Hoy, 7 de noviembre, se lanza Xbox One X, la nueva consola de Microsoft que llega en una edición estándar y en una muy limitada llamada Project Scorpio (que es, básicamente, la misma consola, pero con unas letras en las que podemos leer »Project Scorpio» tanto en la consola, que tiene un acabado diferente, y en el mando). Estos días os estamos contando todo lo que debéis saber de Xbox One X, como el análisis y opinión tras probar a fondo la consola, el modo de captura 4K y 60 frames por segundo y el resultado en juegos como Gears of War 4.
Mucho se ha hablado de las mejoras visuales en los juegos que serán (y ya están siendo) parcheados para aprovechar toda la potencia de la consola, pero algo a lo que no se le está dando mucho bombo, teniendo en cuenta lo importante que es, es a la capacidad de la máquina para mejorar todo lo que se ejecuta en ella sin necesidad de que haya habido trabajo adicional vía parche. Esto es algo que os contamos en el análisis y en diferentes noticias a lo largo de estas semanas, pero ahora ya tenemos datos en la mano que arrojan algo de luz sobre este tema.
Como podemos ver en este comunicado, Microsoft ha dado detalles específicos, con nombres de juegos de por medio, sobre las mejoras que Xbox One X ofrece ante juegos sin parchear. Según la compañía, todos los juegos se benefician de un aumento de resolución vía escalado, así como de un 16x en el filtro anisotrópico (quizá lo más importante e impresionante de este tema. Asimismo, podemos gozar de tiempos de carga más rápidos y The Witcher 3 es un ejemplo. Según Microsoft, el juego pasa de un 1:45 minutos a sólo 45 segundos de tiempo de carga.
Además, los juegos gozan de sincronización vertical, mejora de resolución nativa para aquellos que utilizan resolución dinámica y mejor frame rate para aquellos que cuentan con frame rate desbloqueado. Assassin’s Creed Unity sin parchear es un ejemplo, pasando a una tasa de 38-60 frames por segundo cuando la Xbox One original estaba entre los 26 y 34 frames por segundo.
Sin embargo, también hay que tener una serie de consideraciones. Y es que, los juegos que estén clavados a 720p o 900p necesitarán un parche por parte de los desarrolladores para funcionar mejor (RYSE: Son of Rome, por ejemplo). Los que tengan una tasa de fps fija a 30, necesitarán un parche para ponerla a 60 y, aunque la CPU es más poderosa que la de los anteriores modelos de Xbox One, sigue siendo el punto »débil» de la máquina. Juegos como Unity o Just Cause 3 pueden sufrir altibajos debido a la capacidad de la CPU, aunque funcionarán mejor gracias a la mayor velocidad de reloj.
Como veis, y como hemos experimentado durante estos últimos días con la consola, se cumple esa afirmación de Microsoft de que todo iba a rendir mejor en Xbox One, incluso los juegos que no tuvieran parche. Ahora sólo queda disfrutar de la consola mientras esperamos una nueva generación.