El E3 siempre ha sido uno de los eventos de videojuegos más importantes del mundo o, al menos, así lo era. Una increíble oportunidad para que las compañías más grandes del sector sacaran a la luz las últimas novedades de sus próximos títulos a los ojos de miles y miles de espectadores, tanto de forma presencial como vía streaming. Pero quizás el problema es justo ese: cada vez son menos los usuarios que se decantan en asistir al evento de Los Ángeles y, por si fuera poco, cada vez son menos aún las compañías que siguen celebrando sus conferencias en el lugar.
Grandes ejemplos son el Electronic Arts Play de este año que ha prescindido de conferencia y cualquier tipo de acto para la prensa o la propia Sony, que directamente no ha asistido al evento, aunque por supuesto Microsoft sigue en sus trece, pues no ha dado ninguna señal de que quiera cambiar sus planes para el próximo E3 2020.
El caso es que cada vez son más las organizaciones del sector que están tomando la propia paradigma de EA, dejando atrás los comunicados, las ruedas de prensa y todo aquel contenido exclusivo para esta y centrándose en lo que es verdaderamente importante: jugar y satisfacer a los jugadores pero, ¿qué va a ser entonces de un evento que se basa mayoritariamente en conferencias y el streaming de estas?
Teniendo en cuenta los duros datos que ha facilitado el analista Daniel Ahmad a través de Twitter, dejando al E3 2019 como el evento de videojuegos menos visitado del año con 66.000 asistentes -menos que el año pasado- y encabezando la lista con ChinaJoy 2019 con 365.000 y la Gamescom 2019 con la friolera de 373.000, el evento estadounidense no solo se queda corto, si no que puede llegar a suponer un gran problema unido a que cada vez son menos los estudios interesados en participar.
Sabemos que la feria estadounidense tiene un objetivo claro: ser el ‘hogar’ y el escaparate de los desarrolladores , por eso no debe sorprendernos el número de asistentes, pues tampoco cuenta con un gran aforo y, si miramos ediciones atrás como en 2015 o 2016, los números descienden aún más por lo que estos últimos años no ha hecho más que mejorar. Pero, teniendo esa dependencia por parte de las compañías, ¿le espera un futuro prometedor al E3 2020?
Los estudios de desarrollo cada vez apuestan más por la acción y no por los anuncios, algo lógico, pues no hay mejor incentivo para mejorar que los propios jugadores -que al fin y al cabo son la voz final- prueben sus juegos y expresen sus opiniones para así tomar cartas en el asunto, algo que por ejemplo el evento alemán cumple a la perfección contando con inmensas áreas de entretenimiento y también para prensa, combinando ambas ramas a la perfección.
Entonces, ¿en qué situación se envuelve ahora mismo el E3 y qué debería hacer? Simple: renovarse o morir. Y ya no es que sea algo que diga yo, si no que la propia ESA -The Entertainment Software Association- habría ya tomado algunas decisiones y propuesto cambios al respecto. Y es que, tal y como recoge el medio GameDaily, la organización habría dado un rotundo giro a sus intereses a modo de redimirse, centrándose de lleno en los fans.
¿Para ello? Un aforo aumentado de hasta 10.000 asistentes más para el 2020 y una nueva descripción: E3, el festival de fans, medios e influencers del sector de los videojuegos. El evento apostará fuerte por traer al recinto a celebridades y todo tipo de personas influyentes para llamar la atención de los asistentes, un ejemplo es el que cita Mike Futter: Los Ángeles Lakers jugando a la nueva entrega de NBA 2K, entre otros casos parecidos. Que el usuario asista no solo por los videojuegos, si no que también cuente con un reclamo para tener más motivación para ir. Lo mismo ocurriría en las colas para probar algún juego, la ESA pretende que ese tiempo perdido del jugador no sea en balde -como es normal- con diferentes soluciones, así como apostar más por la generación Z y millennial.
Pero además de todo esto, la compañía reubicará completamente el evento, creando nuevas zonas de ocio y ‘experiencias’ para todo tipo de usuario. Todos estos cambios podrían ser el próximo resurgir del E3, pero cuenta con un grandísimo inconveniente: numerosas personas al cargo están en contra de que este se convierta en un evento más para el consumidor como lo son muchos otros.
Es entonces donde se nos revela la pregunta del millón. ¿Debería el E3 2020 seguir siendo ese característico escaparate de los desarrolladores aún con el riesgo del ‘cambio’ por parte de estos o debería renovarse y convertirse en un evento más para los fans aún con muchos aspectos en contra? El tiempo nos lo dirá. ¿Vosotros qué opináis?