Anoche, mi compañero Cristian Corral nos trajo una noticia que, la verdad, nos sorprendió a todos. La editora Deep Silver prescindía de Yager, estudio desarrollador alemán, en el desarrollo de Dead Island 2, juego en el que llevaban años trabajando y para el que confiaron en Yager y no en Techland, quienes desarrollaron la primera entrega y al ver como Deep Silver no los querían para la secuela de Dead Island 2 desarrollaron el grandísimo Dying Light.
Tras esto teníamos que esperar los motivos de la desarrolladora Yager y no se han hecho esperar. Os dejamos el comunicado del estudio alemán responsable de juegazos como Spec Ops: The Line.
»Lamentamos comunicar la cancelación de nuestro proyecto conjunto con Deep Silver. A partir de ahora, Yager no es responsable del desarrollo de Dead island 2.
Nuestro equipo está plenamente comprometido con el desarrollo de títulos de calidad AAA. Trabajamos en estrecha colaboración con editores y otras compañías y mantenemos al mismo tiempo un estudio independiente. Nuestro equipo está compuesto por las mejores mentes creativas y especialistas en tecnología y todos compartimos una identidad. El equipo trabajó entusiasmado para llevar Dead Island 2 a un nuevo nivel de calidad pero la visión de Deep Silver hizo que el proyecto tomara el rumbo que ha tomado y lo que ha llevado a esta situación. Nos enfocaremos en Dreadnought, nuestro nuevo juego, así como en nuevos proyectos de los que daré detalles muy pronto.
Esperamos sinceramente que DI2 llegue a buen puerto y sea la gran experiencia que todo el mundo ha estado esperando.»
Como veis, parece que la culpable ha sido la visión de Deep Silver. Ahora la pregunta es ¿qué quiere Deep Silver? No contó con Techland y los polacos se marcaron un auténtico juegazo. No cuentan ahora con el estudio que nos dio el mejor shooter de la generación pasada o, al menos, uno de los mejores. ¿Qué buscan? Sin embargo luego le dan la franquicia a FatShark para hacer un bodrio del calibre de Escape Dead Island.
Lo cierto y fijo es que Dead Island 2 era un desastre. Lo pudimos probar en la Gamescom del año pasado y, la verdad, no había por donde cogerlo.