Cuando decimos que la industria del videojuego ha evolucionado un montón, podemos hacer caso a más aspectos que el que se ve en los juegos. Grandes historias, gráficos de infartos y una continua revolución de hardwares que ha permitido que las más fantásticas historias se hagan realidad y se hayan evolucionado los géneros a niveles extraordinarios. No obstante, fuera de esta evolución, por un lado reclamada, por otro lado obligatoria, no es la única que ha llegado al entorno de este entretenimiento.
En cierto modo, la evolución de los géneros podría ser una versión intermedia de lo que se debe y se ha conseguido con un componente de innovación que ha requerido de la inspiración de grandes mentes. A alguien se le ocurrió que sería interesante aprovechar eso que se hacía llamar internet para algo más que la comunicación, para usarlo y compartir experiencias en los videojuegos, creando el juego online, alguien pensó en crear un mando que detectase el movimiento, alguien pensó en introducir al jugador en la experiencia con unas gafas. Microsoft ha creído en ciertas tendencias, pero en casi todas, ha fracasado.
En cierto modo, pocos no recuerdan Kinect, ese gran dispositivo que permite introducir al jugador en una experiencia plena donde, dejando a un lado el controlador, se convertía en él. Pero la comunidad, reacia a las complicadas propuestas y lo casual de los productos que intentan aprovechar esta oportunidad, renegaron de este dispositivo que ha traído cola últimamente. Al fin y al cabo, nadie puede negar que Kinect es un dispositivo que no supo aprovecharse, es principalmente, pero sin paciencia y apoyo, era inevitable que esto pasase. Quizás, SmartGlass pueda ser una aplicación cuyo desaprovechamiento tenga una explicación menos comprensible.
SmartGlass surgió como una gran oportunidad, si bien, no requería de inversión alguna dada la extensión de los dispositivos móviles en los que corre. Con la simple posesión de un smartphone o una tablet, descargando una aplicación gratuita, se accedía a una herramienta que iba a otorgar un poder extra en la experiencia de juego, incluso, podía servir para suplir determinadas funciones que con el mando, eran tediosas. ¿Cuántas veces nos hemos visto obligados a pausar la partida para acceder a un menú que ejecutase una acción que bien podía haberse incluído de forma más dinámica como un comando? SmartGlass lo permitía, y así surgió una idea revolucionaria que tenía potencial.
Además, el uso de SmartGlass también se implicó con las otras funcionalidades que Microsoft pretende para su plataforma Xbox. Tanto por el uso en Xbox 360 como en Xbox One, SmartGlass se convierte en una especie de controlador que permite acceder a todos los rincones de la interfaz, incluso, establece menús y listas para gestionar nuestras decisiones y disfrutar de una experiencia que, si bien puede usarse el controlador, incluso Kinect, con el dispositivo móvil todo parece más cercano al mando a distancia. Todo estaba dispuesto para dar cobertura a esta herramienta, solo hacía falta apoyo.
Puede que su llegada en Xbox 360 fuese tardía, puede que la implicación en este dispositivo conociendo el relevo fuese insuficiente. No obstante, desde su presentación, fueron bastantes los títulos que intentaron aprovechar los beneficios con inteligencia, proponiendo una experiencia dinámica muy interesante. Podemos mencionar el caso de Forza Horizon, un juego que hizo un uso interesante, porque era correcto, simulando la pantalla del GPS de un coche, de modo que no requeríamos de pausar la partida para seleccionar nuestro objetivo, algo que, además, se podía hacer con comandos de voz. La experiencia resultante, como estar sentado en ese deportivo que conducíamos por el Festival.
Pero no fue el único, es evidente que estas posibilidades eran opciones adicionales en algunas experiencias, como bien pudo comprobarse en algunos juegos deportivos que, además de aplicar ciertas opciones a Kinect, comprobaron las capacidades de usar SmartGlass para la gestión de tácticas. Es el caso de Madden NFL 13, donde en su continua opción de elegir tácticas, el uso de SmartGlass daba una sensación nueva sin tener que pausarse la acción. No obstante, algunos juegos intentaron gestionar algunos recursos y opciones con el fin de ser más sencillos de usar, como pudo ser el Dance Central 3, que al prescindir del mando para el control, la navegación podía hacerse con gestos o con la aplicación del dispositivo móvil. Como no, con el lanzamiento de HALO 4 quisieron dar un espaldarazo a SmartGlass , pero su implicación estaba relacionada más con aspectos informativos que con la experiencia de juego en sí.
No eran malas opciones, era evidente que las desarrolladoras veían cierto potencial a esta aplicación y lo que podía suponer en la experiencia de juego. Electronic Arts siempre intentó avalar esta opción, si bien, Microsoft no fue la única que la implementó, pues la idea, aunque coincidiesen en la presentación, venía siendo muy similar a que Nintendo integró en WiiU, aunque al ser parte de la consola, su aplicación y puesta en marcha no ha tenido tantos comflictos. En cierto modo, puede que la premura en dar el salto a la siguiente generación a poco tiempo de presentar SmartGlass tuviese algo que ver en que las desarrolladoras no modificaran su código, no ingeniasen opciones de juego aplicables a esta y, en definitiva, que su aplicación en Xbox 360 se quedase como algo residual o conceptual ante la inminente llegada de Xbox One.
