Desde hace unos años, estamos viviendo un auge de los juegos AA en Xbox One y demás plataformas. Juegos modestos desde el punto de vista presupuestario, pero con unas historias, un desarrollo y un trabajo detrás que llegan a estar a la altura de las ideas de grandes AAA. A Plague Tale: Innocence ha sido el caso más reciente, logrando llegar más a crítica y usuarios que otros juegos que han salido a la vez, a pesar de ser bastante más modesto que estos. Pero no ha sido el único caso. Así que hoy queremos hablaros del auge de los juegos AA en Xbox One. De esos juegos que cada vez están llegando a un público más mayoritario y que están contando con cada vez más repercusión.
Herencia indie
No es ninguna sorpresa que los juegos AA sean una evolución de los independientes. Con un enfoque quizá más profesional y con mayor presupuesto. De ahí que nos encontremos con grandes apuestas que consiguen llegar al público y que consiguen hacerse con buena parte del mercado. Durante los años anteriores hemos visto que los indies siguen dando guerra y compitiendo ferozmente con juegos AAA; tal ha sido el caso de Celeste, Dead Cells, Hollow Knight y, quizá más especialmente para los usuarios de Xbox One, Cuphead u Ori and The Blind Forest.
Junto a estas interesantes propuestas, nos han llegado otras de corte AA que han encantado a los usuarios. Hellblade: El Sacrificio de Senua quizá sea el caso más sonado de los últimos años, al que comparan con el actual A Plague Tale: Innocence por su repercusión. Tal vez parte del auge de los juegos AA en Xbox One radique en que ofrecen ideas novedosas, pero para un público más concreto. Un público al que la estética independiente no le atrae demasiado y prefiere algo que se parezca más a los grandes títulos AAA. Al mismo tiempo que busca ideas que vayan más allá de los clichés y tópicos que suelen plagar los juegos de gran presupuesto.

El argumento fresco e innovador de A Plague Tale: Innocence ha calado en los usuarios.
Apuestas arriesgadas
Unida a la idea anterior se encuentra la siguiente: los AA ofrecen apuestas más arriesgadas que los Triple A. Ideas, argumentos y ambientaciones innovadoras, que se alejan de lo común. Focus Home Interactive es el ejemplo perfecto de esto, con algunas de las propuestas más interesantes que vimos el año pasado. La distribuidora francesa nos hizo llegar juegos tan intensos como Vampyr, de Dontnod Entertainment. Y nos sumergió en el universo lovecraftiano de Call of Cthulhu. El primero nos puso en situaciones realmente controvertidas, presentándonos temas tan escabrosos como el tráfico de medicamentos, la hambruna y la devastación causados por la guerra y la pérdida de los seres queridos. El segundo nos presentó una historia lovecraftiana al uso, pero lo más sorprendente fue su tramo final. Y el saber que un final absolutamente caótico, donde no hay ni bien ni mal, puede ser muy satisfactorio.
Pero Focus Home Interactive no ha sido la única en arriesgarse con sus títulos. El ya citado Hellblade: El Sacrificio de Senua nos ofrece una historia muy personal e impactante, al tomar la esquizofrenia como su eje principal. Las enfermedades mentales también han sido el punto de partida de juegos como Outlast, de Red Barrels, a caballo entre los juegos independientes al uso y los AA, que se basó en internados en centros psiquiátricos para crear a sus enemigos. También nos encontramos con las propuestas de Bloober Team, equipo encargado de Layers of Fear y de >observer_. Juegos en los que no solo conocemos de primera mano aspectos enfermedades como la psicopatía o la paranoia, sino que van más lejos. Cabe mencionar especialmente el caso de >observer_, que nos sorprendió muy gratamente al tratar, entre otros, temas tan controvertidos y poco tocados como la violación de la intimidad y el voyeurismo. El último ejemplo más destacado ha sido A Plague Tale: Innocence, con el que Asobo Studio pone en situaciones muy tensas a dos niños, de unos 16 y 7 años aproximadamente.
«La nueva generación que ha crecido con juegos estilo Minecraft está buscando cosas nuevas e interesantes. Desde el punto de vista de los desarrolladores, creo que muchos de ellos quieren crear historias más personales y relevantes», nos comentó Bloober Team, equipo creador de Layers of Fear, en su entrevista.

