«El arte de escribir es el arte de descubrir en lo que crees» (Gustave Flaubert)
Seguro que más de uno se ha hecho la misma pregunta al leer un análisis: ¿este analista sabrá a lo que ha jugado? Esta pregunta se ha convertido en un auténtico debate en Twitter en los últimos días, por un debate generado de nuevo por un exclusivo de Microsoft. Cuphead y Xbox One X han vuelto a poner en el candelero el debate de los posibles análisis sesgados y a veces injustos.
Ian Miles, periodista de videojuegos, ha hecho que la liebre salte a través de Twitter. En un tuit ha señalado a Dean Takahashi, compañero de profesión, comentando sus “escasas habilidades” para jugar a Cuphead. Algo que ha gustado a algunos usuarios y horrorizado a otros.
Seamos claros: ni Ian Miles ni Dean Takahashi son unos santos. Es probable que Miles haya señalado a Takahashi simplemente por crear polémica, generar tráfico en su cuenta personal de Twitter y humillar a un compañero de profesión. Pero Takahashi también es fan de crear polémica. Uno de sus ejemplos más destacados fue el terrible, injusto y casi ilegible análisis que realizó de Mass Effect, a quien amistosamente llamó «Mass Defect». Análisis por el que terminó pidiendo perdón y que se vio obligado a rehacer.

Dean Takahashi destrozó Mass Effect con su análisis, al que apodó ‘Mass Defect’. Posteriormente se vio obligado a pedir disculpas a BioWare y Microsoft.
«Todas las armas de fuego suenan y se disparan igual, ya sea una escopeta o un rifle de asalto. Estúpido. Cuando le disparas a un objetivo, aparece una caja naranja como si fuese el único sitio al que poder dispararles. Eso ni siquiera es realista y cuenta como estupidez nº2.
Tampoco puedes saber si le has dado a un objetivo, porque el objetivo sigue viniendo hacia a ti o ni se inmuta del impacto. Estupidez nº3. Sale una barra roja que te muestra exactamente cuántas veces tienes que disparar al enemigo para acabar con él, independientemente de si le disparas al pie o a la cabeza.
Las granadas son igualmente estúpidas. Vuelan en líneas rectas como discos de hockey sobre hielo, hasta que golpean algo”. Parte del análisis de Dean Takahashi de Mass Effect.
Game journalists are incredibly bad at video games. It’s painful to watch this. How do they think they're qualified to write about games? pic.twitter.com/KbsGIBvQtD
— Ian Miles Cheong (@stillgray) September 2, 2017
«Los periodistas de videojuegos son increíblemente malos jugando. Es doloroso ver esto. ¿De verdad creen que están cualificados para escribir sobre ellos?» ha comentado Ian Miles, desatando la polémica en Twitter.
Sin embargo, aunque esta sea la punta del iceberg, lo cierto es que el debate ha ido mucho más allá y ha acabado repercutiendo en lo que más nos gusta: los videojuegos. Los siguientes tuits de Miles ponen en tela de juicio la labor de los periodistas y nos invita a reflexionar profundamente.
¿Y si el gameplay que hemos visto no es una excepción? ¿Y si grandes juegos se han visto perjudicados injustamente solo porque el periodista que tenía el deber de analizarlos no hizo bien su trabajo?
It explains why they're all enamored with walking simulators. No skill necessary. Just press W and the "game" will take care of itself.
— Ian Miles Cheong (@stillgray) September 2, 2017
«Dean Takahashi estuvo 26 minutos jugando al primer nivel y ni siquiera pasó de la primera zona. Esto es solo el primer minuto y medio.
No sé cómo es posible confiar en las recomendaciones de periodistas de videojuegos, cuando ni siquiera tienen los reflejos básicos para jugar.
Eso explica por qué todos están enamorados de los simuladores de andar. En ellos no hacen falta habilidades. Basta con pulsar la tecla W y el «juego» hace el resto», explica Ian Miles en los siguientes tuits.
Lo cierto es que los tuits, por incendiaros que sean, no son descabellados. Viendo el gameplay es normal que los usuarios se planteen muchas cosas y duden del trabajo de los periodistas. No sé de dónde ha salido el vídeo; no sé si realmente se trataba de un gameplay o si Takahashi se estaba limitando a «probar» concienzudamente Cuphead. Pero una cosa está clara: es necesario que los analistas sepamos de lo que hablamos y conozcamos los juegos. Sin esa base, los análisis no pueden salir bien.

