Aunque por lo general estemos más acostumbrados a juegos que nos intentan bombardear con sensaciones mediante explosiones, disparos y todo tipo de momentos llenos de tensión, también hay por suerte otros que buscan su lugar en intentar transmitir sensaciones de calma. Quizás os acordáis de ABZÛ, uno de esos juegos, en el que nos poníamos en la piel de un buzo para sumergirnos en lo inmenso del océano y recorrer un mundo tan bello como intrigante. Pues InnerSpace, el juego que nos ocupa ahora, supone una propuesta con intenciones similares al juego del buzo. Y aunque lamentablemente en esta ocasión la experiencia no sea tan positiva, hay algunos elementos interesantes en el juego de PolyKnight Games, que os contamos a continuación con más detalle.
Análisis de InnerSpace en Xbox One
Si ABZÛ, como comentaba antes, nos proponía recorrer los confines del océano y otros rincones más superficiales pero igualmente bellos, la intención de InnerSpace es que realicemos nuestro viaje por aire la mayor parte del tiempo (aunque contamos con la posibilidad de pasar a modo submarino para los momentos acuáticos). Nos encontramos en un universo, Inverso, en problemas, y nuestra ayuda es fundamental para ayudar al Arqueólogo a conservar una parte de ese mundo. La idea, por tanto, es la de llevar a cabo un viaje contemplativo, en el que iremos recorriendo los diferentes escenarios mientras intentamos hallar todas las reliquias, coleccionables y secretos.
Como concepto, a nivel audiovisual y en cuanto a control, InnerSpace cumple muy bien con ese objetivo. Sin embargo cuenta con un diseño de escenarios y algunas ideas que no terminan de encajar, y estropean en buena parte el resultado final. Por un lado, el control en el aire es bastante intuitivo, preciso y satisfactorio, pero los escenarios no siempre están dispuestos de la mejor forma para favorecer el vuelo. Por ejemplo en muchas ocasiones debemos ir fijándonos en el escenario para encontrar cada pieza a recoger o abrir un nuevo camino, por lo que es habitual tener que dar vueltas sobre nosotros mismos o realizar maniobras similares, que es sobre todo cuando más entorpece esa disposición. Se agradece la intención de obligarnos a buscar un poco más y no quedarnos en lo que vemos a simple vista, pero no siempre resulta agradable intentar dar con esos rincones, ya que nos despistamos de lo que el juego quiere contarnos, que en este caso es lo más importante.
No es que se nos pongan retos para superar, más allá de algún combate espectacular pero sin ningún tipo de tensión, sino que hay áreas en las que no encaja muy bien la idea de volar, buscar y contemplar relajadamente. Algo que en todo caso choca con el hecho de que no podemos morir. Es ahí sobre todo donde InnerSpace pierde un poco su sentido inicial, ya que se queda a medio camino entre querer proponernos un reto: el de buscar y querer recorrer todos los rincones por difícil que sea; y entre querer ser una experiencia sencilla que base su valor en la belleza de los escenarios y en lo que se nos quiere contar.
Y eso que tanto el tono suave de su paleta de colores como el de su relajante música chill out encajan muy bien con la idea del viaje contemplativo, que es a lo que realmente InnerSpace se encuentra más orientado. Pero supongo que por el intento de llevar a cabo un juego más completo, se llega a esa idea de coleccionismo. Una experiencia que debería de ser relajante termina convirtiéndose en una tediosa búsqueda de coleccionables mientras recorremos los mismos lugares sin ningún tipo de peligro o tensión que ofrezca un poco más de interés.
La repetición es un elemento fundamental en los videojuegos, pero cuando quieres llevar a cabo algo más cercano al walking simulator, puede ser algo que entorpece. Ese es el error de InnerSpace, que no termina de atreverse a ser una experiencia más breve pero intensa, y termina haciéndose pesado al querer que repasemos los mismos rincones, que nos fijemos en lo superficial en lugar de centrarnos en su trasfondo. Así las cosas, los buenos valores iniciales de los que hablaba (apartado artístico y buen control), se van desvaneciendo. En eso sí acertaba ABZÛ, que aunque también nos ponía delante la idea de examinar más exhaustivamente cada lugar, nunca llegaba a ser algo que se pusiera en primer plano, sin llegar a ser pesado, sino todo lo contrario.
Conclusión
InnerSpace es un juego con un acabado bonito y bien trabajado en su parte jugable. Pero lamentablemente PolyKnight Games no ha logrado conectar del todo sus ideas, y es fácil que una agradable experiencia inicial termine convirtiéndose en algo tedioso con el paso del tiempo.