El fugaz anuncio y confirmación de lanzamiento de Project CARS 3 ha sido una gran noticia para los fans de la velocidad. No ha hecho falta esperar meses, o años, para que una nueva entrega de este simulador aterrice en Xbox One. Pero lo que más ha llamado la atención ha sido que Project CARS 3 no parecía ser una secuela directa de sus anteriores entregas, ofreciendo un escaparate más atractivo a cualquier fan de la velocidad.
Y son precisamente esos aires renovados los que hacen más importante atender al análisis de Project CARS 3, pues no va a ser un juego que va a ofrecer un salto técnico y ya está. Project CARS 3 cambia su propuesta por completo, dejando a un lado la simulación de una trayectoria de piloto profesional, para adecuarse a ese perfíl de run&collect, que tanto gusta en los juegos de velocidad. ¿Es una decisión acertada?
Una licencia suena a un estilo, pero en este caso Project CARS 3 no se parece a sus anteriores entregas
Una licencia, un concepto
Para empezar deberíamos reconsiderar cómo Slightly Mad Studios planteó un juego que se convirtió en un referente a través de una plataforma de autofinanciación. El primer Project CARS surgió como un proyecto humilde con una idea ambiciosa, recrear la vida profesional de un piloto. Y así fue como el juego, que se centró en la simulación más exigente, permitía a los amantes de la automoción llegar desde lo más bajo, a convertirse en el campeón de campeones.
En cierto modo, este mismo concepto podría atribuirse a casi todos los juegos de conducción centrados en la competición. Pero Project CARS, como saga, se implicaba más en esta experiencia, donde el progreso de jugador estaba directamente vinculado logros y contratos. Puede que este concepto fuese demasiado obtuso para muchos fans de la velocidad. La obligación de mantenerse en una escudería durante una temporada, acumulando resultados y reputación, podía ser un tanto complicada. Pero su ambientación era genial en este aspecto y puede que a algunos este cambio no les llegue a convencer.
Pero si hay algo que hizo que Project CARS 3 fuese un referente fue la implementación de tecnología que dinamizaba cada carrera. El tiempo real, la metereología en tiempo real y la implicación de una comunidad multijugador, asentaron este juego entre los simracers. El problema que puede haber surgido es que esa comunidad se ha acercado a otras propuestas, como iRacing o rFactor, y el espacio dedicado a ellos se ha visto muy limitado. El cambio de aires que ofrece Slightly Mad Studios, sirve para intentar buscar un perfil más amigable, y por tanto, llegar a otro tipo de usuarios.
La pasión por la competición sigue siendo un elemento clave
Cambios forzosos
Aunque esto pueda parecer una teoría, explica de forma muy efectiva el motivo por el cual Project CARS 3 ha apostado por otro concepto de juego en su modo trayectoria. Ahora, el modo trayectoria recuerda mucho a los icónicos Gran Turismo o Forza Motorsport. Partiendo de un primer coche, con un presupuesto limitado, hay que hacer frente a carreras en diferentes categorías para ir adquiriendo más dinero y, con ello, más coches. Dinero y experiencia, la cual se va obteniendo para desbloquear nuevas pruebas y más coches.
Con todo esto, parece que no hace falta explicar mucho más cómo Project CARS 3 ofrece un modo trayectoria totalmente cambiado, que puede resultar mucho más accesible y puede insuflar ese interés por continuar que sus antecesores no tenían. Aunque esta conclusión es algo relativa, pues dependerá del gusto de cada uno que meterse en la vida profesional de un piloto sea menos atractivo que algo que hemos visto en tantos juegos de este perfil.
Categorias, grupos de eventos, objetivos, dinero, coches… esto es muy diferente
La ruta hasta la gloria, en esta ocasión, parece estar más vinculada al concepto completista que a una experiencia profesional, donde el logro máximo de ser el mejor piloto queda mejor reflejado. La separación de eventos en categorías, por clase o índice de rendimiento, sirve para tener bien claro el camino que cada uno va a seguir. Al final, Project CARS 3 es un juego que resulta más sencillo de interpretar, porque a veces esas decisiones que se tomaban en los anteriores para planificar una temporada, podían ser fatales para el interés del jugador.
Con todo esto, Project CARS 3 se plantea como un juego que no requiere de planes anticipados. Ganar dinero, subir de nivel de piloto y acceder a nuevos eventos, será el procedimiento que los pilotos seguirán. Pero hay que tener algunas cosas en cuenta, porque no siempre se va a poder competir al nivel de los rivales si nos acomodamos.
