La desarrolladora nipona responsable de los JRPG más importantes en la cultura de los videojuegos como la franquicia de Final Fantasy ha estado preparando el regreso de los títulos que comenzaron una de las sagas más longevas y significativas dentro de los juegos de rol japones. Square Enix ha decidido darles un pequeño cariño a los fans, presentando desde un nuevo lente la primera trilogía de Dragon Quest con un cambio de aspecto que le favorece en todos sus aspectos. Gracias al acceso anticipado que nos ha brindado Square Enix, podemos contarles nuestra experiencia al jugar en nuestro análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake.
La serie Dragon Quest se considera como uno de los primeros JRPG de la historia al haber presentado el clásico sistema de grindeo y exploración de mazmorras que hoy en día se ha convertido en un estándar dentro del género. Con sus inicios en el año 1986 y continuando una trilogía hasta el 1988 dirjida por Yuji Hori junto al equipo artístico conformado por el compositor Koichi Sugiyama y el reconocido artista de manga Akira Toriyama, se logró crear un precedente que aún al día de hoy se sigue recordando. Desde entonces, la saga ha tenido diversas reediciones y continuaciones que expanden la experiencia original, aunque el relanzamiento más cercano cambia por completo la forma en que se vive la primera trilogía de la serie.
Una historia conocida con nuevos colores
Square Enix recientemente anunció nuevas versiones completamente hechas desde cero para los tres primeros juegos de Dragon Quest, no obstante, la primera entrega en ser publicada de esta nueva trilogía es Dragon Quest III, el cual canónicamente es el comienzo de todo dentro de la cronología de la franquicia. Esta nueva reedición ofrece grandes cambios visuales y de comodidad que facilitan completar cada uno de estos clásicos sin la necesidad de una guía cada 10 pasos, lo que muchos podrían ver como una reducción en la dificultad a comparación con las entregas originales, pero en realidad el reto en los combates se sigue manteniendo igual que las versiones de NES, SNES, PlayStation y GameBoy.
Conociendo las primeras consolas que vieron nacer esta saga, realmente es un milagro que la versión actual de Dragon Quest III se mantenga fiel a sus orígenes de tal manera que sea como revivir aquella experiencia como los jugadores de antaño la recordaban, y no como realmente lucía. ¿Pero qué hace tan especial a esta entrega de la saga? pues, además de significar tanto el cierre de una trilogía como el inicio de una nueva era para la franquicia, Dragon Quest III refinó los conceptos necesarios en los que se regiría la franquicia en cada uno de los siguientes títulos principales, aunque incluyendo muchas más libertades que hoy en día no se suelen ver tanto en otros videojuegos.
Dragon Quest III HD.2D Remake, al igual que la entrega original, sigue las aventuras del hijo de Ortega en su décimo sexto cumpleaños, recibiendo la misión de continuar con el legado de su padre bajo el decreto del rey. Es así como nos embarcamos en una aventura a través de dos mundos, topándonos con todo tipo de criaturas mágicas y algunas más aburridas de lo que podrías esperar en un mundo de fantasía, aunque funcionando perfectamente como un elemento cómico para digerir los momentos difíciles del camino.
El elemento principal en todos los juegos de la saga siempre se inclina en el grindeo, es decir, subir de nivel derrotando monstruos que aparecen de manera aleatoria al explorar el mundo y sus mazmorras. Estos combates se suelen llevar a cabo con un grupo de hasta cuatro compañeros reclutados en alguna taberna, aunque en la mayoría de los casos nuestro equipo tendrá que derrotar a más de cuatro enemigos por enfrentamiento, lo que te obliga a crear estrategias basadas en el control de multitudes. Una de las opciones que me facilitó el juego en la versión de GameBoy fue equipar armas que afecten a múltiples objetivos como el bumerang o los látigos, lo que ayudaba a reducir las hordas de enemigos en pocos turnos, y su efectividad se sigue manteniendo incluso a día de hoy en el remake.
Sin embargo, a la hora de formar tu grupo de cuatro integrantes debes tener en cuenta que cada clase de personaje solo puede usar un par de tipos de armas, como ejemplo de ello tenemos al mago, que le vienen perfectamente bien los bastones mágicos y cetros, mientras que a un sacerdote sí que puede emplear prácticamente el mismo set de armas que un guerrero o el héroe principal. Este detalle también aplica para las armaduras, así que no todos podrán cargar placas de hierro pesada para contrarrestar los ataques más potentes, tal vez requieras de algún hechizo especial para los personajes más descubiertos al daño.
