Dejando de lado que esta es una web especializada en los productos de la marca Xbox y por ello sus redactores y editores «somos xbox», cualquiera que esté siguiendo la audiencia de Microsoft y la FTC para desbloquear la operación de compra del grupo Activision Blizzard King, puede calificar las vistas de «esperpento». Y es que vista tras vista, el organismo americano no está dejando a nadie indiferente.
Durante el capítulo de ayer, la Federal Trade Commission llamó a declarar a Robin Lee (en la imagen), profesor de economía en la Universidad de Harvard, que ya en sus primeras intervenciones dejó algo desorientados a los allí presentes con contradicciones que podrían ser finalmente omitidas, al considerarse inciertas. Sin embargo, más tarde volvió a dar muestras de cierta incompetencia.
El economista de la FTC demuestra desconocer la industria
De nada sirve ser un reconocido economista si se desconoce la industria de la que se está hablando. Y eso es lo que ha demostrado Robin Lee una vez más. Además de faltar a la verdad y a la congruencia durante el proceso, el doctorado en Economía se ha dedicado a contestar con evasivas demostrando que ignora completamente los entresijos de la industria del videojuego.
Durante su interrogatorio, la abogada de Microsoft, Beth Wilkinson, mencionó el hecho de que Final Fantasy XV apareció tanto en consolas Xbox como PlayStation, pero que sin embargo Final Fantasy XVI no. Recordemos que el contexto es que lo que Sony puede hacer en respuesta a la adquisición de Activision Blizzard King, incluye acuerdos con editores externos para retirar títulos de Xbox.

Ante esto, Lee continuó siendo extremadamente evasivo. Ni siquiera quiso reconocer que la exclusividad del contenido puede afectar en ambos sentidos y que Sony puede beneficiarse de la eliminación de un título de Xbox. Es decir, si lo hace PlayStation bien, pero si lo hace Xbox mal.
Un economista con una teoría sólida basada en datos confiables sobre la industria del videojuego, no respondería a las preguntas como lo hace Robin Lee. Sencillamente, este no es el tipo de experto en cuya opinión e información un tribunal debería poder confiar, y mucho menos para bloquear una adquisición de tamaña magnitud como la de Activision Blizzard.