Cumplir con los objetivos permite desbloquear siguientes eventos, sino, a golpe de crédito es la vía
Pasión por la competición
Lo que sí viene siendo una característica que se aplica como un cliché, es que Project CARS 3 es el último título, y por tanto, el que más contenido ofrece. Al menos, en torno a los vehículos, donde encontramos hasta 211. Es aquí donde se puede notar el aroma de que se trata de un juego que hereda una propuesta de pura competición. Y es que la mayoría de ellos son vehículos preparados para las carreras.
De este modo, encontramos un catálogo bastante diverso, donde se introducen conceptos como el Índice de Rendimiento, y las clases. Este aspecto, que se hereda de esos otros juegos simarcade, permite clasificarlos para poder crear pruebas orientadas a clases, fabricantes o rendimientos concretos. Los coches pueden recibir mejoras, y pueden saltar a clases superiores, incluso, pueden ser convertidos a modelos de competición, y así poder hacer frente a competiciones de niveles superiores sin tener que cambiar de coche.
Del mismo modo, son totalmente personalizables. Tanto recurriendo a galerías predefinidas para cada modelo, como a diseños personalizados donde se pueden incluir diseños que permiten adecuar el coche a una especie de plantilla de equipo de competición personalizada y exportarla a todos los coches que hay en el garaje. Esos resquicios que quedan de lo que fue esta saga, se mantienen con un perfil diferente para hacerlo mucho más atractivo.
Se siente conocido, pero hay muchos elementos que hacen que el juego sea radicalmente diferente
Ahora bien, si la promesa es introducir más contenidos, no encontramos esa misma estadística en los circuitos. Project CARS 3 suma 121 trazados en 51 entornos, supone ahora mismo un pequeño paso atrás con respecto a su antecesor, aunque a este nivel, la verdad es que salvando circuitos muy concretos, no se va a notar demasiado que faltan algunos.
Aunque se haya reducido el número, podemos ver que en este aspecto hay mucho donde elegir. La realidad es que no hay muchos juegos capaces de ofrecer semejante cantidad, y si añadimos que se puede configurar el clima o el momento del día en el que se participa en una carrera para cada uno de ellos, las combinaciones se multiplican. Y de hecho, es precisamente esto lo que ha permitido a Slightly Mad Studios plantear el multijugador de una forma algo diferente.
Ciclo día-noche dinámico y climatología variable, características que Project CARS introdujo en los juegos de carreras y que siguen estando ahí para poner las cosas difíciles. Puedes comenzar una carrera en seco y que comience a llover, puedes empezar en pista mojada y que se vaya secando. Al final, la combinación de elementos permite dinamizar mucho más la experiencia, tanto para afrontando desafíos y carreras predefinidas, como creando las tuyas propias.
A esto, añadir las funciones multijugador. Eventos de Marcadores, donde se lucha por un tiempo, o las propias competiciones multijugador, convierten a este juego en un escaparate para disfrutar de la conducción de una forma más amigable o accesible. En cierto modo, busca ser una propuesta menos seria, pero sin ser un juego arcade donde “todo vale”. Es el mejor escenario para conducir sin preocuparse de otra cosa.
Carreras, pruebas cronometradas y otros modos ponen a prueba tu habilidad como piloto
La herencia de un simulador
Y precisamente tenemos que centrarnos en la conducción. Project CARS surgió como un simulador, y lo hizo de forma contundente. Su siguiente entrega buscó acercarse un poco más al público de consolas, y consiguió aplicar cambios en el manejo del coche muy acertados. Ahora, Project CARS 3 parece tener como objetivo más a ese público y su adaptación está algo más optimizada.
Project CARS 3 no es un juego que no pueda disfrutarse con un mando, como muchos pueden pensar. Pero no por ello ha querido renunciar a su forma de plantear la conducción, abogando por las físicas y recordando que es un simulador. Que sea más accesible puede ser un conflicto entre ambos estados, pero la verdad es que aunque pueda parecer más tolerante, no lo es. Pero del mismo modo encontramos, al menos por ahora, que algunos elementos propios de los simuladores se ausentan.
Y es que resulta muy extraño que en torno a esta experiencia de simulación en la conducción no encontramos conceptos tan básicos como el desgaste en algunos componentes y elementos. Si bien en el modo trayectoria no parece imprescindible, porque son carreras cortas, que ni los neumáticos ni el combustible aparezcan como elementos que se degradan puede ser un fallo. Y es que al no encontrar ninguna configuración específica, da la sensación de que es algo que, sencillamente, no está disponible.
Ahora los coches incluyen mejoras e índices de rendimiento ¿Os suena a otra cosa?
