Los últimos años han tenido un invitado inesperado a las grandes producciones y conceptos reciclados que han consagrado numerosas licencias de éxito y top sellers. Las pequeñas compañías siempre han estado eclipsadas por la rimbombante expansión de la publicidad de las grandes producciones, pero parece que estas han decidido emerger para renovar ideas y revolucionar el panorama.
Hace un par de días Chris Charla aseguraba que la revolución de los indie games llegó a las consolas gracias a Microsoft, por la iniciativa Summer of Arcade que tuvo lugar hace unos años en Xbox 360. En cierto modo, es una realidad, es una demostración de la implicación de una empresa en hacer llegar una gestación, que venía de años de trabajo, a las consolas. Los indie games han ido cobrando mucha importancia en los catálogos, porque son originales, carecen del riesgo de las grandes producciones, obligadas a recaudar millones para compensar la inversión. Es de este modo que las nuevas ideas y los conceptos originales han ganado terreno e incluso, se han introducido en grandes compañías como parte de una nueva sección dedicada a dar nuevas experiencias o recuperar antiguos éxitos.
Centrándonos en lo que fue aquella época descrita por Charla, Summer of Arcade fue una iniciativa que promovió la llegada de ese sector a Xbox 360. Más que el inicio de una revolución fue una iniciativa que se aprovechó del oportunismo, dando cuenta de la revolución que se había iniciado y haciéndola visible. Braid, Castle Crashers, LIMBO, Splosion Man, Super Meat Boy… títulos que apostaban por lo sencillo, pero que guardaban una calidad impresionante y un potencial de diversión infinito. Un género como las plataformas había sido parcialmente obviado durante los años, las grandes producciones apostaban por la acción en tercera o primera persona, abusa de géneros como shooters y RPGs, y aprovechar un género clásico como las plataformas abrió las puertas a esta industria en las consolas. De este modo, juegos como From Dust, Brothers: A Tale of Two Sons, Deadlight… vieron la luz y dejaron a un lado ese aspecto retro, o esos géneros desfasados que volvieron a triunfar. La industria indie introdujo diversidad, echando mano del pasado y reinventando el futuro.
El respaldo que se iba consiguiendo era importante, ya que de este modo surgieron géneros, como los Rogue Like, que son tan venerados y deseados hoy día, donde la dificultad es el máximo exponente para aportar diversión. Se comenzaron proyectos ambiciosos, títulos de rol que recuperaban géneros bastante abandonados, como el rol por turnos, títulos de estrategia, nuevos conceptos de aventura arcade con toques de rol. La industria indie comenzó a evolucionar, la autofinanciación surgió como una plataforma que permitía conseguir recursos para que esta industria lograse evolucionar y hacerse más atractiva.
Visitando algunas de las páginas destinadas a la autofinanciación, se puede comprobar que la comunidad indie está más viva que nunca, aunque en el fondo, solo vemos la cima de un iceberg, pues el éxito que se ha logrado no es más que la consagración de unos pocos dentro una multitud. No todos los proyectos llegan a buen puerto, es necesario más respaldo para esta industria, algo que las grandes compañías parecen no obviar. Ya hemos mencionado la vinculación de Microsoft para con estas desarrolladoras, algo que se ha continuado con la llegada de Xbox One y el programa id@Xbox. No obstante, esto no es más que un nombre asociado a una iniciativa loable que da acceso a una plataforma con ciertas facilidades, pero no es algo que le otorgue exclusividad, pues cada empresa hace llegar a su manera los resultados del trabajo de esta industria a sus plataformas.
Nadie podía augurar hace un par de años que los juegos procedentes de la industria independiente cobraría tanta importancia, menos en una época donde el acabado gráfico ha cobrado excesiva importancia. Sin medios, sin capital o sin apoyo de las grandes empresas que saben manejar la publicidad y las masas, la industria indie parecía lastrada al olvido o marginada a los PC. Iniciativas como id@Xbox han sido una demostración de comprensión por parte de una empresa como Microsoft, tomando ejemplo de iniciativas más comunitarias como Greenlight de Steam o la libertad que Sony aporta para publicar como sea lo que sea en sus plataformas.
Son las consolas las plataformas que hacen llegar sus productos a un sector más amplio, como máximo exponente del entretenimiento interactivo. Tras la llegada de los primeros juegos id@XBOX, así como por el éxito de incontables desarrollos a través de plataformas de autofinanciación, la industria indie ha dejado constancia de que el futuro de la industria también depende de ellos. Tras su aparición y consagración, aunque haya sido gracias a la siempre menos exigente plataforma de los compatibles, su incursión en el mercado y los catálogos de las consolas ha traído conceptos novedosos y productos atractivos que acompañan a los siempre exitosos blockbusters.
Pese a todo, ya no es cuestión de fijar nuestra vista en los títulos denominados triples A, porque hay juegos de origen modesto que han conseguido eclipsar a estas licencias, incluso, de dar la sensación de que son capaces de superar a estos juegos con nuevas iniciativas. Años de insulsos Need for Speed o Formula One anuales, de reciclados Gran Turismo o de precoces Forza, han dejado constancia de un hueco dentro de la conducción, un hueco que parecen llenar pequeñas empresas. Así comenzó Slightly Mad Studios Project CARS, así podemos encontrar grandes proyectos como American Truck Simulator o la llegada de las motos fuera de las competiciones como RIDE. La industria independiente es la que rebusca en los géneros y reinventa, busca soluciones a la rutina de lanzamientos y saca petróleo, aunque muchas veces, sin el debido éxito por la falta de medios.