Aunque existe un rol en específico que ha sufrido cambios mayores, pasando el Junglar a llamarse Domabestias, con habilidades que irán evolucionando dependiendo del nivel del personaje y la cantidad de criaturas o monstruos dóciles que encontremos por el mundo. Aunque esta no es la única función de estos enemigos que han decidido no pelear contra nosotros, puesto que en Dragon Quest III Remake existe un coliseo de batalla en el que podremos ganar premios enviando al combate un grupo de monstruos que decidieron formar una amistad con el grupo.
El coliseo de monstruos es un evidente reemplazo a las máquinas de Parchís de las versiones originales de Dragon Quest, posiblemente para evitar confusiones en otras partes del mundo que no están de acuerdo con la introducción de elementos relacionados con las apuestas que puedan generar ludopatía en la población. Por otro lado, las recompensas del coliseo permiten ganar monedas para comprar equipamiento y objetos útiles en las ciudades que visitemos. Los precios irán aumentando con cada ciudad que visitemos, por lo que tendremos que gestionar muy bien nuestro dinero.
Ahora bien, en cuanto al factor principal sobre el cual se basa todo este remake, el apartado gráfico, podemos esperar una versión Dragon Quest III con personajes y combates en 2D pero en un mundo formado por estructuras en tres dimensiones muy similar a Octopath Traveler, que junto a la iluminación y los detalles reflectivos hacen del juego todo un deleite visual en todos y cada uno de sus escenarios, mucho más cuando la luz que ilumina la mazmorra o el pueblo que visitamos no es de un color habitual. Sin embargo, a pesar de que el aspecto visual del mundo y los combates fue completamente renovado, otros elementos mantuvieron su simpleza y rudeza.
Uno de los elementos que ha quedado estancado en el tiempo ha sido la interfaz del jugador y la experiencia que tenemos al gestionar el inventario, mostrándose como listas de textos y pequeños iconos genéricos para representar cada grupo de objeto posible. En mi opinión, esto podría haberse mejorado al incluir el sprite en 2D del objeto que se encuentra en el inventario junto al nombre del mismo, lo que ayudaría a identificar rápidamente lo que estás buscando y equipando. Es más extraño aún que esto no se haya implementado al ver que los sprites de cada objeto sí existen, y los puedes ver cada vez que consigas algún tesoro.
De la misma forma, al abrir cofres por el mundo recolectaremos las famosas minimedallas, una moneda de canje para recibir recompensas muy valiosas y útiles a lo largo de la aventura. Entre más medallas le entregues al coleccionista, mejores serán las recompensas. Podrás encontrarte a este amable señor dentro del pozo en el reino de Aliahan, y para hacerte con todas las recompensas tendrás que llevarle al menos 100 de las 110 medallas que están repartidas por todo el mundo. Una tarea titánica, digna del héroe de la luz.
Análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake – Conclusiones
Dragon Quest es una de mis sagas favoritas, he jugado a la mayoría de los títulos de la saga principal e incluso varios spin-off que poco o nada tienen que ver con el clásico JRPG. Es por ello que, este remake me ha gustado y he quedado encantado con ciertos detalles y cambios dentro del juego que facilitan comprender mucho más la aventura y los objetivos a seguir. Lamentablemente, Dragon Quest III Remake no sería ese título que le recomendaría a un amigo para iniciarse a la saga, ni siquiera para mostrarle lo que esta franquicia tiene para ofrecer, ya que se mantiene tan fiel al material original que parece un juego perdido en el tiempo.
No niego que, como fan de la saga, seguiré jugando al resto de títulos de esta trilogía HD-2D. No obstante, a mi parecer, incluso Dragon Quest IX, un título exclusivo para la ya considerada consola retro Nintendo DS, supera en casi todos los aspectos a este remake, tanto en contenido como en jugabilidad. Square Enix ha perdido la oportunidad de ofrecer un verdadero remake de estos juegos, habiendo hecho un trabajo increíble con los remakes de mayor presupuesto para la franquicia Final Fantasy.
Por mi parte, creo firmemente que Dragon Quest III merecía un trato similar a aquellos remakes sin importar el aspecto visual que hayan decidido para este relanzamiento, puesto que este título es considerado cronológicamente como el inicio de todo, y podría ser ese juego que funcione como primer paso para nuevos jugadores. Realmente espero que Dragon Quest XII supere en todos los aspectos a sus antecesores, y se convierta en aquel título que atraiga a más jugadores a la franquicia.