Un análisis nunca debe verse comprometido por las opiniones, gustos o prejuicios de su analista.
“Cuando tantos lectores me escribieron para decirme que la había fastidiado con mi análisis de Mass Effect, tuve que revisarlos. Y resulta que teníais razón. Me equivoqué. Os debo una disculpa a todos por escribir un mal análisis. También me disculpo con BioWare, que hizo un juego mejor de lo que pensaba y- glups- a Microsoft” Dean Takahashi pidiendo disculpas por su análisis de Mass Effect.
El debate no es tan sencillo. Por un lado estamos nosotros, los analistas. Personas que tenemos que jugar a un juego para analizarlo. Y por otro estáis vosotros, los lectores y usuarios, que queréis haceros una idea precisa de lo que tiene dicho juego gracias al análisis: jugabilidad, historia, aspectos técnicos y artísticos. Para que decidáis, en base a lo que os decimos, si queréis comprar ese juego o no.
No obstante, nosotros también somos jugadores y tenemos nuestros propios gustos. Algunos prefieren indies, otros prefieren AAA. Algunos son expertos en shooters, mientras que a otros se les dan mucho mejor los puzzles y los acertijos. Cada uno somos un mundo. Así que Dean Takahashi no es una excepción, porque no a todos se nos da bien todo o nos gusta todo.
Xbox One X ya fue en su día puesta en tela de juicio sin apenas conocer datos sobre ella
Sin embargo, una cosa está clara: ningún análisis debe verse comprometido por las habilidades o gustos del analista. No todos somos unos profesionales de todos los géneros, pero ese motivo no puede hipotecar a un juego. Si el juego no nos gusta o no lo disfrutamos como debería, no importa. Eso no tiene nada que ver con que el juego sea bueno o malo ni con que tengamos que hacer un análisis lo más correcto posible por puro respeto a vosotros: los usuarios.
Pero a veces la opinión personal (sesgada, como cualquier opinión) prevalece. Y es ahí donde surge el problema de verdad. Es entonces cuando a todos saltan todas las alarmas porque nos damos cuenta de que el analista no está haciendo correctamente su trabajo e incluso esté basándose más en opiniones sesgadas y parciales para hacer su trabajo.

¿Será Cuphead la nueva víctima de los análisis con prejuicios? Esperemos que no.
El caso más flagrante que ha tenido lugar este año nos lo hemos encontrado, curiosamente, de nuevo con un juego de BioWare. Mass Effect Andromeda ha sido completamente vapuleado por la crítica; en muchas ocasiones por opiniones personales, en otras por evidentes escasas horas de juego y en otras por culpa de unos análisis sesgados completamente influenciados por las opiniones de los foros.
Pero no es el único caso. Seguro que, si hacéis memoria, enseguida empezáis a recordar análisis donde la información del juego brilla por su ausencia y acabáis leyendo algo más parecido a una opinión personal que a un análisis.
Es cierto que cada analista tiene su método de trabajo. Hay quienes prefieren mantenerse en el terreno analítico 100% y hay quienes prefieren mezclar información y opinión. Misma diferencia que se da en los lectores: algunos buscáis datos puros, porque es lo que necesitáis para haceros la opinión sobre el juego, mientras que otros preferís que parte del análisis sea también opinión personal del redactor.
El problema nos lo encontramos con análisis que no son ni lo uno ni lo otro, sino simples medios para generar polémica y tener más visitas. Cosa que no puede ser más irrespetuosa e injusta de cara a vosotros, los usuarios que entráis a una web en busca de datos coherentes sobre un juego y muchas veces os encontráis con algún analista que directamente da la impresión de ni siquiera haber encendido la consola.
Todo esto tiene una repercusión mucho más grave de la que imaginamos. Sin ir más lejos una saga como Mass Effect ya ha sido congelada. El año pasado le ocurrió lo mismo a una de las sagas de culto por excelencia del mundillo: Deus Ex. Por motivos similares. ¿Cuál será la próxima? Y lo que es peor: ¿de verdad tenemos que esperar a que llegue “esa próxima”?

«El mundo es un lugar horrible y la mala escritura está destruyendo la cualidad de nuestro sufrimiento». Tom Waits.
Como ya ocurriera con Mass Effect, parece que los juegos de Xbox siempre tengan que estar en el ojo del huracán. ReCore o Halo Wars 2 tuvieron fallos que no se penalizaron en otros juegos, a pesar de compartirlos. La falta de localización- cosa que no se penalizó con Persona 5- o el hecho de no aportar nada nuevo- algo que tampoco se tuvo en cuenta a la hora de analizar Ni-Oh- enterraron sus notas en muchos medios.
En definitiva, por el bien de la comunidad es necesario que los analistas tengan una base mínima a la hora de analizar los videojuegos. Así como que no se dejen llevar por sus opiniones personales para «manchar» un análisis. Por el bien de la comunidad también es necesario que el acoso vía redes sociales o foros, a quienes trabajan en el medio, termine.
Y por supuesto, por el bien de la comunidad es necesario que todos los juegos- una cantidad notable de ellos exclusivos de Xbox- se valoren con el mismo rasero. Ahora tan solo nos queda esperar que Cuphead no corra la misma suerte.