Las grandes inversiones siempre limitan la innovación de los videojuegos, los desarrolladores recurren a fórmulas de éxito para llevar a cabo un producto que garantice la recaudación tan necesaria cuando se invierte mucho dinero en un producto. En los últimos años, las sagas han ido acumulando entregas, agotando en ocasiones un valioso recurso, un exitoso universo que ha perecido ante el continuismo. Inherente en toda industria de entretenimiento audiovisual, un virus que se ha expandido por la necesidad de rentabilizar grandes inversiones, se ha dependido de la industria independiente, fuente de inspiración e innovación, que ha podido expandir nuevas vías gracias a la libertad de la independencia del dinero.
Pero este sector de la industria no se ha quedado inmóvil ante la oportunidad que le ha brindado las diferentes vías de autofinanciación y de este modo han realizado una incursión que ha deparado un éxito inesperado. Pese a que PC ha sido siempre una plataforma más abierta donde la incursión de estas ha sido más sencillo, su llegada a las consolas ha contado con el apoyo de las propias compañías que han habilitado mayor accesibilidad para el desarrollo de estos juegos en ellas. No obstante, aprovechar la oportunidad no será fácil, porque no es algo que dependa única y exclusivamente de la aprobación de Sony o Microsoft, sino del séquito de usuarios que no están acostumbrados a este tipo de productos.
Los juegos indie gozan de buena salud, el salto a las consolas se ha debido a la gran cantidad de facilidades y a la aparición de las campañas de autofinanciación que han permitido obtener la cantidad de dinero necesaria, por parte de usuarios, para que estas empresas no quiebren en su afán por dar a conocer productos que, sin que puedan competir técnicamente con los blockbusters, puedan aportar savia fresca a una industria que puede estar pecando de continuista y poco original. De hecho, en la anterior generación algunas de estas aportaciones indie fueron acaparadas como juegos Arcade en las consolas, como Limbo, Super Meat Boy, Fez o el fantástico Brothers: A Tale of Two Sons. Empresas como Capy, con Superbrothers: Sword & Sorcery, redefinieron un género, los roguelike, y a la espera de Below, es uno de los ejemplos más evidentes del éxito de esta industria, junto a Telltale Games y sus juegos episódicos, pero son muchos los juegos que se han convertido en icono de esta revolución en la actualidad, como Broforce, Mighty No.9, Guacamelee, Gone Home, Rust… Diversidad, nuevas experiencias y mucha calidad.
Hasta qué punto esta industria parece llegar al usuario, que ahora parecen ser las grandes compañías las que toman ejemplo, al menos, se hace más palpable la influencia sobre estas a la hora de abarcar géneros que han tenido éxito y crear nuevas licencias que los exploten. Ubisoft inicio tímidamente una iniciativa hacia esta tendencia, creando para ello uno de los motores gráficos que más ha lucido en esta última generación, UbiArt Framework, con títulos como Rayman Legends, Child of Light o Valiant Hearts. Aprovechando las ideas procedentes de la industria indie, parecía apostar por aportar nuevas y originales ideas en géneros abandonados o creando nuevos, pero tras estos tres brillantes juegos no hay más, ¿Por qué? Sin desmerecer al resto de productos de esta empresa, podría asegurar que estos tres títulos citados son de lo mejor que ha lanzado en los últimos 3 años.
Volviendo a id@Xbox, la iniciativa de Microsoft para Xbox One también ha dejado constancia de esta industria, con muy buenos títulos que han hecho disfrutar a los usuarios unas cuantas horas lejos de los típicos títulos del catálogo principal. Recuperar géneros y hacerlos llegar a los usuarios que no habían nacido para conocer aquella época en la que juegos como Xwing triunfaban con su apuesta por los combates espaciales, que llegan de la mano de Strike Suit Zero, o las aventuras de LucasArts que han sabido resucitar Telltale o Dontnod, así como juegos de puzzles, que recordarían al Lost Viking en Chariot o Trine, o conceptos arcade de toda la vida, como Olli Olli. La industria independiente está recuperando lo que hizo grande a la industria del videojuego, está implicada en hacer llegar géneros clásicos, reciclarlos a las nuevas tecnologías y aplicar una renovación que parecía necesaria.
Y es que es lo más interesante de esta tendencia, la posibilidad de ser independiente de los resultados y poder acaparar cualquier género y expandir sus límites, creando combinaciones originales, aportando ideas frescas e innovación. Puede que su llegada al público de las consolas pueda no tener un efecto inmediato, convencer a un grupo de usuarios tan exigente puede resultar algo complicado, pero el respaldo que están teniendo puede bien justificar un cambio en la percepción de lo que los juegos pueden ofrecer. De hecho, esta industria puede ser una de los pilares de la evolución de los conceptos en los futuros blockbusters, pero para ello, debe contrastarse su innovación saltándose el escepticismo de los usuarios que parecen expuestos al mismo hermetismo conformista que presuntamente garantizan los productos relacionados con la industria de las superproducciones, que van a lo seguro.
Recurrir a “más de lo mismo”, mediante el respaldo que otorga la publicidad frente a la innovación sin pretensiones de recaudaciones millonarias, que es recibido con escepticismo, cuando se puede observar con bastante claridad que la evolución de la industria cada vez depende más de estas nuevas ideas.