Como cabría esperar en una comparativa entre dos máquinas tan diferentes en lo técnico, State of Decay 2 consigue un apartado gráfico sobresaliente en Xbox One X, mejor de lo que puede llegar a ofrecer su hermana pequeña. Al contrario de lo que podríamos imaginar en un primer momento, es Xbox One S la versión que mejor rendimiento mantiene, por encima de su revisión.
Undead Labs prometió durante el desarrollo del título que State of Decay 2 tendría la mejor versión posible en Xbox One X comparada con su rival de PC y la versión base de consolas, tanto en lo gráfico, como en materia de rendimiento. «La memoria extra y una mayor potencia de procesamiento nos da una tasa de fotogramas más estable y nos permite hacer más con texturas de resolución más alta», dijo el jefe de estudio de Undead Labs, Jeff Strain, a IGN en marzo de este año. «Cuando estés en el juego, verás inmediatamente la diferencia: follaje más denso, sombras detalladas, profundidad de luz desde distancias más lejanas y modelos de personajes más detallados. Hace que el mundo se sienta más nítido, vibrante y como la vida real. Y, por supuesto, nos permite ejecutar el juego en 4k y HDR, que muchos fanáticos están entusiasmados «.
Pero lo cierto es que el empuje en el acabado visual ha pasado factura a Xbox One X, explica Digital Foundry en su análisis. «Las diversas mejoras de Xbox One X, combinadas con su aumento prodigioso en el conteo de píxeles, aseguran que State of Decay 2 se ejecute con un nivel de rendimiento más bajo que en la Xbox One S normal». La consola más potente se ve perjudicada, con más dificultades para sobrepasar los 30fps y caídas hasta los 20fps. La versión de Xbox One S, en cambio, se mueve entre los 30fps y 45fps durante la mayor parte del juego, bajando también hasta la franja de los 20fps en momentos de estrés.