La retrocompatibilidad con Xbox One es uno de los grandes fuertes que nos ofrece la consola en este momento. La posibilidad de disfrutar de juegos de Xbox original y Xbox 360 es algo que gusta, en general, a todos los usuarios; tanto nuevos como veteranos. Sumándose al hecho de que los juegos de Xbox original están disponibles por 9,99€ en Xbox Store, convierte a la retrocompatibilidad en un valor importante para Microsoft. Sin embargo, el trabajo que se esconde detrás es enorme. Bill Stillman, jefe encargado de la retrocompatibilidad en Xbox, se ha referido al trabajo que hay detrás. Entre otras cosas porque al equipo «no le gusta hacer cosas a medias».
«Constantemente trabajamos para que el emulador sea más preciso. Pero cada vez que lo hacemos más preciso, lo hacemos menos potente. Las mejoras para Xbox One X suponen un gran trabajo, porque tenemos que cuadrarlas para que no supongan ningún cambio en el gameplay. Y no nos gustan los trabajos hechos a medias».
Stillman también ha hablado de las primeras veces que mejoraron los juegos para Xbox One X. Eric Heutchy, miembro del equipo, se preguntó qué podían hacer con un juego de Xbox 360 para Xbox One X. Así que decidió tomar como base lo que habían hecho con los juegos de Xbox Originals y aplicarlo a Halo 3. El resultado fue increíble, como si se tratara de un juego nuevo, según Stillman.
Por último, Stillman se ha referido a uno de los grandes problemas con los que se ha encontrado la retrocompatibilidad de Xbox One. Que no es otro que las licencias musicales.
«Las licencias musicales normalmente se conceden para un distribuidor o un usuario. En los días de Xbox 360 no había streamings y las distribuidoras compraban las licencias porque era lo más barato. Sin embargo, Xbox One tiene GameDVR y Game Boradcast, así que a veces el propio contrato de la licencia prohíbe su difusión».