Allá por el año 2012 se publicaba un estudio en el que se relacionaba la violencia directamente con el uso de videojuegos. El Profesor Brad Bushman de la Universidad de Ohio, artífice de esta investigación, trabajó uniendo dos conceptos, el uso de armas en la vida real y los jugadores de shooters.
En la ejecución de este estudio se involucró a 151 estudiantes que se encargaron de rellenar un cuestionario para evaluar sus niveles de agresividad, manejo y conocimiento de armas y sus videojuegos favoritos. Después se les dividió en tres grupos en los que cada uno jugaría a un juego diferente. El primer grupo disfrutó de Resident Evil 4, el segundo a Wii Play y el tercero a Super Mario Galaxy. Tras esta prueba les esperaba una de tiro con balas de goma, tal y como se refleja en los resultados del estudio, los jugadores de Resident Evil 4 acertaron más disparos a la cabeza, por lo que se relacionó esto de manera automática con la formación de tiradores a través de videojuegos.
Una vez se publicaron lo resultados la investigación fue rebatida por los especialistas de otras universidades. Patrick Markey, de la universidad de Villanova y Malte Elson de la Universidad Ruhr De Bochum alemana, fueron los que más pruebas en contra consiguieron ante estos resultados. Las conclusiones de las pruebas, que realizaron estos dos investigadores, encontraron múltiples fallos en el manejo de las variables e inconsistecias en la investigación de Bushman. Sin embargo no fue posible comparar las investigaciones ya que los datos y los resultados de la originales habían desaparecido de los archivos de la universidad.
Fue hace un par de días cuando se tomó la decisión de que el estudio de Bushman fuera suspendido, además la revista científica Communication Research, primera en publicar entre sus páginas estos datos, pidió disculpas a la espera de que Bushman de una respuesta. Hace unos meses publicábamos un artículo en el que ensalzábamos las virtudes de los videojuegos y sus beneficios en la salud.