Desde una conducción con ayudas y asistencias varias, a una conducción más exigente sin ayudas, se puede lograr disfrutar del juego con un mando o controlador de consola. Cierto es que los volantes permiten una mayor inmersión en la experiencia. Pero a título personal, puedo asegurar que el perfecto ajuste del volante es algo que lleva mucho tiempo y puede llevar a momentos frustrantes por el cambio en el tipo de vehículo empleado.
Una vez que se atina con esa configuración, encontramos un juego realmente apasionante en el ámbito de la conducción. Ese grado de permisividad puede ser un pequeño problema en determinados momentos, pues cuando parece que lo tienes controlado, puedes llevarte algún susto. Y no se trata de un juego que puedas rebobinar la acción para esquivar un trompo o una salida de pista, incluso, si atajas durante las carreras en el modo trayectoria, serás sancionado de forma fulminante.
La competición es prioridad, pero los turismos ganan protagonismo
No solo son carreras
Si bien en sus anteriores entregas la representación de los eventos estaba ligado a la competición, Project CARS 3 busca ofrecer cierta diversidad. Diferentes categorías que dividen múltiples eventos por clase, o rendimiento, en el que encontramos algunas variantes a las carreras. Además de carreras contra otros pilotos, hay con pruebas cronometradas u otro tipo de pruebas que buscan medir la habilidad del piloto sumando puntos al derribar objetos.
Todo esto está ligado a ese sistema de progresión de jugador, donde se debe ir sumando experiencia para subir de nivel. Para ello, viene bien que en esas pruebas se busque cierta alternancia de pruebas y optar a otro tipo de objetivos. Claro ejemplo son esas pruebas cronometradas, donde bien a una vuelta o un conjunto de tres, se busca comprobar el ritmo del piloto. Un desafío que busca, en cierto modo, que se perfeccionen las técnicas de conducción, guiadas por una serie de iconos que nos indican la trazada perfecta.
Los eventos multijugador, o los rivales, añaden puntos de prestigio a vuestro perfil
Y este aspecto es otro de esos componentes que permiten ver que hay un cambio de aires en Project CARS 3. Las carreras exponen tres objetivos a completar, donde en muchas ocasiones está dominar el circuito o un número de curvas, adelantar de forma limpia, coger rebufos, ganar carreras… Para tener el 100% de cada grupo de eventos, o categorías, será importante intentar cumplir con todos estos objetivos.
Y son estos modos de juego los que ofrecen algo más de diversidad en una de las propuestas multijugador, la de los marcadores, que cada día, semana o mes, proponen retos a la comunidad para que se enfrenten entre sí.
Un escaparate para la competición
Si bien hemos comprobado que Project CARS 3 quiere introducir una revolución en la saga, si hay algo que no está implicado directamente en ella es el apartado técnico. Si que se puede notar que el juego quiere renovar su aspecto en aras de una ambientación distinta, pero a la larga, los hitos que definieron a sus precursores se han mantenido.
Por un lado, tenemos todos esos hitos técnicos que permiten que Project CARS 3 refleje esa experiencia de conducción dinámica. La luz dinámica y la climatología, son elementos que permiten que la recreación de las carreras sea realmente espectacular. Pero generalmente los juegos que buscan una acción más directa en la velocidad, suelen recurrir a un mayor número de efectos visuales que los que usa este juego.
No es algo que podamos achacar como un fallo, pues Project CARS 3 sigue queriendo ser ese juego de conducción que se sienta tan bien como se ve. Aunque el motor gráfico ha sufrido un cambio sustancial, parece querer seguir manteniendo cierta fidelidad con la realidad. Abandonando ese perfil repleto de efectos y filtros, como podría ser un juego como GRID, Project CARS 3 mantiene esas cualidades visuales que lo llevaron a lo más alto, sin ser un referente.
Eventos diarios, semanales y mensuales, carreras con cita previa, todo está bien organizado
Nos encontramos con un juego que luce muy bien, pero en el que se han tenido que tomar ciertas decisiones para evitar conflictos con el rendimiento. En el caso de Xbox One X, nos encontramos que hay dos preferencias, los gráficos o el rendimiento. Ciertamente, esto pone de manifiesto la exigencia del juego a nivel visual, donde cada uno verá qué resulta mejor, si una resolución y efectos visuales, o bien mantener 60fps. Lo lógico indica que lo mejor es optar por un rendimiento sólido, pero incluso así, vemos que el juego no logra mantener ese ritmo de forma estable.