No obstante, la llegada de Xbox One no supuso un abandono del catálogo de Xbox 360, durante ese año de lanzamiento, algunos juegos, como fue el caso de Fable Anniversary o Metal Gear Solid V Ground Zeroes, tuvieron la oportunidad de seguir dando cobertura y mostrando algunas de las posibilidades de SmartGlass. Gestionar el entorno, gracias a no tener que pausar el juego para acceder al mapa, se convirtieron en una alternativa ociosa, pero en gran parte, pobre. Tener que recurrir a SmartGlass para estas opciones, pese a no tener que pausar el juego, no parecía ser la opción definitiva que la industria debía implementar. Pero ahí estaba Xbox One y su apuesta por SmartGlass desde el primer día, con una nueva aplicación, y que combinada con Kinect, que iba a estar presente para todos los usuarios, la experiencia de juego podía reinventarse o complementarse.
De este modo, durante la campaña promocional, algunos juegos hicieron gala de los cuantiosos beneficios que podía suponer el uso de SmartGlass , sobre todo, porque algunos proyectos incluyeron modos adicionales, acceso a misiones exclusivas y usos innovadores para esta aplicación. Es el caso de Dead Rising 3, título que convertía nuestro dispositivo móvil en, valga la redundancia, un dispositivo móvil con el que interactuar, ejecutar algunos comandos y estar pendientes de algunos eventos que, de otro modo, no se podían acceder. De hecho, Dead Rising 3 tuvo componentes muy interesantes complementando Kinect y SmartGlass , pero eso ya, es otra historia.
Obviamente no fue el único, de hecho, fueron empresas como Electronic Arts y Ubisoft, quienes dieron a Xbox One algo adicional que nadie más tiene, o tendrá, como son los modos de juego exclusivos para la edición de Xbox One de juegos como Plants vs Zombies: Garden Warfare o Tom Clancy´s The Division. Es precisamente este último título el que realmente supuso una grata sorpresa a la comunidad de jugadores de Xbox, pues en la implementación de este modo de juego se encontró un modo realmente atractivo para dar cobertura a un título que enfoca su experiencia en el multijugador cooperativo dentro de un gran entorno multijugador masivo. En cierto modo, ambos títulos hacen un uso muy ambicioso de SmartGlass , aplicando un modo de juego adicional a un título, ofreciendo un apoyo al modo cooperativo, con un mapa táctico y el uso de determinadas opciones que aportarán un apoyo muy útil a quienes estén participando en la acción.
Siguiendo con Ubisoft, Watchdogs era un título que, dada su ambientación, podía hacer un uso de esta opción, ya que además, incluyó una aplicación propia para otras plataformas. Es evidente que la intención de Watchdogs era implementar un uso coherente de esta aplicación para dar más dinamismo a la acción que se desarrollaba en las calles de Chicago, y en cierto modo, la sensación de introducirse en el rol de Aidan era más profunda gracias a estas opciones. En cierto modo, algunas de las opciones propias del juego hacían uso de un terminal que se veía en pantalla, estas opciones, disponibles a través de la aplicación SmartGlass , permitían ejecutar un menor número de comandos en el controlador, no obstante, había que prescindir de alguna mano para llevarlas a cabo en el móvil. Se han encontrado posibilidades para SmartGlass , no obstante, no siempre es así.
Claro que es interesante ver que los juegos ofrecen una experiencia ampliada gracias a esta herramientas, pero en otros casos, como es el de Ryse: Son of Rome o Forza Motorsport 5, se proporcionó una herramienta más informativa, dando un soporte que, para muchos, es prescindible. Parece que la tendencia más simple es la que permite dar acceso a información, más o menos trascendente, dentro de un juego, aunque uno de los recursos más interesantes, dentro de estas posibilidades escuetas que puede encontrarse, es la de complementar el mapa para que podamos localizar objetos, enemigos, o gestionar estrategias de forma fluida y sin recurrir al menú de pausa. Hemos mencionado un par de ejemplos en Xbox 360, pero la tendencia también ha llegado a Xbox One de la mano de juegos como Assassin´s Creed IV: Black Flag o Assassin´s Creed Unity, Battlefield 4, Monopoly Plus o Worms Battlegrounds. Obviamente, podríamos hacer mención a Project Spark, pero la naturaleza de este título no parece estar tan adherida a una experiencia añadida en un juego, sino el uso de esta aplicación como una herramienta que, realmente, viene muy bien para crear escenarios y construir nuestros juegos.
