A lo largo de los años, dos juegos han rivalizado en sus respectivas plataformas para convertirse en la referencia absoluta del género de conducción. Las sagas Gran Turismo y Forza Motorsport han acaparado los elogios de sus respectivos seguidores en cada plataforma, siendo lideres indiscutibles de cada una, pero con ciertas discrepancias sobre cual de los dos es más convincente en general. Puede que esta hegemonía llegue a su fin gracias a Slightly Mad Studios, quienes nos harán llegar a finales de año Project CARS.
Desde este pequeño estudio dedicado a la pasión por los coches, responsables de uno de los mejores Need for Speed de los últimos años, puede que el mejor desde hace tiempo, Need for Speed Shift, llega Project CARS. Un título cuyo origen modesto requirió de una campaña de autofinanciación que fue un rotundo éxito y, gracias al cual, su fama se ha extendido de tal manera que verá la luz también en las consolas de nueva generación, así como en otras plataformas.
Este simulador ha dejado constancia del gran apartado técnico que desarrolla gracias al uso de CryEngine. Un juego que, a todas luces, promete aspirar a ser una de las referencias visuales de este año gracias al uso de un espectacular motor de luz dinámico, metereología variable y unas físicas exigentes que convierten a este producto en uno de los simuladores más exigentes. Obviamente, el concepto que promulga este juego es un concepto de simulación más cercano a los juegos de conducción tipicos de PC, como rFactor, la saga RACE de Simbin y otros juegos en los que prevalece la experiencia de simulación al apartado técnico.
Puede que sean estas carencias visuales las que han alentado a Sligthly Mad Studios a llevar a cabo un proyecto más ambicioso que tome una experiencia visual más espectacular, sin renunciar a las exigentes físicas que trasladen al usuario a una experiencia de conducción más realista. Con esto, el juego parece mostrarse tan ambicioso que podría ser un riesgo real frente a los siempre exitosos títulos de las sagas consagradas en las consolas, Gran Turismo y Forza Motorsport. Pero, ¿Realmente conseguirá atraer al público de estas sagas?¿Conseguirá convertirse en la referencia del género?
Su origen conceptual podría ser uno de esos elementos que puede complicar su aceptación, si bien, Project CARS es un juego que enfoca su concepto en la competición, dejando a un lado el coleccionismo que suele ser icono de los otros juegos mencionados. Lejos de acaparar una gran lista de coches, que no obstante es cuantiosa, la fórmula que han promulgado los juegos de competir y coleccionar ha resultado ser todo un éxito. En Project CARS se emplea un modo campaña en el que los jugadores deberán progresar por el circuito internacional, tal como otros juegos, como el propio Shift o el más reciente GRID Autosport, llevan al usuario. Partiendo de las categorías inferiores, los Karts, deberemos progresar por las diferentes disciplinas del mundo del motor concretando nuestro currículum a las carreras de turismos, monoplazas o prototipos.
Aunque los reyes de este género también promulgan un progreso similar, no tienen en su carácter ese espíritu competitivo tal como promulga Project CARS. Si bien, lo usual es ir acostumbrándose al sistema de conducción desde coches menos potentes a las bestias mecánicas más extremas, juegos como Gran Turismo o Forza Motosport no traen consigo el respaldo de las competiciones reales, careciendo de una ambientación que pueda servir para introducir al jugador en una experiencia más profunda y limitándose a una experiencia más monótona donde el jugador pugnará por recompensas que permitan adquirir nuevos coches.
Project CARS aboga por la competición, incluso, con un gran abanico de novedosas opciones que servirán para acrecentar esta sensación. Uno de los elementos aparentemente más atractivos puede ser el de la radio con el ingeniero de pista, con la que no solo obtendremos datos de la situación de carrera, algo que ya se ha visto, sino que permitiría consensuar estrategias varias que puedan llevarnos a la victoria de una forma más intuitiva e inmersiva. Con todo esto, la configuración de las carreras partirá como suele ser habitual, con sus sesiones respectivas pasando por una clasificación y una carrera, o tandas, tal como suele observarse en las competiciones reales. Con esto, los jugadores podrán luchar contra una IA que, a la espera de que se concreten más detalles, puede ponernos las cosas muy dificiles, pero sin tener que ser ajustada para que tengamos que remontar siempre desde los últimos puestos como suele ser costumbre, incentivando al jugador a convertirse en un piloto, como una experiencia más realista con todos los factores que hay que tener en cuenta.