Puede ser algo que se corrija, porque en el fondo el juego se mantiene bien salvo en esos momentos puntuales. Y el resultado que se obtiene es realmente bueno, incluso en el modo rendimiento, ya que el nivel de detalle general es muy bueno. Puede que haya algunos conflictos con ciertos efectos visuales, sobre todo cuando se recrea un efecto de empañamiento desde la cámara interior que es más molesto que realista. Pero no es lo único que resalta cuando se prioriza el rendimiento, porque encontramos también algunos artefactos molestos en las repeticiones, o bien, limitaciones en la distancia de dibujado en elementos como los coches. Son visibles, aunque si la prioridad es el rendimiento no se debe considerar como un problema grave si el conjunto funciona correctamente. Al final busca ofrecer una experiencia intensa en lo visual, porque realmente lo consigue.
Incluso hay ofertas diarias en esos coches que no tienes
Por otro lado, para la inmersión, el cuidado que han tenido con el apartado sonoro es importante. No se llega a comprender que a estas alturas se siga manteniendo una conversación con el ingeniero de radio vía subtítulos, más cuando solo sirve para darnos información sobre la situación de carrera o nuestra progresión en ella. No son muchas líneas y podrían haber intentado doblarlas, sobre todo, porque en el fragor de la batalla, desviar la vista puede ser un problema importante. Lo mismo con todos los elementos del HUD, que son los que más dejan ver que Project CARS 3 aboga por una experiencia más “arcade”.
Todo esto puede ajustarse en el menú de opciones, donde los puristas podrán encontrar ese juego fiel a la simulación, con una IA bastante irregular, capaces de lo mejor y de lo peor. Más que exigente, agresiva a niveles extraordinarios. Siempre ha habido muchos problemas con este aspecto, donde los pilotos más audaces acusaban a esta de ser “blandita”. No creo que sea el problema en Project CARS 3, donde se puede ajustar tanto la dificultad (que implica ritmo) como agresividad. Incluso se podría anticipar que hay comportamientos muy irreales en el juego, lo que parece más un problema que una virtud.
Faltan cosas importantes, como el desgaste de neumáticos o combustible que otros simarcade ya tienen
Una apuesta muy arriesgada
El primer escollo que nos encontramos al entrar en Project CARS 3 es que no se trata de una secuela directa de sus anteriores propuestas. Slightly Mad Studios apostó por un concepto diferente, y parecía ser una apuesta en firme por algo muy acertado. Simular una trayectoria de piloto en un simulador era una idea realmente ambiciosa. Pero parece que no han querido seguir esa línea y han preferido presentar una entrega basada en mecánicas más conocidas.
Reconvertido así en un juego que recuerda a los clásicos run&collect, como Gran Turismo o Forza Motorsport, se mantiene esa ambientación que prioriza la competición frente a los modelos de calle. Aunque se empiece con ellos, la dirección de la propuesta no tarda en dar cuenta que Project CARS 3 si que hereda la prioridad de los modelos de competición. De este modo, se evita esa comparación directa con las otras licencias, pues en cuestiones de catálogo no llega a sus cifras.
Pero no es que Project CARS 3 deba plantearse como una alternativa a ellos, sino como una nueva visión de cómo afrontar un simulador. Un simulador que a la hora de meterse en el coche, exige casi lo mismo que sus antecesores, siendo algo más accesible y mucho más atractivo. Y es que al contar con nuevas opciones, que obligan a los usuarios a exigirse más, los amantes de la velocidad encontrarán en Project CARS 3 un auténtico desafío.
Resulta complicado plantear si es un acierto o un error por cómo ha cambiado el juego
No se verá tan bien como otros juegos, pero considerando los méritos que supone introducir el ciclo día-noche o la meteorología dinámica, Project CARS 3 puede mantener el tipo de forma bastante eficiente. Al final, los puristas de la competición y de los simuladores pueden ver que este juego ha cambiado, pero su objetivo es abarcar un mayor número de jugadores. Puede no ser excusa y puede que Project CARS 3 haya perdido parte de ese público objetivo al que se dirigía, pero ahora es una propuesta abierta a todo aquel que busque una conducción realista en un ámbito de competición.
Resulta complicado anticipar si es mejor o peor esta decisión que condiciona por completo la propuesta. Su acercamiento a otras licencias, como Forza Motorsport o el propio GRID, puede ser un problema. Pero si algo define a Project CARS 3 entre ellos, es que la experiencia de conducción que transmite está a otro nivel. Gracias a que mantiene su propia identidad en la conducción, puede ser un juego que no decepcione a los amantes de la saga, y mucho menos a los amantes de la conducción. Ahora bien, puede generar un conflicto importante por este cambio, siendo algo muy difícil de plantear dentro de un análisis.