Al fin y al cabo, la mayoría de estos proyectos tuvieron su desarrollo durante este período de promoción de Xbox One y de SmartGlass , pero últimamente no se está viendo demasiada implicación por llevar a cabo aplicación alguna para dar cobertura a estas posibilidades. Y para matizar más esta desconcertante situación, podemos mencionar la secuela de uno de los que fueron pioneros, Forza Horizon 2. Tras el uso correcto e intuitivo de SmartGlass en su primer título, la llegada de un segundo permitía volver a hacer hincapié en el mismo concepto y acercarlo a más gente, incluso, aplicar las mejoras introducidas en el multijugador para configurar carreras o simples viajes, gestionar la lista de reproducción de la radio… lo que fuera. Lo que nos hemos encontrado es que, en vez de eso, se ha obviado por completo que existe SmartGlass y ya está. ¿Qué demonios? No se ve una presión, o una capacidad de sugerir que SmartGlass es algo que puede usarse, no es como el caso de Kinect, donde la falta de respaldo ha hecho abandonar su uso y su supresión del bundle ha derivado en un desinterés total por parte de las desarrolladoras. SmartGlass es una aplicación gratuita que cualquier usuario de Xbox que tenga un smartphone o una tablet puede usar sin que suponga un gasto adicional. ¿Cual es el problema?
No podemos negar que en ocasiones echamos en falta muchas opciones, muchas de ellas simplemente no son posibles porque llevarlas a cabo con el mando es una tarea muy tediosa. Hemos mencionado Project Spark, aplicación que gracias a esta herramienta, permite tener acceso a una construcción más intuitiva, fluida y adecuada que si tuviesemos que hacer uso, como pasa en otros juegos que incluyen editor, del controlador. ¿Cuántas veces hemos intentado crear nuestros escenarios y hemos desistido por lo complicado que resulta ir cuadrado a cuadrado configurando absolutamente todas las opciones para el posicionamiento de un objeto? Con SmartGlass esto sería una tarea mucho más sencilla y títulos como Far Cry 4, Trials Fusion o ScreamRide, ofrecerían un mayor catálogo de elementos creados por la comunidad.
Ya comentamos que Kinect podía abrir las puertas a nuevos géneros, lo mismo puede suceder con SmartGlass, cuyo potencial para gestionar y controlar determinados aspectos de los juegos le otorgan una ventaja clara frente al uso del controlador. ¿Por qué no se podría usar como un TouchPad? Con esto, si bien títulos como Blue Estate hacen uso de Kinect, el uso de SmartGlass también podía considerarse, del mismo modo, a la hora de gestionar las tácticas de Dragon Age Inquisition, parece que SmartGlass podría ayudar mucho en los combates. Dudo que sea un visionario, simplemente, parece que SmartGlass no está teniendo el apoyo debido y las desarrolladoras se olvidan de que es una herramienta que puede otorgar grandes beneficios a sus títulos. Es evidente que no todos los juegos pueden hacer un uso de SmartGlass, tampoco se puede forzar, pero no cabe duda de que hay una falta de interés enorme que afecta, incluso, a los títulos propios de Microsoft.
Obviemos lo que ya está hecho, miremos al futuro, ¿Que nos encontramos? Un desierto que solo incluye una experiencia de juego adicional, procedente de un título que fue anunciado en el emergimiento de Xbox One, como hemos citado anteriormente, Tom Clancy´s The Division, un título que puede llegar en 2015 como único título que incluya funciones propias e innovadoras para quedarse más solo que la una. SmartGlass para Xbox One mejoró muchas funciones, su implicación en el entorno de la consola es mucho más profundo y permite gestionar muchas cosas, no obstante, fue parte vital de la experiencia de usuario que propuso al principio Microsoft y que tiene, interesantes ventajas, como la posibilidad de comprar un juego y tenerlo instalado cuando se llega a casa. No obstante, otros factores pueden haber influído en la limitación de estas posibilidades que ahora, son testimoniales. Aun así, gestionar y visualizar contenidos, mensajear, visualizar el panel de actividades, son opciones interesantes que cualquier herramienta social tiene incluídas y que en el entorno de Xbox auna a la comunidad. Poder acceder a estos aspectos es interesante, pero no es vital ni aporta nada a la experiencia de juego.
Solo podemos lamentarnos, o bien, aplicar la misma técnica que se está extendiendo para todo lo que llega como una innovación desde Redmond, ignorar. Pero ¿Por qué debemos ignorar algo que es realmente interesante y útil? No se puede achacar a nadie que se esté intentando colar un dispositivo caro, no se puede vincular a un abuso autoritario, nos han acercado una herramienta que permite ampliar la experiencia de juego. Una comunidad que tiende a exigir innovaciones no puede renegar de estas cuando llegan, más, sin dar oportunidad alguna. Tenemos ante nosotros una iteración en los intentos de mover montañas, una herramienta que tenía un potencial infinito, pero que por ahora, se ha reducido a gestionar mensajes, contactos y convertirse en una herramienta social dentro del entorno de Xbox.