A lo largo de los últimos meses, la comunidad que en su momento invirtió en este juego, ha tenido acceso a la versión alpha, con la que se están puliendo muchos de los aspectos y se están abordando mejorías para el producto final. Gracias a esta comunidad, se ha tenido acceso a gran cantidad de contenidos, vídeos e imágenes, que han mostrado la espectacularidad de este juego, así como demostrado la intensidad de las partidas multijugador que suelen reproducirse. Con la incógnita de como trabajarán la IA de los rivales manejados por la máquina y recordando una de las mejores innovaciones traídas a este género, los Drivatar de Forza Motorsport 5, todavía queda tela por cortar en este aspecto.
Pero lo que parece seguro es que este juego va a convertirse en un referente técnico. Si bien, existen otras alternativas en PC, en el mismo estado de desarrollo, como es Assetto Corsa, que ya han conseguido hacer sombra a Project CARS, el juego de Sligthly Mad Studios sigue siendo un firme candidato a coronarse como referente de este género por el conjunto de apartado técnico y sensaciones de conducción. Cuantiosas son las demostraciones técnicas que han permitido emocionar a propios y extraños, con una puesta en escena cuanto menos espectacular, haciendo uso de una tecnología poco usual para este género, el motor gráfico CryEngine.
Gracias a este motor, el juego goza de un acabado impecable en la mayoría de aspectos, sobre todo, por la espectacularidad que supone el uso de un motor de iluminación dinámico que permite establecer un paso del tiempo y lo que esto conlleva en aras de la visualización de las sombras, así como de las luces artificiales que se pueden dar en las carreras nocturnas. El paso del tiempo tiene muchos factores inherentes, no solo poder correr carreras de resistencia que aprovechen tanto la luz del sol recorriendo un despejado cielo para terminar en una oscura noche en la que la pista es iluminada por los potentes focos de los coches, también, por la formación de nubes y la presencia de chubascos que tendrán efectos importantes en la competición.
Y es que un factor interesante de Project CARS es la meteorología variable, lo que no significa que el se pueda optar a correr en mojado, sino que pueda comenzar a llover en una carrera iniciada en seco, y viceversa. Este aspecto no es una novedad, pero sí es un aspecto poco usual en los juegos de conducción, si bien, lo que esto implica es un desafío total a la hora de plantear aspectos como la trazada y como se va mojando o secando la pista de forma desigual, formando charcos en algunas zonas menos transitadas y carriles secos por los que poder correr más, pero, que si uno se sale, corre peligro. Este factor es interesante, a tener en cuenta, que será el primer simulador puro que hará uso de el, siendo además, un aliciente que puede hacer valer otra de las novedades, la mencionada radio, que permitirá plantear una estrategia de carrera en tiempo real. A lo largo de las carreras, como suele ser habitual, las estrategias, la habilidad y la precisión se confabulan como aspectos determinantes para nuestra victoria. Competiciones donde la igualdad suele ser una característica en lo que a mecánica se refiere, busca marcar diferencias en la calidad del piloto y no en las prestaciones del vehículo.
Obviamente, todos estos factores son atractivos, siempre y cuando mantengamos en mente que este juego es un simulador, más cercano al concepto que se promulga en PC que en consola. El perfil de los jugadores es determinante a la hora de plantear un juego y, debido a esto, el perfil de los jugadores de PC siempre ha estado orientado a un tipo de juego diferente al de consola. Podría suponer un riesgo para Slightly Mad Studios hacer frente a una comunidad más dirigida a juegos arcade donde la precisión no suele ser una doctrina a la hora de jugar, donde el valor de la mecánica tiene más valor y el dinamismo de las partidas suele ser una insignia.
Project CARS llevará a las consola, tras el intento fallido de Race PRO en XBOX 360, una experiencia de conducción ligada a la competición, a los circuitos, reglajes y precisión. Sin recurrir a largas listas de coches, a complejas apuestas dinámicas en cada carrera, un juego puro y directo que busca sacar el piloto que hay en cada uno. ¿Funcionará este lobo con piel de cordero en las consolas?