Focus Home Interactive se está haciendo un hueco en el mercado a pasos agigantados.
La gran ventaja que vemos en los AA es que no están sujetos a las restricciones morales de los Triple A. Los estudios tienen más margen de maniobra y expanden y retuercen sus argumentos de formas que no vemos en los grandes presupuestos. Sí, puede que en Call of Duty matemos mucho más. Pero las malas sensaciones no son ni remotamente comparables a las de los AA a pesar de albergar muchas menos muertes.
Menos presupuesto. Mejor coste-beneficio
Lo cierto es que los Triple A tampoco lo tienen fácil para ofrecer propuestas arriesgadas. El presupuesto que las empresas invierten en ellos es tan elevado que muchas veces las propias desarrolladoras prefieren ir a lo seguro y garantizarse ciertas ventas, en vez de apostar por algo diferente y arriesgarse a perderlo todo. Tal vez por eso muchas veces no nos creamos que un Vampyr sea un rotundo éxito con un millón de copias vendidas y un Battlefield V no cumpla expectativas vendiendo una salvajada. Pero todo se debe a que la inversión es muy diferente en ambos casos, así que los AA no solo tienen mayor margen de riesgo, sino también para llegar al éxito más rápidamente.
Y esto puede acabar pesando a los juegos AAA que quieran ofrecer experiencias single-player. Es cierto que actualmente muchas sagas centradas en la campaña en solitario siguen arrasando, pero tal vez llegue un momento en el que no consigan satisfacer las ansias del consumidor de descubrir cosas no nuevas, sino diferentes. De descubrir juegos que exploren temas que no se hayan tocado y se alejen de las historias clichés, cuya introducción, nudo y desenlace averiguamos al poco tiempo de haber empezado el juego.

Superando el millón de copias vendidas, Vampyr ha sido todo un éxito.
La rendición de la crítica y público
El papel que juegan crítica y público siempre es fundamental para determinar el éxito de un juego. Puede que en ocasiones haya diferencias muy dispares de opinión entre unos u otros, como ya ocurriera en su momento con ejemplos como Kingdom Come Deliverance. Pero muchas veces ocurre que una mala crítica suele estar acompañada de unas ventas poco destacadas. Sin embargo, en lo que respecta a los juegos AA las críticas no suelen importar tanto como en los juegos de gran presupuesto.
Suele ser habitual que los juegos AA se dirijan a un público muy concreto, de nicho. Un público que quiere propuestas concretas y al que poco le importa lo que digan crítica y demás usuarios. En eso reside en parte el éxito de los juegos AA. Sin embargo, el apoyo de los medios y del público siempre va a beneficiar a un juego. Y, cada vez con mayor frecuencia, estamos asistiendo a una rendición por parte de ambos en favor de los juegos. Cada vez con mayor frecuencia la prensa y usuarios están dejando de valorar tanto el apartado técnico de un juego de este estilo, que en muchos casos no pueden mejorarse por las limitaciones presupuestarias. Y, en su lugar, están optando por darle una mayor importancia a la historia, al desarrollo de los personajes y al gameplay que a los fallos de ingeniería.
Esto es algo que personalmente nos alegra. Los juegos AA son AA precisamente porque no pueden competir con los grandes títulos a nivel técnico. Pero suelen suplir esas carencias con unas historias, diseños visuales y personajes que hacen palidecer a los de las propuestas más importantes. Y es todo un acierto que crítica y público cada vez se inclinen más hacia este lado, valorando a los juegos AA por lo que realmente son: soplos de aire fresco, inimitables, en nuestras consolas. Vientos que bailan a su propio son y por los que dejamos envolvernos cada vez más.