El género de terror ha tenido grandes exponentes a lo largo de las generaciones, con Resident Evil como la franquicia más importante del mismo. No obstante, otros estudios han hecho trabajos fantásticos con la intención de llevar a la cima un género que tiempo atrás fue prácticamente olvidado por los desarrolladores y jugadores, como es el caso de Supermassive Games. Título a título, la antología de terror del estudio ha ido creciendo, ofreciendo experiencia más gratificantes que la anterior. La cuestión es, ¿Logrará seguir el camino que ha recorrido hasta ahora? Gracias a Bandai Namco y la build que nos han enviado, con algo más de una hora de duración, os lo contamos en nuestras primeras impresiones de The Dark Pictures: The Devil in Me.
La Casa de los Horrores
Supermassive Games nos tiene acostumbrado a basarse en mitos reales de terror para ambientar su antología. Si Man of Medan iba de un supuesto barco fantasma, Little Hope de un pueblo a prior encantado y Houshe of Ashes de vampiros en el infierno Sumerio, con The Devil in Me la localización cambia completamente. En esta ocasión el estudio ha decidido optar por una ambientación más realista, con los asesinos en serie como protagonistas. Concretamente, el título nos ofrecerá una historia basada en los crímenes de HH Holmes, el primer asesino en serie de América.
Teniendo en cuenta esto como base, The Devil in Me nos mete de lleno en un hotel creado por Grantem Du Pet, un admirador de Holmes, que ha tratado de crear su propia versión del World’s Fair Hotel que el propio asesino construyó a finales del siglo XIX. ¿Pero cómo llegaremos aquí? La respuesta es muy sencilla. En esta ocasión encarnaremos a un grupo de documentalistas que están trabajando en el que debe ser el gran show de TV que les lleve al estrellato, o finalmente a la más absoluta irrelevancia televisiva, lo que creará disputas dentro del grupo.
Gracias a la invitación de Du Pet, el director del grupo considerará que se trata de la mejor opción para, por fin, dar el do de pecho con una creación que nadie podrá olvidar, recreando la historia del primer asesino en serie del país. Así, con él y su grupo, formado por una actriz/narradora, un fotógrafo, una experta en mantenimiento y escenarios, y la encargada de sonido, tratarán de descubrir los secretos que entraña el hotel.
No os vamos a contar nada más de la historia en detalle, pero lo que sí que podemos decir es que la atmosfera creada por Supermassive con esta ambientación ha sido fantástica en el rato que hemos podido jugar, con unos ángulos de cámara y unos jump scares bien medidos en varias situaciones. Por tanto, aun no tratándose de un mito terrorífico en el sentido sobrenatural de la palabra, el miedo y la tensión estarán presentes en el juego.
Una evolución a los mandos
Como todos podríamos esperar, Supermassive Games nos ofrece una entrega continuista a lo visto en las anteriores entregas de la franquicia, pero con novedades que cada vez más hacen parecerse al juego a un survival-horror clásico. Continuando el trabajo realizado en House of Ashes, el estudio ha vuelto a apostar por la cámara libre en tercera persona, en lugar de esas cámaras fijas que teníamos en anteriores entregas. Y una vez nos adentramos en los personajes, es donde comienzan las novedades.
La primera de las novedades jugables que podemos destacar en nuestras impresiones de The Dark Pictures: The Devil in Me es los objetos y habilidades exclusivas de cada uno de los personajes. Por un lado, el director cuenta con una tarjeta que es capaz de abrir cualquier cerradura de cajones; el fotógrafo tiene un trípode que nos permite alcanzar objetos más alejados; o la encargada de mantenimiento, que es capaz de devolver la corriente gracias al uso de una máquina específica para ello. Con ello, las opciones jugables se amplían enormemente en estos primeros minutos, aunque habrá que ver si acaba ocurriendo igual en el juego final.
Estos objetos y habilidades se encuentran alojados en la cruceta de nuestro mando, por lo que usarlos será tan sencillo como pulsar la disposición en la que estos se encuentren. Pero estas no son las únicas novedades que encontramos en términos jugables. El estudio ha potenciado aún más la libertad de acciones, permitiendo que podamos mover objetos, trepar y saltar, aunque en momentos algo encorsetados. Es un buen paso adelante, pero sentimos que en el futuro debería otorgarse una mayor libertad de acción en este sentido, ya que no deja de ser una experiencia totalmente guiada.
Todo esto provoca que los puzles aumenten en complejidad, con una resolución que implica el uso de un mayor ingenio por nuestra parte, algo que sin duda será de agradecer para todos aquellos que pedían un paso más a Supermassive respecto a lo visto en sus anteriores trabajos. Y como no podía ser de otra forma, los QTE y la toma de decisiones sigue siendo un pilar importante en la fórmula.
Un paso más cerca del fotorrealismo
Supermassive siempre nos ha acostumbrado a ofrecernos un nivel gráfico que rozaba lo fotorrealista en elementos como las caras de los personajes, aunque perdían cierto fuelle con el resto de elementos del juego. Con The Devil in Me, el estudio ha dado un paso adelante en este sentido, ofreciendo unos modelados fotorrealistas que por momentos nos harán pensar que nos encontramos ante los homónimos reales que interpretan al grupo. Pero donde realmente destaca la evolución es en el escenario, y es que el estudio ha conseguido elevar el detalles del mismo, gracias en parte a un sistema de sombras que creará estampas realmente aterradoras.
No obstante, y a pesar de los bugs que hemos podido encontrar en la build (algún que otro brazo atravesando objetos o paredes, zoom extremo en el uso de la cámara de fotos, etc.), donde si notamos que el juego podría dar un pasito más es en las animaciones faciales de determinados personajes. Aunque la mayoría ofrecen un buen nivel, hay alguno que nos deja una sensación demasiada «estática» a la hora de comunicarse, y es algo que choca mientras lo vemos. Por ahora, está por ver si es algo solo de esta build.
En este caso, ha sido a través de PC donde hemos podido probar el juego, ofreciendo un rendimiento que exigirá tener un ordenador actual si queremos disfrutar de altas resoluciones. En nuestro caso, con un equipo que cuenta con un i5, 16 GB de RAM y la GTX 1070 nos ha costado mantener los 1440p y 30 fps en algún que otro momento.
Finalmente, en cuanto al sonido, el juego está doblado al inglés con subtítulos en castellano, aunque su versión final llegará con voces en español de España. Por ahora, es pronto para dar una conclusión definitiva en este apartado, pero lo cierto es que durante el tiempo que hemos probado el juego teníamos grandes interpretaciones (por eso chirría aún más lo que comentábamos de las animaciones faciales) y unos efectos de sonido fantásticos. Ahora tan solo queda ver si Supermassive es capaz de ofrecer todo esto durante toda la aventura.