¿Recordáis la emoción que sentíamos al escuchar el nombre de Quantum Break? El estudio Remedy, uno de los mejor valorados en la industria, padres del colosal Alan Wake, iba a traernos una nueva aventura. En esta ocasión los viajes en el tiempo y los poderes sobrenaturales su unían a un elenco envidiable para hacernos disfrutar de lo lindo. No solo eso, Remedy innovaba y nos introducía en una nueva forma de jugar con una serie incluída en la que nuestros actos y decisiones tenían un impacto directo.
Todavía recuerdo la presentación del juego, días antes del estreno, en el Flagship de Telefónica, en pleno centro de Madrid, probarlo por primera vez fue toda una experiencia. Las mecánicas de juego tan intuitivas, las caras de los actores que parecían tan reales, cada detalle que conforma Quantum Break está medido al milímetro para que fluya con el entorno. No quise probar demasiado para poder jugarlo con tranquilidad en casa y disfrutarlo como se merecía.
Una nueva forma de jugar
Ya ha pasado un año desde que nos pusimos en la piel de Jack Joyce, interpretado por Shawn Ashmore conocido por su papel como Iceman en X-Men, para manipular el tiempo a nuestro antojo. El reparto también contaba con Dominic Monaghan, Merry en la trilogía de El Señor de los Anillos y con Aidan Gillen, Meñique en la serie Juego de Tronos. Una serie en une juego suena algo arriesgado, de hecho innovar es peligroso.
La tendencia de los últimos años es criticar cualquier tipo de innovación en la industria, al menos desde mi perspectiva. Ya ha pasado con Quantum Break, ha pasado con Nintendo Switch y seguirá pasando con cualquier cosa que nos presente un cambio. El miedo al cambio está a la orden del día y la defensa parece ser la crítica, principalmente, destructiva. Esto es un arma de doble filo ya que los estudios al recibir críticas de esta índole se refugian en que lo de siempre funciona y nosotros nos quedamos sin cosas nuevas.
El juego no fue del agrado de todos, ya que, incluso en su dificultad más elevada era sencillo de superar, la serie no pareció calar muy hondo, sin embargo a mí me maravilló. Remedy puso todo su cariño para que los usuarios de Xbox One disfrutáramos de algo único. La serie consiguió engancharme y el sistema de juego me resultó satisfactorio.
Viajes en el tiempo con una calidad aplastante
Parar el tiempo y quedarte hipnotizado observando cada detalles es algo que solo puede conseguirse en Quantum Break. Las capturas de pantalla ocupaban gran parte del espacio en mi disco duro, cada mínimo texto podía leerse, los detalles más nimios conseguían encandilarme. Decenas de balas se cernían sobre el protagonista, pararlas, esquivarlas, era todo un placer.
Remedy lo tenía difícil para hacer algo que estuviera a la altura de Alan Wake, la siniestra historia del escritor es ya todo un clásico de la marca Microsoft y muchos de los seguidores claman por una segunda parte. Remedy siempre ha apostado por presentar cosas nuevas, no centrarse en lo fácil, creo que Quantum Break es prueba de ello.
Hoy es el cumpleaños de uno de los exclusivos de Xbox One que más pasiones levantaba entre los jugadores de la consola. Parece que quedaron muchas cosas en el aire a lo largo de la historia de viajes en el tiempo, una segunda parte encajaría demasiado bien para despejar algunas dudas.
¿Te gustaría que se desarrollara una segunda parte? ¿Quitarías el formato serie y dejarías solo la parte jugable? ¿Qué es Quantum Break para ti? Si quieres recordar viejos tiempos puedes echar un vistazo al completo análisis que hicimos en la web sobre este exclusivo.