exclusivo temporal de PS5 y PC. Y ahora ha sido la Cámara de Comercio de EEUU la que ha decidido plantarse ante la CMA por la actitud que está teniendo contra las empresas norteamericanas.
La Cámara de Comercio de EEUU le declara la guerra a la CMA por sus recientes polémicas:
Como ya anunció la cuenta de Twitter @WorlsXbox, la Cámara de Comercio de EEUU ha emitido un comunicado bastante incendiario. Redactado por Sean Heather, Vicepresidente del organismo, el comunicado pone en duda la transparencia con la que está operando la CMA respecto a las empresas norteamericanas, privándoles de elementos e informaciones necesarias para poder defenderse y exponer sus argumentos con igualdad.
En concreto, Heather se ha referido al proceso de compra de GIPHY por Meta (Facebook), que finalmente se ha visto truncado por la decisión de la CMA, viéndose Meta obligado a vender la plataforma de gifs. De acuerdo al comunicado:
«En fase de apelación, el Tribunal de Apelación de la Competencia observó que la CMA había violado los derechos procesales de Meta. La CMA ofreció documentación incompleta, no haciendo referencia a que el competidor de Meta, Snap, había declinado la posibilidad de comprar GIPHY por considerarlo un negocio innecesario.
En otras palabras, el competidor de Facebook no observó problemas en la compra, un hecho relevante al que la CMA debió haber hecho referencia. Finalmente, Meta acabó abandonando el acuerdo, después de que la CMA emitiera un informe final desfavorable».
A partir de esta situación, la Cámara de Comercio de EEUU ha planteado serias dudas respecto a los derechos que la CMA podría haber violado en este proceso. En concreto, entiende que GIPHY no generaba ingresos en Reino Unido ni tenía presencia allí, por lo que la CMA podría haberse excedido en cuanto a su ámbito de valoración.
A ello habría que añadirle que la Cámara ha celebrado un ambicioso pacto comercial entre Estados Unidos, Canadá y México para garantizar la igualdad de condiciones y el respeto a los derechos de las partes, en materia de competencia. Pacto que no quieren que se vea afectado ni por las decisiones de la CMA, ni por las de la Unión Europea, en caso de que pudieran ser desfavorables:
«Las compañías de Estados Unidos tienen la responsabilidad de cumplir con la normativa de la competencia en los ámbitos en los que operan, pero los reguladores extranjeros también tienen la responsabilidad de asegurar que esas compañías gocen de procesos justos y debidos, basados en las buenas prácticas internacionales. Un fallo en estas garantías podría dar lugar a una menor inversión, relaciones bilaterales cerradas y autorizaciones para llevar estos asuntos a la esfera política, alejada del marco de la competencia leal que las empresas llevan décadas tratando de establecer».